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Plano dirige un contraataque ante la presencia de Juanmi Callejón. Carlos Guerrero
Copa del Rey

Plano saca el billete para la tercera ronda de la Copa

Un doblete del madrileño, el segundo en la prórroga, le da una sufrida pero merecida victoria al Real Valladolid. El Marbella se ganó el tiempo extra en el minuto 92

Martes, 5 de enero 2021

Dos goles de Óscar Plano decidieron la eliminatoria de Copa en Marbella en un partido trabado que se le complicó al Valladolid cuando parecía tenerlo ... atado. El primer tanto del madrileño dejó tocado y tambaleándose al cuadro andaluz a diecisiete minutos del final, pero fue el segundo el que terminó por rematarlo, ya en la prórroga, después de que Gudiño enviara e partido al tiempo extra en la última jugada del tiempo reglamentario a la salida de un córner (minuto 92).

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El equipo de Sergio tuvo el control durante buena parte del partido pero no fue hasta la segunda parte, con los jugones en el campo, cuando gozó de las mejores ocasiones de gol. Toni, Waldo y sobre todo Plano llevaron todo el peligro a la portería rival en medio de un aguacero del que supo salir a flote el Pucela.

Marbella FC

Santomé; Marcos Ruiz, Fernando Román, Fran Ortuño (Redruello, minuto 62), Alfred Planas, Alex Bernal (Javi Añón, minuto 84), Edu Ramos (Gudiño, minuto 73), Granero (Manel Martínez, minuto 84), Callejón, Óscar García y Nacho Sánchez.

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Real Valladolid

Roberto; Hervías (Luis Pérez, minuto 106), Joaquín (Miguel Rubio, minuto 46), Javi Sánchez, Vilarrasa; Alcaraz (Kike, minuto 84), Míchel, Óscar Plano, Waldo (San Emeterio, minuto 86), Zalazar (Toni Villa, minuto 64) y Sergi Guardiola (Sergio Benito, minuto 64).

  • goles: 0-1 (minuto 52): Zalazar. 1-1 (minuto 59): Granero, de penalti. 2-1 (minuto 73): Óscar Plano. 2-2 (minuto 90+2): Gudiño.

  • Árbitro: Alberola Robas, del comité manchego. Amonestó a Óscar García, Marcos Ruiz, Redruello y Román por los locales, y a Waldo, Javi Sánchez, y Alcaraz por los visitantes.

  • Incidencias: Segunda eliminatoria de la Copa del Rey, disputada en el estadio Antonio Lorenzo Cuevas con 800 espectadores en las gradas. El partido empezó con 15 minutos de retraso al dar positivo un miembro de la expedición, no futbolista, en un test rápido realizado por la mañana. Eso obligó a hacer pruebas al resto.

Con pies de plomo para no tropezar con la normativa en Copa -en todo momento debe haber siete futbolistas profesionales del primer equipo en el campo-, Sergio propuso una alineación compensada entre jugadores sin minutos, caso de Roberto, Míchel, Waldo y Javi Sánchez, otros que los necesitan para retomar un estado físico óptimo, caso de Joaquín y Guardiola, y la ambición propia de canteranos consolidados en el filial como Vilarrasa y Zalazar. La mezcla tardó en casar.

La receta invitaba a flexibilizar el resultado final, un 4-4-2 con libertad de medio campo hacia adelante para que Plano y Waldo intercambiaran posiciones e incluso para que Guardiola y Zalazar cayeran a banda, pero los ingredientes tardaron en acompañar la intención. Algo más de media hora, concretamente, invirtió el Valladolid en hacerse con el control y demostrar cuál de los dos era el equipo de Primera. Hasta entonces, el empuje de un Marbella convertido en montaña rusa en liga pero animoso en Copa equilibró fuerzas e incluso amagó en una volea de Ortuño que comprometió a Roberto antes de que Joaquín enviara a córner. Aspirante un curso más al ascenso a Segunda, el conjunto que dirige el berciano José Manuel Aira acumuló hombres en el centro del campo para neutralizar el tándem Míchel-Alcaraz y así apagar una de sus vías de producción.

