«A Ronaldo le suelo pedir que me explique alguno de sus trucos»
El atacante blanquivioleta llegó hace cinco años a España desde Brasil con un sueño que ya ha cumplido: jugar y marcar en Primera División
Con 24 años recién cumplidos, Marcos André de Sousa Mendonça (São Luís, Brasil, 1996) ya empieza a dejar su huella en la élite del fútbol ... español. El delantero del Real Valladolid ha ido subiendo peldaños desde Tercera División hasta cumplir su sueño de alcanzar la máxima categoría. Ahora, quiere seguir creciendo.
–¿Qué sensación tuvo al marcar en Zorrilla su primer gol en Primera División?
–Joé... No tengo ni palabras... En el hotel de concentración estaba pensando que ojalá fuese en ese partido ante el Athletic. Había estado cerca en otros encuentros. El equipo lo necesitaba. Fue una alegría tremenda en lo individual y también en lo colectivo.
–Antes de marcar, ¿había forzado el penalti que dio origen al primer gol que anotó Orellana? ¿Se planteó lanzarlo?
–No, cuando yo estaba en el suelo, Fabián ya tenía el balón. Sabemos que es un delantero que cobra muy bien los penaltis y teníamos mucha confianza en él.
–¿De quién se acordó cuando logró marcar el 2-0?
–De toda mi familia y amigos, la gente que ha estado en los momentos más complicados. Marcar en Primera División es algo muy grande.
–Ronaldo habló con usted antes del partido. ¿Qué le dijo?
–Le habíamos visto estos días por aquí. Conversamos sobre lo cerca que había estado de marcar en los últimos partidos. Me dijo que estuviera tranquilo y que trabajase como lo estaba haciendo.
–¿Y después del partido?
–Entró al vestuario y me felicitó. Estaba muy contento. Para mí ver eso resulta algo inexplicable: que Ronaldo te felicite... Es algo muy bonito, la verdad.
–¿Le ha usted pedido algún consejo al presidente?
–Bueno, los dos somos brasileños, así que en una conversación u otra le pido que me explique alguno de sus trucos. Es un tío que está siempre dispuesto a ayudarme desde que llegué.
–Tiene que ser especial para un delantero brasileño que Ronaldo sea su máximo jefe...
–Sí, sí. Cuando se lo conté por primera vez a mi familia, no se lo creían. Para nosotros es lo máximo: uno de los mejores delanteros de todos los tiempos. Tenerlo como referencia, que puedas hablar con él y que te dé consejos es algo muy bonito. Me da fuerza para seguir trabajando y mejorando.
–¿Ha notado mucha diferencia entre el nivel de juego de Primera y Segunda?
–Sí. En Segunda el listón es alto, pero cuando llegas a Primera ya ves un nivel top. Te encuentras con porteros internacionales, de alto nivel, y jugadores de calidad en todas las líneas del campo.
–Aunque sean muy buenos, a veces los porteros fallan y hay que estar atentos, como sucedió frente al Athletic...
–Eso es. Yo pienso que son buenos, pero que tengo las condiciones para batirles y sé que debo aprovechar todos los momentos. Siempre hay que estar preparado.
–¿Le dio muchas vueltas a aquel tiro al palo frente al Villarreal?
–La verdad es que sí. Todo el mundo me decía, 'ufff, casi'. Yo respondía 'no os preocupéis', a la próxima entra. Gracias a Dios fue lo que pasó.
–¿Es difícil para un delantero jugar en un conjunto como el Real Valladolid que no tiene demasiada producción ofensiva?
–Somos un equipo que no llega demasiado a zonas de ataque. Pero las veces que llegamos debemos aprovecharlas. El otro día lo hicimos bien. Se trata de adaptarse al sistema de juego. Si nos piden eso, debemos cometer los mínimos errores y acertar con las ocasiones que tengamos.
–¿Qué opinión le merece el estilo de Sergio González?
