Los peñistas confían en alcanzar la cifra de 15.000 abonados en Segunda División
Los sondeos que manejan internamente son optimistas pese al descenso y el hermetismo en el que se ha instalado el club
La campaña de abonados 2021-22 se ha convertido en tema tabú de puertas adentro y cada día más recurrente de puertas afuera para el ... aficionado, que a un mes del inicio de la competición, a treinta días de volver a un estadio que no pisa desde marzo de 2020, continúa desinformado sobre los planes del Real Valladolid. Sí sabe que Zorrilla abrirá sus puertas el 22 de agosto para acoger la segunda jornada de liga ante el Real Zaragoza, pero no en qué condiciones lo hará. No hay un plan A, y si lo hay el club lo guarda bajo siete llaves, pendiente de completar su hoja de ruta con la respuesta que reciba la propuesta enviada por los clubes de Segunda a la Junta de Castilla y León.
Sin ningún dato que permita intuir cuáles van a ser las pautas de vuelta a los estadios, las expectativas las acaparan los peñistas del Real Valladolid, no solo por los sondeos internos que manejan sino también por la intuición que les proporciona la experiencia de años anteriores.
El dato que dejó el anuncio del club a finales de junio de 2020, cuando habilitó una plataforma que permitía a los abonados decidir qué hacer con el importe que les correspondía por no haber podido disfrutar del carné en su totalidad les hace ser optimistas. Por entonces la mitad (aproximadamente 11.000 abonados) optó por dejar esa cantidad como crédito, y ese guiño supone un punto de partida para pensar que este verano volverán a ocupar sus localidades. «La mitad decidieron retener su dinero, y yo confío en que lo hicieron para recuperar sus abonos esta temporada. Si contamos con esos 11.000, malo será que no podamos llegar a los 15.000 esta temporada», señala José Antonio Pérez, presidente de la Federación de Peñas del Real Valladolid.
En las últimas semanas, desde el club se han puesto en contacto con los socios a través de una encuesta enviada por correo electrónico para conocer sus intenciones y, aunque no ha trascendido los resultados, los abonados consultados por este diario reconocen que la incertidumbre en la que se vive por la actual situación y la falta de información por parte del club les hacen dudar.
No es este el caso de los peñistas, donde el optimismo que se respira les hace albergar esperanzas de que la cifra supere con creces la registrada durante el último año en Segunda División, temporada 2017-18, cuando se alcanzaron los 11.074 abonados.
«Nos ha sorprendido el número de altas que hemos tenido. Se nota que la gente tiene ganas de fútbol después de un año y medio sin poder ir al estadio. A día de hoy tenemos registrados 1.673 peñistas cuando falta todavía un mes para empezar la liga. Seguro que llegamos al techo de los 2.500 que tuvimos cuando había público en Zorrilla», comenta el presidente de la federación de peñas.
Otro aspecto a tener en cuenta es la fórmula a emplear para cumplir todos los protocolos y medidas impuestas por la Junta, y acercarse a su vez al 75 por ciento de aforo permitido. En caso de que se cumplieran las mejores expectativas, es decir los 15.000 abonados –supone un 57% del aforo total del estadio–, habría que calcular las butacas necesarias de distancia entre los no convivientes para saber si tendrían cabida todos.
Las aficiones disponen de 300 entradas al precio de 15 euros para viajar con sus equipos, pese a que habrá estadios a los que solo accedan los socios
El segundo problema que se le presenta a los clubes, en este caso al Real Valladolid, tiene que ver con la incertidumbre de que el aforo se vea reducido en caso de saltar de fase si la pandemia se agrava en el transcurso de la temporada. De ahí la propuesta conjunta que han elaborado los clubes de Castilla y León en Segunda (Mirandés, Burgos, Ponferradina y Valladolid) en la que piden ciertas garantías.
A los aficionados se les presenta también la duda de los partidos a domicilio, ya que la capacidad de los estadios varía ostensiblemente según el club, y en muchos solo podrán permitir el acceso a sus abonados. Esta temporada, gracias al acuerdo alcanzado por Aficiones Unidas, todos los equipos dispondrán de 300 entradas a un precio de 15 euros para poder viajar con sus equipos. Una iniciativa que queda también en el aire por las medidas que se tomen en cada comunidad.
Los clubes se enfrentan al reto de recuperar las cifras de abonos prepandemia
En febrero de 2020 todo era color de rosa en los estadios. Uno podía abrazarse cuantas veces quisiera con su vecino de tribuna sin miedo alguno, saltar y gritar sin medida, e incluso lamentar las decisiones del entrenador sin necesidad de subirse la mascarilla. El fútbol se vivía piel con piel, en directo y sin una pantalla por medio que te impidiera cantar el himno y desplegar la bufanda.
La aparición del virus lo trastocó todo. y las cifras de público que se manejaban entonces representan ahora una utopía. La pandemia, también el descenso en el caso del Real Valladolid, arrastrará a miles de aficionados y el fútbol no volverá a ser el mismo tal cual lo conocimos.
A día de hoy los clubes buscan fórmulas y se debaten para adaptar sus estadios a los protocolos anticovid para perjudicar lo menos posible a sus aficionados.
En la retina quedará durante algún tiempo los 21.632 espectadores que acudieron a presenciar la derrota del Valladolid a manos del Athletic (1-4) aquel 8 de marzo de 2020. Y mucho tendrá que llover antes de que el club recupere, se acerque siquiera, al techo que marcaron los 22.004 abonados de la temporada 2019-20.
Un escenario que no es exclusivo del Valladolid, ya que en la categoría hay clubes que, por la capacidad de sus estadios, se verán seriamente perjudicados. Casos como el del Alcorcón, Amorebietao El Alcoraz en Huesca, con capacidad para 8.000 espectadores. En el otro extremo se encuentran clubes como el Real Oviedo o el Sporting, con un seguimiento masivo por parte de sus aficionados, o el Zaragoza, que a la pandemia une ahora el proceso de venta en el que se encuentra inmerso.
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