Villares de la Reina podría enfrentarse a una multa de 180.000 euros
elena gómez
Sábado, 16 de mayo 2015, 14:03
La localidad de Villares de la Reina está en boca de muchos durante estos días a través de las redes sociales.
La noticia de que, hace unos días, alrededor de 80 nidos de avión común un ave de la familia de las golondrinas fueron arrancados con una grúa-pala de la fachada de un edificio situado en la avenida José García Santos donde, según algunos, llevaban más de 20 años, ha indignado a los internautas.
La indignación ha sido aún mayor cuando, según indican desde la Asociación Salmantina Protectora de Animales y Plantas (Aspap) y Seo Birdlife Salamanca, algunos testigos visuales aseguraron que, según caían los nidos con polluelos y huevos, puesto que es la época de cría de estos animales los responsables de este acto «los iban metiendo en una bolsa de basura, cerrándola a continuación».
Tras conocer los hechos, tanto Aspap como Seo Birdlife Salamanca, pusieron sendas denuncias que ya han sido apoyadas por otras asociaciones y particulares de distintos puntos de la península ante el Seprona, que ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos y depurar responsabilidades.
Y es que, según los testigos citados por estas dos asociaciones, habrían sido operarios municipales los que se habrían encargado de hacer esta limpieza.
«Uno de los testigos me asegura que reconoció a uno de los operarios como un trabajador temporal del Ayuntamiento», señala Fredes Barbero, portavoz de Aspap. Por su parte, Miguel Blanco, coordinador de Seo Birdlife en Salamanca, indica que «no entiendo como siendo un edificio particular, porque va el Ayuntamiento y no se hace cargo la comunidad de vecinos, como debe suceder en estos casos».
Pero el problema no se quedaría en que, de probarse que hayan sido trabajadores municipales, el Ayuntamiento hubiera asumido unas funciones que no le corresponden, sino que, el simple hecho de quitar los nidos, constituye un delito.
«El avión común está incluido en el listado de especies silvestres en régimen de especial protección en la ley estatal de patrimonio natural y de la biodiversidad», señala Blanco, quien indica que «en el artículo 54, apartado 1 B» de dicha ley se específica que está penalizado destruir, entre otros, los nidos de las especies incluidas en dicho listado.
Fredes Barbero señala que, esta actuación, también está «tipificada como delito en el artículo 334 del código penal», en el que se habla, entre otros, de la alteración de los hábitats de ciertas especies, lo cual, asegura, podría suponer una multa de«hasta 180.000 euros».
«Si a alguien le molesta una de estas especies, lo que tiene que hacer es pedir un permiso de retirada a la Junta de Castilla y León, que estudiará el caso y lo concederá o no, pero nunca en época de cría», indica el coordinador de Seo Birdlife.
Yes que este es otro de los puntos claves de toda esta polémica:el avión común, que pasa en nuestro país desde marzo hasta finales de agosto, aproximadamente, está en estos momentos en plena época de cría, momento en el que la protección que hay sobre ellos tiene su máximo reconocimiento.
Así pues, teniendo en cuenta que cada pareja de aviones comunes tiene una media de entre 4 y 5 polluelos por cada puesta y que había unos 80 nidos, los denunciantes calculan que, durante la destrucción de los nidos pudieron perecer entre 320 y 400 de estos animales, entre los polluelos recién nacidos y los huevos que aún no hubieran eclosionado.
El alcalde de Villares de la Reina, José Martín Méndez, indicó, en conversaciones con este periódico, que «los que han estado en el tema han dicho que no han visto crías, que solo habían encontrado dos muertos».
Martín, justifica la actuación señalando que «cuando hay unas quejas y peticiones por parte de los vecinos, intentamos solucionarlo, sobre todo teniendo en cuenta la suciedad que había al pie de un restaurante que podría tener problemas de sanidad» y añade que «si nos hemos confundido ha sido con la mejor fe con la que lo ha podido hacer cualquiera».
Y es que al parecer, el origen de todo el problema ha sido las quejas de algunos vecinos por los excrementos de algunos de los animales lo que, según las dos asociaciones denunciantes, «podría solucionarse poniendo una tabla fijada a la pared, por debajo de la última de las viviendas, para que los excrementos no cayeran a la calle, limpiándola una vez al año, cuando los animales se hubieran ido».
Reconstrucción
Mientras la investigación del Seprona sigue adelante diligencias que tendrán que pasar, una vez finalizadas, a manos del fiscal que será quien decida si lo tramita por la vía penal, con juicio, o administrativa, remitiéndolo a la Junta de Castilla y León las dos asociaciones denunciantes hacen especial hincapié en un hecho que se puede constatar solo con acercarse al edificio donde se produjeron los hechos: los aviones comunes que permanecen en el lugar ya que algunos se marcharon están reconstruyendo sus nidos en el mismo sitio.
«Son animales muy cabezones y además tienen que hacer otra puesta, ya que hacen dos al año», señala Miguel Blanco, mientras que Fredes Barbero indica que este detalle demuestra que «no han adelantado nada, ha sido una crueldad absoluta».
Esto, que en un principio podría suponer una vuelta al problema, podría ser, según los representantes de Aspap y Seo Birdlife Salamanca, un aspecto positivo para los vecinos.
«Un avión común come mosquitos, de hecho, cada dos o tres días pueden a llegar a comer su propio peso en mosquitos», señala Miguel Blanco, quien cuantifica este dato indicando que, aproximadamente, «un adulto puede comer cada día unos mil mosquitos». En este sentido, Barbero indica que «ese pueblo puede tener un problema de plagas de mosquitos muy serio este año». «Sin los aviones, pedirán que fumiguen por los mosquitos y envenenarán el pueblo», se queja Blanco.
Otro punto que tienen en común las dos asociaciones es que no recuerdan un caso similar en la provincia de Salamanca. «Yo no conozco , a lo largo de todos los años que llevo en la protección animal, un caso así, en el que se hayan cargado 400 animales de un plumazo», señala la portavoz de Aspap.
Por todo ello, tanto la Asociación Salmantina Protectora de Animales y Plantas como Seo Birdlife Salamanca con el apoyo de particulares y asociaciones de toda España que se han hecho eco de la noticia, continuarán con su demanda.
«Nos tememos que van a pagar una multa y que el responsable, que debería de ir a la cárcel por un delito así, se va a ir de rositas», señala Blanco, quien indica que «a veces tenemos que actuar como policías de la administración, ya que tienen otros intereses».
Fredes Barbero apunta en la misma dirección y asegura que «no estamos acostumbrados a que se pongan sanciones cuando un Ayuntamiento comete un acto tan salvaje».
Pese a ello, las dos asociaciones se mantienen firmes y piden a cualquier persona que pueda aportar más información al respecto tanto documental como testimonial que se ponga en contacto con la Guardia Civil, con el Seprona o con ellos mismos para fortalecer la investigación.