Borrar
Roberto se prepara para afrontar el partido ante el Celta de la primera vuelta. R. Gómez
Roberto reconoce un pacto en el vestuario para ir «todos a una» y respetar las decisiones del entrenador
Real Valladolid

Roberto reconoce un pacto en el vestuario para ir «todos a una» y respetar las decisiones del entrenador

El portero madrileño, titular en Vigo, asegura que ahora todos están mentalizados para dar lo máximo, dentro o fuera del campo, se borra de la ecuación del gol ante el Celta, y admite que el paso del tiempo ha mejorado su relación con Sergio

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Martes, 2 de marzo 2021, 12:35

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

No es habitual encontrar en un vestuario voces que expliquen con tanta sensatez y naturalidad lo que se vive en un vestuario. Desde Javi Moyano no había habido en Zorrilla un jugador como Roberto capaz de transmitir lo que pasa por la cabeza de un futbolista, en los buenos pero sobre todo en los malos momentos como el que atraviesa hoy el Real Valladolid.

Roberto Jiménez (Fuenlabrada, 1986) recuperó en Vigo la titularidad para disputar su séptimo partido como blanquivioleta (630 minutos) y de paso protagonizar los sinsabores que está experimentando el equipo en el campo. El portero madrileño ha pasado por sala de prensa para explicar cómo ha digerido el vestuario el empate cosechado en la última jornada, pero sobre todo para tratar de quitar hierro a esa última acción y mirar hacia adelante. «Empezamos semana y espero que todos los compañeros hayan aprovechado para limpir la cabaza y quitarnos esa amargura tan grande que nos dejó ese gol en el último minuto. Así que, cabeza limpia y ganas de empezar a trabajar y a avanzar porque esto no para. Cada vez queda menos y esta es la línea que hay que seguir. Olvidar el último partido y afrontar el próximo con optimismo», ha iniciado su análisis, apuntando que, lógicamente, se le ha dado muchas vueltas a ese gol de cabeza de Murillo en el minuto 94.

«Imagínate, pero todo viene muy provocado por el minuto en el que viene ese gol, con el partido prácticamente terminado. La verdad es que creo que es un cúmulo de situaciones en el que podíamos haber hecho un poco más, empezando por alargar esa acción de Óscar (Plano) en el córner, en la falta que no supimos defender bien y que Iago sacó bastante bien... Creo que todas las vueltas que le podamos dar vienen condicionadas por el momento en el que ocurrieron y porque terminó gol», afirma.

Roberto, como futbolista que es y por lo tanto en su condición de egoísta, se borra de la ecuación cuando se le pregunta por su responsabilidad en el gol. «La figura del portero aparece porque la jugada acaba en gol. Es una falta complicada, quizás la defendimos más dentro (del área) de lo normal. Mi mentalidad era la de ir a por el balón fuera donde fuera, pero los porteros intentamos tomar decisiones en base a la coherencia y no a la impulsividad porque esto nos hace cometer errores. Y vi que no llegaba, que (el balón) iba a caer más lejos de mi zona de interacción y que tenía que quedarme en la línea», recuerda.

También ha reflexionado Roberto sobre su vuelta a la titularidad, noticia que conoció el día antes, y sobre la decisión del vestuario de ir todos a una, independientemente de quien se vista de corto en cada partido. El meta ha anunciado un pacto para huir de personalismos y confiar a pies juntillas en los planteamientos del técnico.

«La verdad es que, de un tiempo a esta parte, mes o mes y medio en el que nos hemos metido en una situación complica, creo que el vestuario ha asumido un pensamiento en el que todos hemos llegado al 'pacto' de que da absolutamente igual quien juegue, que vamos a apoyarnos y que vamos a respetar las decisiones del entrenador. Que el beneficio es común a todos y que todos tenemos que estar preparados para participar en cualquier momento y dar lo máximo tanto dentro como fuera», ha reconocido, explicando cómo se enteró de la vuelta al once titular. «En mi caso, me sentía preparado para poder competir. El míster cuando hace un cambio lo suele avisar un día antes para prepararnos y ahí es cuando me entero, lógicamente motivado porque llevaba muchos partidos sin jugar», ha comentado, en una intervención que no ha esquivado ninguna pregunta.