–Para mí es un estilo nuevo. En el Mirandés jugábamos con transiciones mucho más rápidas. El míster siempre busca la mejor forma de hacer un bloque. Cuando atacamos, atacamos todos. Cuando defendemos, también. La idea es llegar arriba con los máximos efectivos posibles.
–Ya que se ha estrenado como realizador, le haré la pregunta tópica e inevitable: ¿se marca una cifra de goles?
–No, la verdad es que no. El año pasado me decían que tenían que marcar entre 13 y 15 goles. Yo no podía prometer nada, solo trabajo y muchas ganas para lograr el máximo número posible. Me mantengo en esa idea.
–¿Quiénes son sus ídolos futbolísticos? ¿En qué jugadores se fijaba de pequeño?
–Ronaldo, claro, y también Romario. Ronaldinho, aunque era diferente, me gustaba mucho por su genialidad. Para nosotros en Brasil esta gente es lo máximo. Yo me intentaba fijar en ellos.
–Usted nació en São Luís, pero se crió en Coroatá. ¿Cómo transcurrió su infancia?
–Mi familia trabajaba en un comercio. La vida allí no era demasiado buena. Había dificultades, no teníamos aceras... Mi madre hacía lo que podía por nosotros. Pero también disfruté. Había muchas escuelas de fútbol y trataba de quitarme los pensamientos de las cosas que no tenía. Empecé con nueve años en la escuela de fútbol, pero económicamente nos costó bastante. Mi madre no trabajaba, pero siempre intentamos adaptarnos a la situación.
–¿Desde pequeño llamaba la atención como futbolista?
–Sí. Yo jugaba en la calle porque me gustaba, pero la gente me iba diciendo, 'enfócate en esto, tienes calidad'. Al final, te lo tomas en serio cuando ves que progresas. Dejas de hacer cosas que tus amigos hacen porque piensas que puedes llegar. Los ánimos de la gente me daban un subidón para seguir.
–Coroatá está en el estado de Maranhão. A usted también lo conocen por ese nombre...
–Sí, me llaman 'Maranhão' por mi estado. Es normal en Brasil que, cuando vas a otro lugar, en lugar de referirse a ti por tu nombre te llamen por el nombre de tu estado. Así me llamaban años atrás y algunos todavía lo hacen. Yo prefiero que me llamen Marcos, Marcos André.
-Sobradinho, Araguaína y Guaratinguetá fueron sus clubes de formación. ¿Siempre jugó como delantero?
–También lo hacía como mediapunta y a veces como extremo. Intentaba adaptarme, aunque lo que siempre me ha gustado es ser delantero y estar cerca de la portería para marcar goles.
–Usted llegó al Celta para hacer una prueba. ¿Cómo se produjo el salto a Europa?
–En Brasil hay una competición que es la más importante para juveniles. En España sería como la Copa de Campeones de esta categoría. Ojeadores de todo el mundo están pendientes. Disputábamos tres partidos. En el primero solo jugué 20 minutos. En el segundo, una parte. En el tercero, me salió todo: gol y asistencia. Al día siguiente de la competición ya había casi firmado por un equipo brasileño. Mi representante se movió para que me hicieran una prueba. Me comentó que antes verían un DVD mío. Yo no podía dormir. Me llamó a las tres de la mañana y me dijo que me querían llevar para allá. Me puse a llorar de alegría en la cama. Me fui a Guaratinguetá y estuve tres meses entrenando y jugando. El viaje a Europa se retrasaba y yo perdía las esperanzas. El 15 de marzo de 2015 vine a España con 18 años. Estuve un par de meses en el Celta a prueba. Luego me firmaron dos años de contrato. Me cedieron al Órdenes, en Tercera, y allí fue mi primera adaptación al fútbol europeo.
–Luego, recaló en el Logroñés.