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Su apuesta retrasó la salida de balón y forzó a los blanquivioleta a utilizar las bandas como único medio para llevar peligro.

En ello se empleó el Marbella como único argumento, endureciendo el partido en la medular sin apenas opciones de inquietar a Roberto. Eran contadas las ocasiones en las que rondaba la portería blanquivioleta, y alguna más -aunque tímidas- las que rondó el equipo visitante, la más clara un disparo de Óscar Plano desde la frontal que obligó a Santomé a emplearse cerca del palo. La actividad del 'diez' dejó la nota más destacada en la primera parte, rubricada con un tímido cabezazo que apenas inquietó al meta local.

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Al descanso se llegó con poco fútbol, ninguna pegada y ocasiones contadas con los dedos de una mano. Un disparo de Guardiola al aprovechar un balón suelto a la salida de una falta botada por Hervías, que se perdió rasa cerca del palo izquierdo, completó una más que discreta primera parte del Valladolid. Si atendemos a esos 45 minutos, solo dos jugadores se hubieran ganado plaza de titular el próximo domingo en liga ante el Valencia. Uno de ellos el mencionado Plano, que supo buscar bien los espacios, y el otro Pablo Hervías, quien aunque sin suerte al menos lo intentó incorporándose desde la banda derecha.

La reanudación dejó a Joaquín en el vestuario y una buena noticia de inicio: el gol que debía aportar un mayor poso, además de tranquilidad, al juego blanquivioleta. Waldo pudo deshacerse al fin de su par para pisar área, ganar línea de fondo y encontrar a Zalazar con una asistencia que era más de medio gol. Su segundo en Copa. No lo pudo administrar el equipo de Sergio, que casi sin solución de continuidad se topó, en una acción aislada, con el tanto del empate. Bernal filtra un balón dentro del área que salva el fuera de juego y Roberto se lleva por delante a Alfred Planas en su intento por recortar al portero visitante. Penalti y partido nuevo con media hora por delante.

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Faltaba alguien que aportara algo más de mordiente e imaginación arriba, y el técnico dio el relevo arriba tanto a Toni Villa como a Sergio Benito, consciente de que el partido, rácano en ocasiones, podía decantarse en una acción aislada. Por detalles. Apenas por media cabeza. Y ésta la volvió a asomar Waldo en banda izquierda, en una acción individual que encontró a Plano en el corazón del área poco antes de que el madrileño controlara y cruzara al palo contrario para batir a Santomé.

Al Marbella le quedaban 17 minutos para buscar la prórroga y pocas ideas en medio de un aguacero que complicó más la fluidez del juego en ambos bandos. Tiempo suficiente, eso sí, para asistir a dos acciones que justificaron la entrada. La primera, una extraordinaria maniobra de Vilarrasa que le permitió pisar área y poner a prueba la elasticidad de Santomé. Y la segunda -una más a incluir en el saco de méritos que le deben dar la titularidad-, en las botas de Toni Villa, que se sacó de la manga un slalon imposible entre Nacho Sánchez y Planas dentro del área que dejó tambaleando el palo.

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Méritos suficientes como para haber sentenciado el pase a la siguiente ronda, más si cabe tras un nuevo remate a la cruceta de Sergio Benito, que sin embargo se fueron al desagüe en la última acción, minuto 92, en un balón muerto dentro del área que Gudiño envió a la prórroga.

En el tiempo extra, y ya sin algunas de sus piezas más valiosas, caso de Granero, Callejón o Álex Bernal, el Marbella dedicó todos sus esfuerzos en impedir que se jugara para llegar a la tanda de penaltis. Como loco por morir en los once metros, el conjunto andaluz dio un paso atrás y cedió los metros suficientes para que el Valladolid buscara en solitario el tanto de la victoria. Gol que mereció y que encontró en una acción individual de Óscar Plano, que de nuevo volvió a aparecer al borde del área para sentenciar la eliminatoria. En un control que fue medio gol, el madrileño cruzó ante la salida de Santomé para atar una sufrida pero merecida victoria.

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