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Pilar Tamayo, jefa del servicio de medicina nuclear, se asoma al PEC TC del hospital.

«La tomografía PET/TAC ya ha ahorrado dos millones de euros al Sacyl»

Castilla y León cuenta desdeel 1 de octubre con el primer aparato de estas características de España que permite detectar el cáncer de forma más precoz

Y.R.T. / ICAL

Martes, 18 de noviembre 2014, 12:56

Gracias a la «campaña infatigable» liderada por los doctores del Hospital de Salamanca Pilar Tamayo, Dolores Caballero y Jesús San Miguel, Castilla y León cuenta desde el pasado 1 de octubre con el primer PET-TAC de movimiento continuo de España, una prueba que permite un mejor diagnóstico de los pacientes que sufren cáncer y que, por tanto, contribuye a mejorar tratamientos específicos personalizados para cada caso.

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La jefa de sección de Medicina Nuclear del Hospital de Salamanca y responsable de la Unidad de PET-TAC, Pilar Tamayo, recuerda que llevaban desde el año 2009 luchando por conseguir esta tecnología que al final han conseguido con el apoyo de la Junta de Castilla y León. Sin esta apuesta decidida por la Consejería de Sanidad, hoy seguirían externalizando a unos 2.000 pacientes al año, ya que la prueba es imprescindible en muchos casos, por lo que destaca que al final y aunque la inversión ha sido alta, supone «un ahorro». Además de conseguir detectar un cáncer mínimo residual que con otras tecnologías no se puede apreciar, ofrece también importantes posibilidades en el ámbito de la investigación de nuevos tratamientos y fármacos.

Empezó a funcionar de forma oficial el pasado 1 de octubre y ya se han realizado 300 PETs .

¿Qué ventajas ofrece esta tecnología en la Sanidad de la región?

La Tomografía por Emisión de Positrones (PET) es una técnica de diagnóstico por imagen que recoge información sobre lo que pasa dentro del organismo, concretamente en los procesos moleculares y bioquímicos que tienen lugar en las células y la principal innovación que aporta junto con las prestaciones del TAC (escáner) es que puede dar una cobertura asistencial en el campo de la oncología, especialmente, pero también en otras áreas, que antes no podíamos prestar. Los pacientes tenían que ser derivados a centros privados de Valladolid o a clínicas de Madrid, con las molestias que esto ocasionaba, sobre todo para personas enfermas. Pero se trataba de una prueba imprescindible, por lo que era necesario el realizarla de todos modos, ya que permite conocer el estadío de la enfermedad para aplicar unas terapias más adecuadas.

¿Qué nuevas posibilidades diagnósticas permite?

Tiene una mayor potencia y resolución, por lo que permite apreciar lesiones de tamaño mucho más pequeño, es decir, si hay por ejemplo un cáncer mínimo residual de entre 0,4 y 0,5 centímetros, que hasta ahora otras técnicas diagnósticas no lo detectaban desde una etapa tan temprana. De este modo, se ve si se ha producido una remisión completa o si está comenzando a aparecer de nuevo la enfermedad y al final estamos hablando de incrementar la supervivencia de los pacientes, porque se les diagnostica mejor y se aplican las terapias de forma más eficaz, es lo que se llama medicina personalizada. A través de su perfil genético y sus características moleculares, se diseñan tratamientos específicos que garantizan un mayor porcentaje de curación, una mayor supervivencia y además, se ahorra dinero.

¿Qué supone después de tantos años de espera?

Una gran ilusión, una alegría tremenda el disponer de la última tecnología y es gracias a la Consejería de Sanidad, que ha apostado por ello y ha dotado a la sanidad de Castilla y León del primer equipo de movimiento continuo de toda España. Cuando se compró, en septiembre del año pasado, solo había cuatro de estas características en el mundo. Primero solicitamos una financiación para adquirirlo a través de un concurso público de ayudas del Ministerio de Sanidad, pero competíamos con Pamplona y al final no obtuvimos la financiación, aunque el proyecto era importante. Sin embargo, nos dijeron que lo presentáramos en las siguientes convocatorias, aunque con la crisis ya no hubo más, por lo que decidimos acudir a la Comunidad Autónoma y explicarles que se trataba de adquirir un equipo que al final supondría un ahorro para las cuentas públicas.

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¿Está cuantificado el ahorro que supone contar con un PET-TAC?

El gasto que suponía esta prueba era de entre 600 y 700 euros al año en otros centros lo que generaba alrededor de 1,5 millones de euros al año de inversión y esta tecnología además de significar un ahorro de ese dinero, será además una fuente de ingresos en el futuro, porque se podrán hacer ensayos clínicos por parte de la industria farmacéutica, que se cobran a unos 1.500 euros cada uno. El PET-TAC costó casi tres millones de euros y según el estudio de mercado que elaboraron a día de hoy ya se han ahorrado dos millones de euros.

¿Por qué se eligió el Complejo Asistencial de Salamanca?

Porque el Hospital de Salamanca es de referencia nacional, sobre todo en el ámbito de la oncología y la hematología.

¿Da cobertura a pacientes de toda Castilla y León?

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Sí, solo daremos una cobertura asistencial en Castilla y León, porque aunque en otras comunidades no dispongan de un PET-TAC, esto no implica que no puedan hacer sus estudios PET.

¿Cuántos pacientes pasarán por esta prueba diagnóstica al año?

Se estima que aproximadamente unos 2.000 pacientes se derivaban al año a centros privados para realizarse esta prueba, pero al disponer en el hospital de su propio PET-TAC se incrementará la demanda. Además, también se realizarán ensayos clínicos para investigaciones, por lo que estamos hablando de entre 3.500 y 4.000 pacientes al año.

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¿Qué oportunidades abre en el ámbito de la investigación?

Es una herramienta útil para que los investigadores puedan valorar la eficacia terapéutica de nuevas líneas de actuación contra enfermedades y podrán analizar la respuesta de sus tratamientos experimentales de una forma más precoz. Si el paciente es quimiosensible a la quimioterapia que se aplica y si no, cambiar a una línea más agresiva, por ejemplo. Se ahorra tiempo y recursos que no se gastan en tratamientos ineficaces.

¿Se logra una medicina más personalizada?

Así es. Se pueden determinar las características moleculares del proceso y teniendo en cuenta también las características genéticas, se aplica una quimioterapia específica para cada enfermo. Se traduce en más eficiencia.

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¿Hay lista de espera?

No, no hay lista de espera y la respuesta se obtiene de inmediato, porque los especialistas siguen todo el proceso. Hay cinco médicos especialistas en medicina nuclear en esta unidad y, después de la adquisición del PET-TAC, se contrataron a dos especialistas más, a dos técnicos en imagen, a dos enfermeros, un auxiliar clínica y un auxiliar administrativos.

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