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Luis Gutiérrez, Juan Antonio Pérez Millán, Francisco Blanco, y Ángel Lozano, antes de iniciar la conferencia en la sede del Casino.
«Muchos fracasaron en su intento de llevar a Unamuno al cine por ser tan fieles»

«Muchos fracasaron en su intento de llevar a Unamuno al cine por ser tan fieles»

La Asociación Amigos de Unamuno debate sobre la dificultad de llevar a la gran pantalla la narrativa del político y exrector al cine

isabel rubio arroyo

Jueves, 30 de abril 2015, 12:35

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La Asociación de Amigos de Unamuno acogió ayer una tertulia, como cada último miércoles de mes, sobre la filmografía de Miguel de Unamuno. El crítico cinematográfico Juan Antonio Pérez Millán se reunió junto a más de una veintena de personas en el Casino de Salamanca y debatieron sobre las películas que se han realizado a partir de las obras del novelista. Junto a ellos estuvo una estatua del propio escritor con la inscripción Aquí tuvo su tertulia Don Miguel de Unamuno.

Pérez Millán subrayó que «la narrativa de Don Miguel es muy difícil de llevar al cine, y muchos de los que lo han intentado han querido ser tan fieles que han fracasado». Uno de los argumentos que se apuntaron fue que el escritor no tuvo adaptadores, por lo que algunas de sus tramas no están bien reflejadas.

Además, el crítico explicó que es primordial que «los personajes se expliquen por lo que hacen y no solo por lo que dicen», y destacó las adaptaciones que realizó Miguel Picazo cuando «era un principiante y una víctima de esta industria fílmica española tan cruel», ya que creó personajes nuevos para transmitir ideas y suplir lo que habría que decir verbalmente.

En referencia al cine en Francia, subrayó su diferencia con respecto al de España ya que allí «aplaudían los cambios» y, sin embargo, aquí los guionistas se encontraban con la barrera de la censura y de la distribución. Pérez explicó que «en aquella época era muy curioso que mientras que los censores pedían el anonimato, luego tenían que firmar sus obras».

En la tertulia se debatieron temas como si el público de la época fue capaz de comprender la esencia de las películas, cómo hubiera visto Unamuno el hecho de que se hiciera la filmografía de sus novelas o si al ver una película necesariamente nos tiene que llevar a la narrativa o simplemente hay que verla como un producto aparte.

En conclusión a este último tema, los asistentes declararon que la literatura le debe mucho al cine y viceversa y que es necesario tener en cuenta que de muy malas novelas hay buenas películas y viceversa. Además subrayaron que hay historias escritas muy cinematográficas incluso desde antes de que existiera el cine, y que es posible que los guionistas americanos hayan aprendido a narrar tan bien debido a que no tienen una tradición literaria detrás.

Uno de los interrogantes con más trascendencia fue por qué los españoles e incluso argentinos y mexicanos se empeñaron en llevar las obras de Unamuno a la gran pantalla a pesar de que era muy complicado y ya se sabía que no tenían éxito. En respuesta a esta cuestión se barajaron diferentes opciones, por ejemplo se analizó si pudo ser por oportunismo comercial o porque veían argumentos que permitían realizar una creación sentimental y melodramática.

Además se analizaron diferentes aspectos de varias películas españolas como la escenografía o la adaptación. Pérez Millán subrayó la dificultad de llevar una obra literaria al cine ya que mientras que en un libro es suficiente con explicar que «el personaje se levantó y se asomó por la ventana», a la hora de grabar «es necesario saber la distancia que hay desde la silla a la ventana o si esta tiene rejas o cortinas».

Según el crítico, la filmografía de Unamuno está compuesta por ocho largometrajes, 18 producciones para televisión y siete grandes documentales, y resulta sorprendente que «en ficción ninguna de las ocho películas tiene un plano de Salamanca».

Mientras que Pérez Millán subrayó lo bien realizada que está La tía Tula, criticó varias películas, por ejemplo Las cuatro novias de Augusto Pérez de José Jara, que «narrativamente a la sombra de Don Miguel me parece una versión vulgar», El bosque animado de Fernández Flórez o Los santos inocentes.

Una de las iniciativas presentada por un asistente fue crear un cineclub universitario para debatir sobre películas. No obstante, Pérez declaró que posiblemente hoy en día no tendrían el mismo éxito que en la época en la que estaban de moda ya que por aquel entonces era en el único lugar en el que se podían tratar temas políticos.

En la tertulia estuvieron presentes el presidente de la Asociación de Amigos de Unamuno, que anunció que se realizará cada año una jornada de filmografía unamuniana en la que se emitirán un documental y una película, y el secretario, Luis Gutiérrez, que declaró que la próxima tertulia será Desde Niebla a Jambrina, pasando por Torrente Ballester.

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