Así será la vuelta a la competición

Imagine por un momento que le hemos dado otro bocado al confinamiento y como si de un mal sueño se tratara, despertáramos un mes después a fecha 20 de junio, con un Leganés-Real Valladolid en la parrilla de la televisión de pago.

Atrás hemos dejado cinco largas semanas de entrenamientos meticulosamente diseñados, escrupulosamente controlados, en los que los jugadores han debido pasar de cero a cien en tres fases estudiadas al milímetro. Desde la primera a la última zancada, pasando por el estiramiento, los ejercicios colectivos y los correspondientes remates de cabeza manteniendo, eso sí, la distancia protocolaria.

Por delante quedarán, por lo tanto, cinco semanas de competición y un calendario contrarreloj con las once jornadas pendientes que dejó el campeonato de liga el día de su suspensión.

Tres meses y medio habrán pasado desde el último partido, además de no pocos debates y opiniones contrarias que han terminado por limar el protocolo definitivo que ha enviado LaLiga a todos los clubes profesionales (Primera y Segunda División) para afrontar la vuelta a la competición. Un documento, correcciones incluidas tras los pasos en falso dados previamente, que exige nuevas obligaciones a los responsables de los clubes además de una serie de medidas que influirán en el desarrollo de los partidos. La más llamativa, aprobada por la FIFA, tiene que ver con los cinco cambios que podrán hacer los entrenadores a lo largo de los 90 minutos, seis en caso de que haya prórroga como es posible que suceda en la fase de ascenso a Segunda División.

Cambios que están supeditados a realizarse en tres bloques (dos de dos jugadores y uno de uno) para evitar que el juego se interrumpa más de lo habitual. La consecuencia de esta medida es que los técnicos podrán convocar a 23 jugadores en lugar de los 18 habituales.

La propia Federación Española se ha apresurado en las últimas horas a defender la aplicación de estas normas para «proteger la salud de los jugadores, tras las limitaciones que para sus entrenamientos ha supuesto el período de confinamiento».

El documento trasladado desde LaLiga recoge, además, otra serie de medidas para su aplicación antes, durante y después de los partidos.

Se ha establecido que en cada partido, todos a puerta cerrada, tengan acceso a las instalaciones un máximo de 229 personas, todas ellas debidamente acreditadas. El ente que preside Javier Tebas divide el estadio en tres zonas independientes entre sí.La zona verde, que afecta a los protagonistas, tendrá cabida para un máximo de 94 personas. Además de jugadores, técnicos y cuerpo arbitral, hace mención a personal de seguridad, servicios sanitarios y responsables del VAR. Esta zona estará previamente desinfectada y precintada mucho antes de que lleguen los futbolistas.

Todos los clubes deben enviar el día antes de cada partido una lista con las 48 personas que acudirán al campo. El equipo local puede incluir un máximo de cuatro directivos por dos el visitante. Su zona indicada es la azul, que abarca un total de 103 personas, entre ellos operarios y cámaras.

Las ruedas de prensa se realizarán de forma telemática.

Una vez en la puerta todos deben estar pertinentemente acreditados, ataviados con guantes y mascarilla y con el documento que confirme haber superado la prueba de coronavirus. Aun así, a todos ellos se les tomará la temperatura antes de acceder al estadio.

Muchos son los estudios que se han hecho para atemperar la frialdad de un partido sin público. Con la experiencia que dejó por ejemplo el partido Eibar-Real Sociedad disputado en marzo a puerta cerrada, LaLiga ha pensado también en cuidar este aspecto para que las retransmisiones tengan mayor atractivo. Además de incluir sonido de ambiente artificial se están estudiando fórmulas para cubrir las gradas vacías. Con el cambio en la realización de los partidos, también se está planteando la posibilidad de desplegar publicidad virtual e incluso mensajes de Twitter de los aficionados sobre las butacas.

Es una de las máximas preocupaciones y, por supuesto, también tiene una respuesta inmediata en el protocolo. De este modo, si un futbolista, entrenador o empleados de club da positivo, se procederá al aislamiento inmediato en su domicilio. Si el contagio afecta a un jugador, se empleará la herramienta Mediacoach –que permite conocer al detalle cada uno de los movimientos en el campo– para ver con qué futbolistas ha tenido contacto directo. Consecuentemente se les hará la prueba a todos aquellos que en ese estudio hayan estado más de cinco minutos en contacto con el positivo.