Nuevo éxito del Real Valladolid Promesas: jugará la fase de ascenso a Segunda División

El Real Valladolid Promesas de Javier Baraja logró este domingo otro hito. El filial blanquivioleta tumbó al Real Oviedo Vetusta en los Anexos y logró su clasificación matemática para jugar la fase de ascenso a Segunda División. El premio no se queda ahí porque el hecho de terminar esta primera parte de la competición entre los tres primeros de su subgrupo le garantiza también integrar la próxima temporada la nueva categoría de bronce del fútbol español, una Segunda División B Pro mucho más reducida que el cajón de sastre de la campaña actual, donde compite un batiburrillo de 102 equipos. La que se conocerá oficialmente como Primera División RFEF contará en la temporada 2021-2022 solamente con cuarenta escuadras en la competición. Una de ellas será el Real Valladolid Promesas... si es que no da la campanada del ascenso a Segunda. Con este equipo siempre hay que dejar espacio para nuevas gestas.

El filial blanquivioleta sabía que un triunfo en los Anexos ante el Real Oviedo Vetusta le garantizaba el éxito en una campaña donde la primera fase de la competición lo decide todo. Y el equipo de Javier Baraja salió a por todas. El entrenador vallisoletano ha vuelto a demostrar gran capacidad en los banquillos: la pasada campaña llevó al Promesas a luchar por el ascenso a Segunda en el 'play-off' final. Esta temporada ha mantenido el nivel competitivo de la remozada plantilla y ha coronado otra cima. La dirección deportiva guarda otra buena porción del éxito.

El Real Valladolid Promesas, deseoso de jugar la próxima fase de ascenso por la vía rápida, no tardó en estrenar el marcador en los Anexos. El reloj marcaba el minuto 5 cuando una irrupción fulgurante de Castri acabó con un golazo por toda la escuadra. Sus compañeros lo celebraron a lo grande con el futbolista juvenil porque ese tanto podía llevar directamente a la consecución del gran objetivo de la campaña, con una jornada de la primera fase aún por disputarse. El 1-0 supuso una noticia excelente, pero aún quedaba un mundo por delante y el Real Oviedo Vetusta quiso apurar sus opciones de colarse entre los tres primeros del subgrupo.

No tardaron en reaccionar los asturianos con un remate al larguero de Javi Cueto. El delantero visitante merodeó una y otra vez por el área de Samu, pero no logró llevarse el gato al agua. El Promesas se mantuvo firme ante las acometidas del filial ovetense. «¡Seguridad!», bramaba Javi Baraja desde el banquillo, sin permitir un ápice de relajación entre sus futbolistas, que ejecutaban ataques largos, moviendo el balón de banda a banda en busca de cualquier resquicio.

Oriol remató alto una profunda internada de Fran Álvarez y el Promesas empezó a esperar los contragolpes mientras el Real Oviedo B acampaba en el área de Samu. Las ocasiones más diáfanas, no obstante, cayeron del lado local durante la primera parte: un cabezazo de Miguel Rubio tras un córner que atrapó un seguro Kane Sarr; un golpeo alto de Fran Álvarez tras una punción muy vertical de Sergio Álvarez; un disparo desviado de Kuki Zalazar. Moha y Oriol Rey mandaban en la medular y la zaga blanquivioleta permanecía sellada.

El Real Oviedo Vetusta era un quiero y no puedo ante la solidez local. El paso por vestuarios sirvió para que el Promesas siguiera muy enchufado y pegara algunos zarpazos. Castri apareció como una exhalación nada más empezar la segunda mitad y Oriol Rey remató alto muy cerca de la línea de gol un balón que pedía red. El partido entró en una fase de balancín: los dos equipos buscaron las áreas rivales con ahínco. Las ocasiones llegaron en las dos orillas: Uche remató al palo para el Promesas y Javi Cueto desperdició una clara llegada para el Vetusta. Sandoval cruzó un tiro ante Samu y Castri puso picante en el área de Kane Sarr con una acción desde la derecha. Los ovetenses estuvieron a punto de aguar la fiesta cuando el inevitable Cueto peinó un balón que silbó por encima de la portería local. Sin embargo, las balas volaban en las dos direcciones: Castri se encontró con una pelota en el área para fusilar a placer, pero se topó con la estirada felina de Kane Sarr, que voló para ejecutar una tremenda parada que impidió el 2-0. Quedaban diez minutos por jugarse y la tensión iba en aumento. El partido parecía controlado para el Promesas, pero cualquier acción aislada podía dar al traste con el sueño de certificar la clasificación y evitar los nervios de la última jornada. Sergio Benito, recién entrado desde el banquillo, probó fortuna desde la frontal, sin éxito. El marcador no se movía. En el 89, Javier Baraja dio entrada a Apa, que se estrenó en la campaña tras superar una larga lesión de rodilla. La entrada del lateral palentino fue saludada con aplausos desde el banquillo. Todo estaba preparado para la celebración final con invitados de última hora.

Sin embargo, aún quedaba un último susto. Un cabezazo a quemarropa en el 92 supuso la gran ocasión del Vetusta para empatar el partido. El balón de Steven iba directo a las mallas de Samu, pero el portero del Promesas sacó un guante heroico para impedir que la victoria se evaporara en el tiempo añadido. Con esa acción, el guardameta blanquivioleta abortó la ocasión más peligrosa de los ovetenses. La rúbrica a esta gran primera fase del Promesas tuvo, por tanto, dos nombres propios: el de Castri, autor de un gol de bandera, y el de Samu Pérez, un prodigio de reflejos cuando más se necesitó. Y no se puede olvidar tampoco a Javier Baraja, el entrenador vallisoletano que vuelve a brillar en el banquillo de los Anexos. El Promesas peleará ahora por subir a Segunda División en una nueva fase con otros 29 equipos, pero la temporada ya ha sido un éxito para el filial blanquivioleta. La cantera siempre da esperanzas.