-Sí, en el filial. Allí empecé a entrenar con el primer equipo y debuté contra el Leioa en Segunda B. Estuve dos años en esa categoría, al principio cedido por el Celta y luego ya como propiedad del Logroñés. El verano pasado fiché por el Real Valladolid.
–¿No tuvo ninguna opción de quedarse en el Celta?
–No, no me dieron la oportunidad.
-Usted llega al Real Valladolid, juega un partido con el Promesas y, automáticamente, lo ceden al Mirandés. ¿Entendió la situación o confiaba en quedarse ya aquí la primera campaña?
–Lo comprendí perfectamente porque sabía lo que iba a pasar. Yo llegaba de Segunda B y entendía que no podría quedarme en el primer equipo en mi primer año en Valladolid. Se trataba de un salto muy grande y sabía que me cederían para que fogueara con minutos. Me ha salido bien, la verdad.
–En Segunda marcó doce goles con el Mirandés y entonces el Real Valladolid ya tuvo muy claro que Marcos André sería jugador del primer equipo. ¿Cómo se lo comunicaron?
–No me lo dijeron claramente en un primer momento. Yo sabía que había muchos fichajes nuevos y gente que se podía marchar cedida. Solo pensaba en completar una buena pretemporada y en hacerme un hueco. Es lo que pensamos todos los que estamos ahí. Resulta complicado porque hay mucho nivel, pero si quieres jugar en Primera División ya sabes que será así.
–En Primera ya se alcanza una cumbre. ¿Jugar en la élite española ha sido más fácil o más difícil de lo que pensaba? Ha marcado un gol y también ha llamado la atención cuando ha salido desde el banquillo...
–Yo puedo jugar un minuto, dos, cinco o noventa, pero siempre quiero aprovechar el tiempo que esté en el césped. Si quiero que el míster confíe en mí, le tengo que demostrar que valgo y que quiero esforzarme cada minuto.
–La primera victoria de la temporada ha calmado un poco la tensión que se vivía en el vestuario. Además, parece que Sergio optará por un 4-4-2 a partir de ahora. Eso quiere decir que aumentarán las opciones de titularidad con dos delanteros.
–No pienso mucho en eso. Yo trabajo todas las semanas con la idea de dar lo mejor de mí y aprovechar cada momento. Quiero demostrar al míster que estoy bien y que puede contar conmigo.
–¿Con quién se complementa mejor arriba, con Sergi Guardiola o con Shon Weissman?
–Con los dos, la verdad. Tienen mucha calidad. Entreno con ambos y me encuentro muy bien a su lado.
–¿Prefiere tener a otro delantero al lado o jugar usted solo arriba?
–Me da un poco igual. Yo me adapto a lo que exija cada partido. No tengo problema.
–¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
–No me gusta nada estar parado. Me encanta salir para ir al cine, a comprar... Tengo a un amigo brasileño en casa. Salimos a dar un paseo, echamos partidas a la Play, vamos a jugar a los bolos. No me gusta estar parado.
–Ahora, con la pandemia, se reducen las posibilidades de ocio.
–Sí, es verdad. Tengo la suerte de tener a mi amigo Kevin en casa. Intentamos adaptarnos a la situación que hay ahora, pero sin dejar de disfrutar.
–¿Qué sueños tiene para el futuro? ¿Dónde le gustaría llegar?
–Voy poco a poco, paso a paso. Cuando firmé por el Celta soñana con jugar en Primera. Ya he cumplido esa parte. Ahora me gustaría traer a mi familia para que me vean aquí y comprueben todo lo que he conseguido en estos cinco años desde abajo. Mi sueño es llegar lo más alto posible, tanto en el fútbol como en la vida.
–Su familia estará orgullosa...
–Sí, siguen en Brasil. Me acompañan desde la distancia. Ven los partidos por televisión y hablo mucho con ellos. Eso me hace muy feliz y me da mucha fuerza para seguir peleando.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión