La Feria de los Dulces de Morille se consolida como un acto solidario
maría jesús gutiérrez
Domingo, 7 de diciembre 2014, 13:14
La localidad de Morille celebró ayer la primera jornada de su Feria de los Dulces de las Monjas, un evento que llega a su cuarta edición y lo hace con muy buenos resultados.
La feria comenzó ayer a las once de la mañana con la inauguración a cargo del alcalde y la concejala de Cultura, Manuel Ambrosio Sánchez y María José Gil, respectivamente, que estuvieron acompañados por el alcalde de Monterrubio de la Sierra y miembros de la Asociación Alfonso X El Sabio.
Durante su intervención, tanto el alcalde como la concejala, agradecieron la colaboración de las vecinas de Morille, ya que son ellas las que se encargan de vender los dulces que elaboran las monjas. «Sin vosotras, esta feria no sería posible», manifestaron los representantes municipales, conscientes del trabajo que realizan antes, durante y después de la feria.
Asimismo, el alcalde manifestó que gracias al «empeño y voluntad» de los vecinos de Morille, esta feria se consolida como una actividad solidaria en la que se demuestra el compromiso social de todo un pueblo.
Tras estas primeras palabras, se daba por abierta una feria que ayer y hoy tiene a la venta los productos de los conventos de la Diócesis de Salamanca (las Carmelitas de Peñaranda de Bracamonte, las Benedictinas de Alba de Tormes, las Clarisas de Cantalapiedra y las Dominicas de Salamanca), así como de los de la Diócesis de Ciudad Rodrigo (las Agustinas de San Felices de los Gallegos, las Clarisas de Ciudad Rodrigo y las Franciscanas del Zarzoso). Productos que, como se encargan de resaltar en la propia feria, se caracterizan por la ausencia de conservantes y colorantes, de ahí que su elaboración y consumo han de hacerse casi a diario.
Durante la mañana, y según explicaba anoche María José Gil tras el cierre de la primera jornada, «el goteo de público fue constante»; coincidiendo la mayor asistencia de personas con la celebración de los dos conciertos del I Ciclo de Música Confitada, entre las cinco y las siete de la tarde.
Respecto a las ventas, Gil señalaba que durante el primer día se ha vendido «más de la mitad de los productos» comprados a los conventos, que en esta ocasión están en torno a 1.100 cajas y paquetes.
Hay que señalar que el Ayuntamiento ha comprado este año un número mayor de lotes que en la primera edición de la feria pero menor que en la tercera; y es que, según cuenta la concejala de Cultura que es la que se encarga de coordinar la feria, «el año pasado se notó más la crisis, vino más gente que en ediciones anteriores pero las compras fueron menores», por ello se decidió comprar menos.
En cuanto al gasto realizado en esta ocasión, María José Gil cuenta que «la gente parece que este año gasta más alegremente» y es que el año pasado los asistentes gastaban unos 20 euros y en esta ocasión ha habido muchos que se han llevado productos por valor de 40 y 50 euros, por lo que consideran que el balance este año será satisfactorio. «Aún queda el día de mañana» (por hoy), decía ayer la edil, «y todavía queda mucho por vender».
Hoy habrá nuevos conciertos, por lo que la asistencia de público está casi garantizada y esperan que también las ventas.