El Real Valladolid espera que el césped de Zorrilla esté en perfecto estado en dos semanas

A vueltas con el estado del césped de Zorrilla.

Así se encuentra actualmente el Real Valladolid cuando quedan diez días para que se cumplan tres meses de la instalación de los actuales tepes en el renovado rectángulo de juego del estadio blanquivioleta, después de que el firme no haya terminado por asentarse como se esperaba, especialmente en la zona de la banda más cercana a los banquillos.

En esa parte del campo, pero también en otras aunque en menor medida, los pies de los futbolistas parecen patinar como si lo hicieran sobre hielo, una consecuencia de las dificultades que ha sufrido la hierba para echar las raíces necesarias después de que fuera instalada tras la obra acometida en Zorrilla en verano con la que se eliminó el foso y se rebajó en 80 centímetros la altura del campo con la intención de favorecer la visibilidad de las nueva filas de asientos que se instalaron después de la reforma.

Para llevar a cabo esta rebaja hubo que sustituir por completo el sistema de drenaje que se instaló el verano pasado y con él la hierba que tantos problemas dio en el arranque de la temporada 2018-2019, cuando los jirones de césped levantado protagonizaron unas imágenes que dieron la vuelta al planeta fútbol después de la visita del FC Barcelona al Nuevo José Zorrilla en la segunda jornada del campeonato.

Para este curso se intentó sortear ese problema instalando el césped con más antelación y pidiendo jugar los primeros tres partidos de liga fuera de casa, pero la medida no ha sido todo lo efectiva que se esperaba. El propio encargado del mantenimiento del campo blanquivioleta reconocía hace pocos días en Twitter que el club lucha por «contrarrestar el daño colateral» que asumió que tendría «con la elección del tepe en la construcción exprés. Un tepe que asegura estabilidad total desde el principio, pero que tiene los pormenores que hemos visto hasta que acabe de trabajarse». «Ya queda menos», aseguraba Antonio Blanco García del Pino en su cuenta en la citada red social, donde el 'greenkeeper' del club (una figura cada vez más en auge en el fútbol profesional y que LaLiga recomienda contratar a todos los clubes españoles) explica de cuando en cuando algunos detalles de su trabajo.

La entidad blanquivioleta optó en esta última renovación del firme sobre el que el primer equipo juega sus partidos por un tipo de césped que garantiza un firme estable desde el primer momento, un precepto al que obliga LaLiga a los clubes en su Reglamento para la retransmisión televisiva, que entró en vigor de cara a la temporada pasada. En su punto 2.3, este documento recoge que «el estado del césped, y en consecuencia su aspecto, tienen un impacto importantísimo en la percepción audiovisual de un partido. La buena salud y su adecuado cuidado, además de crear unas excelentes condiciones para el juego y ayudar a prevenir lesiones, repercutirán en la imagen que se proyecta de LaLiga, sus equipos e instalaciones», lo que da buena muestra de la importancia que tiene para el organismo que regula la competición el estado de los terrenos de juego.

Con todas las precauciones ante la meteorología que suele darse en Valladolid en esta época del año (la Aemet prevé lluvias al menos hasta el próximo lunes), el club confía a día de hoy en que el estado del terreno sea bueno para el choque con el que se cerrará esta semana ante el Sevilla (domingo, 21:00 horas) y en perfectas condiciones dentro de quince días, cuando sea la Real Sociedad la que rinda visita al conjunto de Sergio González.

En el partido contra el Gaz Metan rumano de la semana pasada, con motivo del XLV Trofeo Ciudad de Valladolid, se pudo ver que el césped continuaba mostrando un mal estado en el lateral del área más cercana al fondo sur, junto a la tribuna. Allí la acumulación de arena era lo más llamativo, especialmente cuando ésta saltaba cuando algún jugador se lanzaba al suelo o realizaba un despeje. «Esa parte del campo resbalaba y está en un proceso de mejora que lleva entre otros trabajos la aplicación de arena, el objetivo es que esté perfecto para el próximo partido oficial visual y funcionalmente», describía igualmente el 'greenkeeper' pucelano, desvelando algunos detalles de las actuaciones que el club ha llevado a cabo para paliar los problemas que atraviesa el césped y que llegaron a motivar las quejas de los jugadores hace algunas semanas, algo que se considera ya controlado.

Las incidencias que está atravesando el verde pucelano no son exclusivos en la Primera División e incluso clubes como la Real Sociedad van a acometer una renovación del césped en plena temporada, para paliar el mal estado que viene presentando Anoeta por las continuas lluvias que han caído recientemente en la capital guipuzcoana.

Allí se va a optar por instalar una solución híbrida que mezcla césped natural y artificial al igual que el que instaló el Eibar en Ipurua hace algunas semanas. Este híbrido es la solución por la que están apostando muchos clubes europeos en cuyos estadios los aleros que cubren las gradas son tan amplios e inclinados que impiden que el césped reciba la ventilación necesaria.