Se la ha preguntado si el trabajo trabaja suficiente las acciones a balón parado, y Roberto ha asentido. «En Primera División una temporada da para todo. Da para momentos buenos, malos y en los que parece que, hagas lo que hagas, no te sientes con buenas sensaciones. Y también hay rachas en las que parece que sin saber por qué defiendes peor o encajas más goles o haces más penaltis. 38 jornadas dan para vivir todo tipo de situaciones. Es cierto que hemos recibido dos goles que nos han hecho daño en circunstancias similares pero creo que el equipo trabaja bien, es riguroso, el míster trabaja en corregir esas situaciones, se trabajan, los jugadores estamos comprometidos.. y creo que tampoco debemos machacar mucho en ese hierro frío», sostiene el meta, al que se le ha insistido sobre la forma de defender esas jugadas. «El míster tiene una estructura, trabaja un modelo para defender ese tipo de faltas que hemos interiorizado confiando en su buen criterio. Ha funcionado durante mucho tiempo y estoy seguro de que va a seguir funcionando. No es verdad que defendamos mal las faltas, habría que analizarlas todas», ha explicado.

Para Roberto el escenario de pelear por la permanencia no es nuevo. Ya lo ha vivido en varias ocasiones durante su carrera, sin ir más lejos en Vitoria el año pasado. «El año pasado fue un año muy raro y complicado, entró en juego la pandemia, jugar sin público, situación bastante atípica,... No podría utilizar esa temporada como referente, he vivido otros años con situaciones parecidas y quizás hay alguna cosa que este año me deja más tranquilo. Lo primero es que estamos fuera de descenso, y luego que el equipo tiene buenos mimbres pero necesita creérselo. También necesita victorias, competir como lo hizo con el Real Madrid,...», ha comentado.

Tampoco ha rehuido hablar sobre su relación con Sergio tras aquella suplencia incomprensible. «Es evidente que después de que el míster tomara la decisión de cambiarme, yo tuve unas semanas en las que no era la persona más feliz. No me sentía identificado conmigo mismo, los jugadores somos egoístas y nos duelen las decisiones que se toman en nuestra contra, y el míster respetó ese sentimiento que yo tenía. Y al final creo que el tiempo todo lo cura, somos adultos y profesionales, y creo que poco a poco por esfuerzo de los dos conseguimos tener una relación cercana y amistosa, que es la que a todos nos gusta tener con nuestos entrenadores. Él no le dio mayor importancia y yo tampoco. El míster ha sido fiel al criterio que utilizó cuando decidió cambiarme y cuando uno es fiel no se le puede decir nada. Pero juegue más o juegue menos, o lo haga Jordi con el que tengo una muy buena relación, lo importante es que el equipo se salve», ha admitido.

Vitoria, punto de inflexión

No había hablado desde aquella dolorosa derrota en Mendizorroza que provocó un seísmo en el vestuario y en buena parte de la afición, y Roberto se ha sincerado al reconocer que aquella semana de terapia ayudó al equipo a cambiar el chip. «Somos transparentes con eso y se habló porque estábamos en un momento muy delicado. El equipo sufría, no sé si una crisis de identidad, pero quizás confiábamos en nosotros mismos mucho menos de lo que un equipo de este nivel tiene que hacer, y sobre todo el punto más importante fue ratificarnos a nosotros mismos que la propuesta de nuestro entrenador era la que íbamos a seguir a muerte. Que íbamos a recuperar la ilusión como grupo, recuperar la alegría que tanto ha dado a este grupo, y volver a recuperar las sensaciones que han hecho que este equipo haya tenido estabilidad en estos años. Eso se transmite en el campo, esa unión, esa confianza y ese apostar por la propuesta, y eso ha hecho que quizás haya aumentado un puntito esa solvencia o esa seguridad y el equilibrio que se había perdido».

El sábado llega a Zorrilla otro hueso duro de roer como es el Getafe, y también una nueva oportunidad de sumar de tres en tres, algo que no se produce desde el 2 de enero, precisamente desde que se ganó al equipo de Bordalás.

«Por compararlo con el partido pasado, una de las virtudes que tuvimos para ponernos por delante y hacer que ese equipo que juega bien al futbol estuviera incómodo pasa por nuestro nivel de intensidad, de disputas, el número de faltas que cometimos,... En el minuto 80 seguíamos presionando a la defensa y al portero, y eso va a ser fundamental porque nos enfrentamos a un equipo que vive de su espíritu, de su solieze, de su consistenciy de su garra, y esa la base fundamental. Y luego poner todo el fútbol que tengamos para desequilibrar la balanza a nuestro favor», ha señalado, consciente de que el conjunto madrileño se caracteriza por volcar muchos balones al área. «Incide mucho en ese tipo de juego. Mete balones al área y tendremos la oportunidad de demostrar que todo lo que se habla no es verdad».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios