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José María Rodríguez y Oliva Martín ayer en la sede de Cáritas Diocesana de Salamanca.

Las ayudas para vivienda de Cáritas se reducen en 100.000 euros en 2014

El motivo del descenso se encuentra en la menor recaudación de la campaña del año anterior y en que cada vez más familias comparten casa

Cecilia Hernández

Jueves, 18 de diciembre 2014, 12:23

Cáritas Diocesana de Salamanca ha empleado durante 2014 579.187 euros en sus programas de vivienda, unos 100.000 euros menos que en el mismo periodo del año anterior (688.622 euros). José María Rodríguez, secretario de la organización católica, y Oliva Martín, coordinadora de la atención primaria y de acogida, presentaron ayer estos datos que, aunque favorables en principio, no deben ser tomados como indicativos de una mejora de las condiciones, en general, de la sociedad. «Hay muchos factores que influyen, como que en 2013 obtuvimos mucha menos recaudación en esta campaña, y que nos estamos encontrando con fenómenos nuevos, como viviendas que albergan a más de una familia, por lo que los recursos se concentran», explicó Oliva Martín. Y aun así, recalcaron desde Cáritas, la atención en este aspecto de Cáritas Salamanca ha llegado a 1036 familias, 48 más que en el año anterior, mediante 3.096 ayudas.

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Ayudas que no sólo van destinadas al mantenimiento de la vivienda en propiedad (pago de hipotecas) o en alquiler, sino que también, y este es un fenómeno que va en aumento, se han encargado de intentar cubrir los gastos básicos de suministro. «Ahora mismo tener un trabajo no garantiza la inclusión social, pues hemos visto como las remuneraciones se han recortado y hay muchos casos de familias en las que, aun trabajando, no pueden mantener una vivienda digna». Oliva Martín se remitió en este punto al último informe FOESSA de Cáritas España en el que se señalaba que un 10% de familias castellano y leonesas contaban con tan sólo 300 euros al mes para hacer frente a todos sus gastos, una vez pagado el alquiler o la hipoteca.

Asimismo, según los datos aportados por Cáritas, el 16% de las familias de la Comunidad están afectados por factores de exclusión residencial y un 33% de los hogares no puede permitirse mantener la casa a una temperatura adecuada durante el invierno.

«La vivienda ha pasado de ser un bien básico a un bien mercantil, de un elemento de integración a una causa de exclusión para muchas familias», señaló a este respecto José María Rodríguez, quien reclamó que la vivienda sea un derecho «de integración, garantizado en todas sus formas por el Derecho español», así como un gran pacto estatal para «fomentar el alquiler social y el acceso a las viviendas vacías».

En este punto, los responsables de Cáritas Salamanca se remitieron a los últimos datos aportados por el Consejo General del Poder Judicial, que afirmaban que, en los nueve primeros meses de 2014, se registraron 282 desahucios en la provincia de Salamanca, cifra que supone un incremento de un 12% en comparación con el año anterior en el mismo periodo. Del mismo modo, en el tercer trimestre se produjeron 160 desahucios en Salamanca, lo que supone casi el doble en comparación con el mismo periodo del año pasado. En total, desde que comenzó la crisis, se han producido un total de 2.710 desahucios en la provincia salmantina. Números que se corresponden con los que manejan en Cáritas Diocesana, entidad que desde el año 2011 hasta el actual ha visto como aumentaba en 200 el número de familias que han tenido que atender en materias relacionadas con la vivienda, como explicó Oliva Martín.

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Perfil de los ayudados

En lo que respecta al perfil de las personas atendidas, principalmente se ha tratado de personas con dificultades para acceder a un empleo, que han agotado apoyos familiares y prestaciones sociales, y a las que no les queda más remedio que acudir a Cáritas porque no pueden seguir haciendo frente al pago de la vivienda, ya sea en propiedad o alquiler.

Por otro lado, abundan, como señalábamos al principio, los casos de viviendas compartidas por varias familias, circunstancia que suele derivar en otro tipo de problemas más allá de los económicos, en palabras de Martín. «Hablamos de situaciones complicadas en lo que a las relaciones se refiere, que para algo dice el refranero que el casado, casa quiere».

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Asimismo, son frecuentes también las familias monoparentales principalmente encabezadas por mujeres, con cargas familiares no compartidas, y los mayores, que han tomado un papel importante de apoyo a sus hijos, al ser la única fuente segura de ingresos, con sus pensiones, «que no son suficientes para afrontar los gastos de toda la familia». Por último, se ha ampliado la demanda por parte de personas y familias procedentes de la zona rural más allá de los pueblos del alfoz urbano.

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