Eugenio Santos posa junto al edificio del Centro de Investigación del Cáncer, ubicado en el Campus Miguel de Unamuno.

El Centro de Investigación del Cáncer desafía a los recortes en su XV aniversario

Sus 27 científicos han visto perder en solo un lustro cuatro de los cinco equipos de especialistas con que contaba el centro

Ricardo Rábade

Miércoles, 30 de septiembre 2015, 12:14

No muchos se imaginarían que un Centro de Investigación del Cáncer en una ciudad de menos de 200.000 habitantes como Salamanca se convertiría con el paso de los años en una referencia nacional e internacional en el estudio de tratamientos contra una de las peores enfermedades que desarrolla actualmente la humanidad. No, al menos, aquel 29 de enero de 2000 cuando el centro abrió sus puertas, durante el segundo mandato rectoral de Ignacio Berdugo al frente de la Universidad de Salamanca. Pero pocos pensarían años después, ya con el CIC consolidado como referencia regional y nacional y aportando grandes avances al campo de la Medicina, que los efectos de la crisis económica dañarían de tal manera la inversión en el centro, según destaca la agencia Ical

Publicidad

Quizá por ello, los 27 investigadores con los que cuenta actualmente el CIC valoran tanto su XV aniversario y no dejan de luchar: primero, en su día a día de laboratorio, contra el cáncer; y después, con cada reunión o llamada telefónica, para conseguir ayudas y seguir investigando con el fin de llegar así al vigésimo y trigésimo aniversario.

Entre ellos se encuentra Atanasio Pandiella, subdirector del CIC y uno de los tres organizadores de la onomástica, que comienza mañana jueves, 1 de octubre, con una jornada científico-divulgativa con investigadores de la talla de Joan Massagué, Eduard Batllé y María Blasco, entre otros. «Ha sido una andadura, larga pero positiva», asegura Pandiella, porque bajo su criterio «se ha hecho una investigación de calidad que ha repercutido en los tratamientos de ciertos tipos de cáncer y ha tenido relevancia internacional, no solo local o nacional».

Esas son las dos patas sobre las que se sustenta el CIC: por un lado, una investigación que tenga efectos inmediatos en el paciente una vez que se logran resultados en el laboratorio. El subdirector del CIC destaca, entre todos los logros obtenidos desde enero del año 2000, «la investigación en tumores hematológicos, en concreto uno que se conoce poco pero que no tiene una frecuencia demasiado baja: el mieloma múltiple». De hecho, los tratamientos establecidos en aquel entonces por el doctor San Miguel, de cuyo trabajo ya no disfruta el centro, dieron lugar a la implantación de combinaciones de fármacos anti-tumorales que eran más eficaces que la terapia hasta entonces utilizada, llegando a hospitales de todo el mundo y certificando la filosofía que, según Pandiella, inunda al CIC: «Que lo que se hace en el laboratorio pueda llegar a la cama del paciente y beneficiar a las personas que tengan una enfermedad de este tipo». Aunque el subdirector del centro reconoce que «hay aportaciones de la investigación básica, exclusivamente de laboratorio, que han sido muy importantes a la hora de ver cómo progresa el cáncer y las metástasis para después desarrollar las herramientas terapéuticas».

El otro vértice sobre el que se sustenta el centro es su internacionalización. «Cuando la financiación era más generosa», explica Pandiella, hablando del periodo comprendido desde el nacimiento del centro hasta 2010, «pudimos sacar algunos tratamientos al mercado desarrollados o liderados desde Salamanca que tuvieron repercusión mundial». De hecho, y a pesar de los recortes sufridos durante los últimos cinco años, lo siguen haciendo, como demuestra la investigación desarrollada por el miembro del CIC Alberto Martín-Lorenzo junto con la doctora Julia Hauer de la Universidad de Düsseldorf, con la que vinculan el desarrollo de la leucemia linfoblástica aguda, uno de los cánceres con mayor desarrollo en la población infantil, con la exposición infecciosa. Dicho descubrimiento podrá aplicarse a la medicina preventiva, tan relevante en la hemato-oncología, y demuestra el impacto internacional de las investigaciones del CIC.

Publicidad

Sin embargo, en plena lucha contra el cáncer, el Centro de Investigación se encontró con otra pelea inesperada: la búsqueda de financiación. «Desde hace cinco años, la financiación ha empezado a ser un problema», relata Pandiella, quien ve dos problemas agregados. Por un lado, la pérdida de grupos consolidados «en forma de goteo, progresivamente». Para que uno se haga una idea de la repercusión de estas pérdidas, es necesario entender que «crear un grupo de investigación y que se consolide lleva un mínimo de cinco años que se suelen convertir en diez», por lo que perder cuatro de los grandes grupos que el CIC tenía hace apenas un lustro «es, como poco, un gran disgusto», señala su subdirector.

Por otro lado, Pandiella apunta a la pérdida de jóvenes investigadores «que eran líderes de su campo en España». En este tiempo, el Centro de Investigación del Cáncer perdió la posibilidad de arrancar «cinco o seis grupos más pequeños pero con una ilusión tremenda» por la imposibilidad de contar con estos jóvenes investigadores que optaban por otros centros nacionales o internacionales con más y mejores recursos económicos.

Publicidad

Por ello, el subdirector del CIC reclama más inversión «de la Junta y del Gobierno» porque «es necesario savia nueva, un relevo generacional», suscribiendo las palabras que pronunció el pasado miércoles rector de la Universidad, Daniel Hernández Ruipérez, en la inauguración del curso universitario.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad