El nuevo Promesas, visto por Javi Baraja

El Promesas del curso pasado dio un paso adelante en su «mentalidad» competitiva, una de las claves del éxito. «Igualar lo que alcanzamos la última campaña será complicado porque estamos hablando de algo histórico. Pero es cierto que partimos con la misma ilusión, con jugadores nuevos que vienen a Valladolid y otros que siguen reivindicando un sitio en el primer equipo y en el fútbol profesional. Nuestro objetivo es ayudarles a que puedan aparecer ahí. El año pasado tuvimos la suerte de que fueran muchos. Este curso esperamos que sean otros tantos», confía Baraja.

El propio técnico vallisoletano se ha visto propulsado con una trayectoria meteórica (Cadete A, Juvenil A, gran éxito en su primer año al frente del Promesas) que le ha supuesto una ampliación de contrato hasta 2022. «El Real Valladolid ha demostrado confianza en mí. Estoy trabajando muy a gusto, creciendo como entrenador y me siento muy realizado por ayudar a los chavales de la cantera en sus aspiraciones de llegar al primer equipo», apunta.

El formato competitivo de esta campaña en Segunda B ha cambiado por el aumento de equipos y será el preludio de las nuevas categorías el próximo año, que verá nacer la Segunda B Pro y la Segunda División RFEF, como escalones por encima de la Tercera División. En este curso de transición, los grupos y subgrupos, junto con las tres fases de competición, obligarán a ponerse las pilas desde el primer momento. «Hay incertidumbre», analiza Baraja. «Al final, no deja de ser una competición de una vuelta prácticamente, en la que el puesto que consigas marcará el objetuvo en las siguientes fases. Y, sobre todo, va a condicionar mucho el puntaje que tengas para la segunda fase ya que se mantienen los puntos. Va a ser dinámica, divertida y puede llevar que equipos que no esperemos estén arriba. Nosotros debemos saber desde el principio en qué liga competimos. Nuestro objetivo es mantenernos, pero no perdemos la ilusión de ascender a la Segunda B Pro o incluso a la Segunda División».

El subgrupo B del Grupo I, en el que está incluido el Promesas, es «complicado» a ojos de Baraja. «Hay buenos equipos como el Numancia, la Cultural o el Burgos, pero también filiales [Real Oviedo B, Sporting B]. Yotros conjuntos que serán difíciles en sus campos. El nivel va a ser muy parejo. La temporada pasada también teníamos campos complicados en el grupo vasco y supimos competir, mantener nuestra idea de juego y defenderla hasta el final. Este año trataremos de lograr lo mismo», subraya el entrenador.

La plantilla del Promesas ha sufrido este año una fuerte transformación, con cambios sustanciales en todas sus líneas, excepto en la portería, donde Samu Pérez y Gaizka Campos mostraron un excelente nivel en su retroalimentación competitiva. «Entendemos que los dos habían merecido seguir y ambos aparecen de manera habitual en los entrenamientos con el primer equipo. Seguiremos con la dinámica de que juegue el que mejor esté. El año pasado la competencia que tuvieron les hizo mejorar en el día a día. Mantendremos esa idea».

La línea defensiva presenta caras nuevas y bajas significativas: «Se han marchado Raúl [Navarro], Diego Alende, Jaime, Corral... Cambios sustanciales porque se trata de jugadores con mucho bagaje en la categoría. Los que se quedan y los que han venido ofrecerán un nivel muy bueno. Vilarrasa y Miguel Ángel Rubio demostraron al final de la pasada campaña un gran nivel y deben ser lo que marquen ahora el ritmo en defensa. Sergio Nieto [lateral izquierdo] ha vuelto tras su cesión con aplomo, experiencia y más confianza en sí mismo. Los fichajes de José Alonso y Sergio López nos darán experiencia».

En el centro del campo, las bajas también son importantes: ya no están Víctor García, Carlos Doncel ni Kike Pérez. «Esa segunda línea fue la más decisiva el curso pasado, sobre todo en cuanto a creación de juego», recuerda Baraja. «Los jugadores que formaban parte de ella están en clubes de Segunda o en el primer equipo del Real Valladolid, como Kike. Hemos tratado de reforzarla con gente de perfil parecido y dos bandas potentes y veloces como Elliot y Paulo Vítor. En el medio se fue Mancuso y nos hemos reforzado con Mikel Carro y Moha, que nos darán un registro diferente».

En la delantera, la continuidad es algo mayor, con Kuki Zalazar y Raúl Uche dispuestos a dejar huella, pero ya sin la gran referencia de Miguel de la Fuente. «Nos hemos reforzado con Víctor Socorro, que vuelve tras una cesión en el Logroñés que le ha venido muy bien, y con Sergio Benito. Complementamos la delantera en cuanto a número y características, pero perdemos el juego de Miguel, que fue determinante tanto en números como en excelencia del juego. Ahora vienen otros a conseguir sus números [14 goles en temporada regular]. Estoy convencido de que si no lo logran de manera individual, lo harán en conjunto».

El filial ya vela armas. El Burgos visita este domingo los Anexos (11:30 horas) para abrir la competición y poner a prueba las hechuras de este nuevo e ilusionante Promesas.