El Real Valladolid se quedó a un gol de subir a Primera
La Vista Atrás ·
Los blanquivioletas querían celebrar las Bodas de Oro con victoria y ascenso, y aunque ganaron lo hicieron por menos tantos de los necesariosJosé Miguel Ortega
Domingo, 19 de julio 2020, 09:25
Temporada 1978-79. El Real Valladolid cumplía 50 años y pretendía celebrar sus bodas de oro a lo grande, con el ascenso a primera división, ... tras una larga travesía por las categorías de platas e incluso bronce.
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Hubo muchas novedades aquel año, tras la llagada de Gonzalo Alonso a la presidencia, con la confección de una plantilla lo suficientemente competitiva como para confirmar a los blanquivioletas como firmes candidatos al ascenso a la división de honor.
El nuevo mandatario fichó a Pachín como técnico y tuvo la habilidad de ganarse el favor de los dos grandes, Barcelona y Real Madrid. Los culés cedieron a los defensas Serrat y Estella, al extremo Mir y al ariete Botella, que se unieron a otros dos productos de la cantera azulgrana, Moré y Rusky, llegados dos años antes. Los merengues accedieron al préstamo de uno de sus jóvenes talentos, Poli Rincón, al tiempo que se cerraban los fichajes del portero yugoslavo Bebic, los argentinos Cortés y Gilé, y el delantero del Zaragoza, Camacho.
Con estos mimbres, el Valladolid estuvo siempre en posiciones de cabeza, pero cometió algunos tropiezos y llegó al tramo final de la Liga con la necesidad de superar el golaveraje particular con el Betis, para poder lograr el ansiado ascenso. Blanquivioletas y verdiblancos se encontraron el 10 de junio de 1979 para disputar en el Viejo Zorrilla un partido dramático, a cara de perro, en el que los de Pachín necesitaban superar a los de León Lasa por dos goles de diferencia.
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Pese al dominio local en el primera parte, el orden defensivo del Betis frustró todos los intentos vallisoletanos por batir la portería de Esnaola que fue, por cierto, la gran figura del equipo andaluz, en el que había futbolistas de muchísimo nivel, como Gordillo, Cardeñosa, García Soriano, Anzarda y Megido.
Pese al calor sofocante y al desgaste físico, el Pucela incrementó su cerco al área visitante y a los 56 minutos encontró la recompensa con un golazo de Moré, que desde fuera del área coló el balón por la escuadra bética. Quedaba mucho tiempo y la presión del público parecía aliarse con los jugadores vallisoletanos en su objetivo de lograr el segundo tanto y, de hecho, Toño llegó a batir a Esnaola, pero el colegiado Pinter Pastor, anuló el gol por presunto fuera de juego que, en opinión de la hinchada local no había existido. En cambio, si estimó el publico que a Moré le hicieron un claro penalti, que el árbitro tampoco vio.
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La verdad es que el colegiado valenciano, con muy poca experiencia en la categoría, no quiso mojarse en las jugadas conflictivas y, pese a las constantes pérdidas de tiempo, tampoco aplicó ningún descuento, dando por concluido el choque con la justa, pero insuficiente victoria blanquivioleta, ya que para que el Valladolid pudiera ascender, tenían que darse muchas carambolas en la última jornada, en la que ganó a domicilio al Ferrol, pero también lo hizo el Betis en su casa, y pudo acompañar en el viaje a primera a otros dos equipos andaluces, Almería y Málaga.
El Real Valladolid quedó cuarto, con 46 puntos, los mismos que el Betis, aunque con ventaja verdiblanca de un gol en el golaveraje particular entre ambos equipos, un mínimo obstáculo que pudo haberse superado en aquel intenso partido disputado en el viejo estadio en una tarde-noche de muchísimo calor y grandes emociones.
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Los protagonistas del duelo fueron, por el Betis: Esnaola; Bizcocho, Cobo, Perurena, Gordillo; Benítez (Alabanda), Ortega, Cardeñosa; García-Soriano (Megido), Arana y Anzarda. Y por el Real Valladolid: Bebic; Serrat, Santos, Jacquet, Sánchez-Valles (Gail); Cortés, Moré, Estella (Jorge); Toño, Botella y Rusky.
Los seguidores vallisoletanos disfrutaron también en el torneo copero, pues los de Pachín llegaron a las semifinales, eliminando al Palencia, Español, Málaga, Burgos y Osasuna, quedándose también a las puertas de la final, pues perdieron 2-0 en Mestalla contra el Valencia, al que ganaron en Zorrilla por un insuficiente 2-1.
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Un solo gol privó a equipo y afición del ascenso y de la final de Copa en aquella campaña en la que el Real Valladolid cumplía medio siglo. Pero al año siguiente, con una plantilla peor y menos expectativas, se logró el objetivo tras una larga travesía de 16 años fuera de la élite.
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