Borrar
Will Allan osa en la Residencia junto a sus 16 jugadores australianos
El fútbol en diez idiomas oficiales

El fútbol en diez idiomas oficiales

La Fundación del Real Valladolid consolida su proyecto internacional con jóvenes de nuevos países y empieza a tener problemas de espacio para dar respuesta la demanda de estancias

Fernando Bravo

Domingo, 27 de septiembre 2015, 10:28

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Will Allan lleva a gala ser uno de los pocos entrenadores del clubes modestos de fútbol de Australia que vive de esta actividad. La Liga de fútbol acaba de cumplir diez años y la Hyundaí A-League es la referencia futbolística de mayor categoría en un país en el que el Criquet, el Rugby, el Rugby League (13 jugadores por equipo) y el fútbol australiano (18 jugadores por equipo y balón oval) van dejando paso al fútbol sin apellidos. Durante un par de semanas, Will dirige a 16 de sus jugadores de 14 y 15 años en unas sesiones muy especiales: se desarrollan en los Anexos del estadio Zorrilla y, cuando finalizan, los chavales comen en la residencia de jugadores del Real Valladolid. Forman parte de los inquilinos del proyecto internacional de la Fundación del Real Valladolid que empieza a tener problemas para dar cabida en sus instalaciones a los aspirantes a jugadores procedentes de todos los rincones del mundo.

Will Allan, sus 16 chavales y un puñado de padres que los acompañan entrenarán durante dos semanas en los Anexos y repartirán su estancia entre la residencia y un hotel de Parquesol: en la residencia ya no hay sitio. Forman parte de los grupos que transitan por la residencia durante cortos periodos de tiempo, junto a algunos residentes habituales, como los algunos jugadores del Promesas y los 35 jóvenes de todas las partes del mundo que fichan por un curso en Valladolid.

El curso pasado Egipto se sumó al proyecto internacional de la Fundación del Real Valladolid, en el que participaron 32 jóvenes de 12 nacionalidades que vivieron durante nueve meses en la residencia de Parquesol, sede de la Fundación. Los jóvenes, de entre 14 y 18 años cursaron sus estudios en institutos de la ciudad, al tiempo que entrenaron y jugaron partidos en los Anexos del Zorrilla, bajo la tutela de los técnicos de las categorías inferiores.

Sobre la extensión de este proyecto, el entrenador nacional y director de la Residencia de jugadores del Real Valladolid es optimista. Cada año vencen nuevos obstáculos para ampliar la procedencia de los jóvenes aspirantes a futbolistas. El problema, en ocasiones, llega de la propia Administración. Cuando jóvenes de un país como Egipto solicitan un visado para pasar un año en la residencia del Real Valladolid, a veces tiene que intervenir la propia Fundación para conseguir los permisos. «No siempre conocen el proyecto y, como ocurrió el pasado curso, nos desplazamos a Egipto para facilitar las cosas a través del consulado español. Cuando conocen el proyecto se solucionan los problemas».

En diez lenguas

Además del español de los jóvenes procedentes Hispanoamérica Venezuela y Colombia los inquilinos extranjeros de la Residencia del Real Valladolid traían como idiomas propios el italiano, el hebreo, el finés, el inglés, el árabe el egipcio, el ucraniano, el kazajo, el coreano y el mandarín. Sin descartar el tamil o el ruso, idiomas cooficiales en algunos de sus países de origen, como Singapur o Kazajistán.

Pero el proyecto internacional del Real Valladolid tiene otras variables. A los 32 alumnos que el pasado curso residieron en la sede de la Fundación, se sumaron jóvenes que asistieron durante periodos más cortos. Es la población flotante, según la define Ricardo Coque. Se trata de jóvenes que pasan pequeñas temporadas de hasta tres meses a lo largo del curso en la residencia, con el mismo objetivo deportivo, aunque sin el compromiso de los estudios.

«También son jóvenes que repiten por pequeños periodos de tiempo. Para este curso ya tenemos 10 solicitudes», señala.

Y a todos estos jóvenes, que tiene en común la aspiración de convertirse en futbolistas y la búsqueda en Valladolid de la formación y el contacto los métodos de una de las mejores ligas, se suman los jugadores de las categorías inferiores del Real Valladolid, que fueron la justificación y el origen de la residencia, cuyas instalaciones se rentabilizan ahora en buen medida con el proyecto internacional.

«El año pasado tuvimos jóvenes de Palencia, Murcia, Ávila, Santander...» Son los aspirantes a jugar un día con el primer equipo , como ocurrió en su momento con Rueda, Javier Baraja u Óscar y, más recientemente el palentino Dani Hernández, que entrena desde con cierta frecuencia desde hace dos temporadas con el primer equipo y, aunque juvenil, es el segundo portero del Promesas.

Al contrario de los extranjeros, que llegan a través de federaciones, empresas o grupos de representantes de jugadores y pagan su estancia, los que militan en las categorías inferiores y viven en la residencia, son una apuesta del club, cuyo único sacrificio es vivir durante el curso fuera de su domicilio y de su ciudad.

EEUU, reincidente

Ha empezado a mirar a España, y Valladolid empieza a ser uno e sus destinos. El fútbol sigue creciendo en Norteamérica y Valladolid es uno de los candidatos a formar una pequeña parte de su cantera.

Un grupo de jóvenes procedentes Chicago aterrizó en la residencia el 1 de julio. Entre el 1 y el 20 de agosto, fueron 38 los nortemericanos que ocuparon las instalaciones. Y la demanda sigue aumentando y consolidando el proyecto.

El visado, pendiente de la asistencia a clase

«El balance académico no es, en general, brillante. Hay que tener en cuenta que muchos de estos jóvenes siguen sus estudios en un idioma que no es el suyo, y lo hacen porque les interesa el fútbol y la formación, disciplina y medios que aquí ponemos a su disposición. Pero, para muchos, el idioma es siempre una barrera», aclara Coque. «Al margen de los resultados, en lo que somos estrictos es en la asistencia a clase. Seis horas todos los días con la renovación del visado siempre pendiente de que cumplan los requisitos de aprovechamiento escolar. Algunos de los alumnos siguen los cursos de sus países por Internet y pueden llegar a hacer exámenes a través de los correspondientes consulados». El idioma sigue siendo la piedra de toque de estos jóvenes aspirantes a futbolistas. Y su aprendizaje, uno de los objetivos. «Los miércoles, se dedican en exclusiva a las clases de español, estén en el instituto que estén», dice Coque.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios