Rubi y Pacheta, unidos por la obligación de ascender en el José Zorrilla

El de Vilassar de Mar (Barcelona) llegaba a Pucela tras el descenso con Juan Ignacio Martínez a los mandos -penúltimo-; el catalán había brillado con el Girona la campaña previa y al que precisamente el Almería apartó de subir en la eliminatoria final. Su año en Valladolid no fue fácil. Tras una buena primera vuelta con el equipo tercero (38 puntos: 11 victorias, 5 empates y 5 derrotas), el Valladolid fue perdiendo fuelle en la segunda (34 puntos) para terminar quinto la campaña regular. En el 'play-off' de ascenso cayó en las semifinales ante Las Palmas (1-1 en Zorrilla y 0-0 la vuelta). De los cinco últimos partidos en el estadio José Zorrilla del equipo, el Valladolid apenas pudo ganar uno, empató tres y perdió dos ante el Real Zaragoza (1-3)y el Llagostera (2-4).

En la sala de prensa de la UDLas Palmas, en el que sería su último partido como técnico blanquivioleta, Rubi llegó a afirmar que se veía como entrenador del equipo la siguiente campaña porque tenía contrato en vigor y que además estaba satisfecho con el trabajo realizado porque a pesar de no haber logrado el ascenso, recordó que se le fichó para conseguir el objetivo en un plazo de dos años, no en uno.

Pero pocos días después, ya en frío, el 17 de junio de 2015, el por entonces director deportivo blanquivioleta, Braulio Vázquez, le comunicó al preparador que no seguiría –luego hubo que indemnizarle– para continuar su carrera deportiva con altos y bajos. Ese acuerdo se retrasó y el Valladolid tuvo que esperar más de lo deseado por el club para poder anunciar a Gaizka Garitano como nuevo inquilino del conjunto pucelano para la siguiente campaña. Una temporada en la que tampoco se ascendería y en la que además del vasco también pasaron por el banco de Zorrilla Miguel Ángel Portugal y Alberto López.

Rubi se quedó sin equipo la siguiente campaña de inicio pero en el transcurso de la 2015-16 llegó con el curso avanzado al Levante de Primera y no pudo evitar el descenso; en la 16-17 llegó en enero al Sporting y descendió también a Segunda; en la 17-18 logró el ascenso a Primera con el Huesca pero se fue al Espanyol, al que logró meter en Europa como séptimo; pero decide no seguir y firma por el Betis, en el que fue destituido tras el parón por el covid cerca del descenso; en la 20-21 llegó en los últimos partidos de la liga regular al Almería y en el 'play-off' cayó en semifinales con el Girona.

En la cuerda floja este año

Y este curso tiene al equipo andaluz en puestos de ascenso directo casi toda la temporada (1º o 2º) y llega ahora a Zorrilla a intentar dar un duro golpe a su exequipo. Eso sí, su camino no ha sido de rosas pese a ello porque tuvo una crisis entre las jornadas 22 a 25 con cuatro derrotas y un empate, a la que se añadió la eliminación copera ante el Elche (1-2), que según los medios locales estuvo cerca de costarle el puesto ante la facilidad de Turki Al-Sheikh de hacer salir técnicos del banquillo del Almería las últimas temporadas. El nombre de Diego Martínez, exdel Granada, sobrevoló las oficinas almerienses.

A Pacheta también le está tocando lidiar con esa presión extra de tener que subir sí o sí con el Valladolid... y sin esperar al play-off si es posible, con una plantilla casi plenamente de Primera a sus mandos. El burgalés ha tenido una trayectoria también de altibajos, debutando ya en marcha en Primera con el Numancia en la 08-09 pero sin poder evitar el descenso; tras un periplo de varios años por Segunda B (Oviedo, Cartagena, Hércules) o incluso en el extranjero en Tailandia (Ratchaburi FC, en 2016), logró sus mejores registros en el Elche, al que subió de 2ª B a Primera en tres años pero el club no le renovó. El pasado curso, en Huesca, dirigió los últimos 20 partidos pero no pudo evitar el descenso a Segunda.

Amodo de anécdota, Rubi tenía a estas alturas de la 14-15 al Valladolid quinto con 59 puntos, por el tercer puesto actual de Pacheta con 65 puntos.