La subasta estival de jugadores amenaza con diezmar al Pucela

Terminó la temporada como tercer equipo menos goleado de la categoría, junto al Betis, con 40 golesel Barcelona B encajó 83. Y algo tendrían que ver, además del portero sevillano Javi Varas, los integrantes de una defensa de reconocida solvencia, a pesar de un último tercio de campeonato errático. Pero ha sido precisamente su aureola de eficacia; su experiencia y un historial plagado de virtudes lo que puede contribuir su desmantelamiento.

El lateral Carlos Peña, uno de los doce jugadores de la primera plantilla pucelana que el martes, día 30, liquida su vinculación contractual con el Real Valladolid, anunció esta semana su desembarco en el Oviedo, después de un lustro en el Real Valladolid.

Su salida fue secundada por la noticia de que Marc Valiente, un central incuestionable desde la temporada 2010/2011 en Zorrilla, aspiraba a cambiar de aires.

Por último, Jesús Rueda, diez años después de llegar como canterano a la residencia de jugadores y tras seis como indiscutible en la zaga pucelana, sugiere la posibilidad de haber concluido su etapa en Valladolid.

Edad y presupuesto

Los tres jugadores son veteranos (Rueda y Valiente tiene 28 años y Peña, 31); han jugado en Primera División, y tendrían la posibilidad de luchar por el ascenso una temporada más. Pero deberían hacerlo, en la última etapa de su carrera profesional, en un equipo que es rehén de un riguroso plan de pagos impuesto por el concurso de acreedores, con un presupuesto de Segunda División y, por tanto, con un salario propio de un club con economía de guerra. Precisamente en una etapa en la que algunos clubes de Segunda necesitan fichajes de garantía y ellos lo son.

La subasta veraniega, en la que jugadores de referencia como ellos eliminan riesgos a clubes decididos a mantener la categoría en Segunda, ascender a Primera o mantenerse en la categoría de oro les hace deseables. A pesar de la competencia que ofrecen jugadores de equipos con problemas para mantener la categoría o incluso para evitar su desaparición.

De momento, tanto Marc Valiente como Jesús Rueda prefieren no interferir con declaraciones públicas en las negociaciones de sus representantes con el club.

«Nada que confirmar»

El presidente del Real Valladolid, Carlos Suárez trató de emular ayer a estos jugadores echando balones fuera. Hizo una defensa cerrada del secreto de las negociaciones, aunque desmintió que el pretendido interés de los dos centrales por dejar el club contribuya a deshacer el equipo. Y mantuvo el criterio que sumió la pasada temporada de dejar la responsabilidad de la parcela deportiva a su director, Braulio Vázquez, para dedicarse como presidente y accionista mayoritario a la gestión económica del Club. «El equipo se hará según el criterio que tenga Braulio y el nuevo entrenador. Estoy seguro de que será un equipo supercompetitivo y que todos los jugadores estarán encantados de estar en Valladolid».

Suárez no interfirió, al menos públicamente, en las negociaciones que lleva a cabo Braulio Vázquez para contratar al entrenador de la próxima temporada y recomponer un equipo plagado de bajas. De hecho, la primera plantilla del Real Valladolid estaba integrada por 22 jugadores al final la temporada, tras la incorporación de los refuerzos en el mercado de invierno. Rueda declinó ayer hacer declaraciones «hasta que haya algo en concreto», dijo.

Solo ocho jugadores

Si a los 12 jugadores que se desvinculan del Pucela por conclusión de contrato o cesión a partir del martes terminan sumándose los centrales Marc Valiente y Jesús Rueda, el nuevo entrenador que, previsiblemente será presentado esta semana, se encontraría un vestuario con apenas ocho jugadores de la plantilla de la pasada temporada, más los tres cedidos que es muy probable que no vuelvan a recalar en Valladolid.