Cuatro mil menos cada quince días

Para un gerente de cualquier otro sector en una empresa de Valladolid, la cifra sería demoledora. Cuatro mil clientes menos en una cartera de 14.000, aunque sea cada quince días, exigiría un reajuste dramático o, como dicen ahora, la obligación de reinventar el negocio. El fútbol tiene unas garantías económicas para los equipos que descienden y la reinvención la financian, en parte, los derechos televisivos, a pesar de que son muy inferiores en Segunda. Aun así, el fútbol en directo está cobrándose numerosas víctimas en la categoría de plata, de ahí la necesidad de recuperar un puesto en Primera División. El nivel de emergencia se puede medir, entre otras magnitudes, por la asistencia de espectadores al estadio, y ese nivel no anda lejos del umbral de la sostenibilidad.

Pero, aparte del capítulo económico, la fiesta del fútbol, el aspecto más lúdico de este espectáculo, ha decaído considerablemente desde que el Real Valladolid consumó el descenso de categoría el pasado 18 de mayo, frente al Granada, en Zorrilla. Aquella decepción de los aficionados que, según recordó el pasado sábado Carlos Suárez, todavía siguen pasando factura al Real Valladolid, supuso una deserción en masa que se deja notar cada quince días en las gradas de Zorrilla.

Con contadas excepciones tres en lo que va de campeonato el número de asistentes al estadio alcanza los 11.000 espectadores, cuando la asistencia media en la pasada temporada en Primera, eso sí fue de 14.466, en un recinto cuya capacidad está en torno a las 26.500 plazas.

Como los abonados

El análisis de las cifras correspondientes a los 16 primeros partidos jugados en casa durante el actual campeonato hace coincidir casi milimétricamente el descenso de asistencia al campo con la diferencia del número de abonados.

La última temporada del Real Valladolid en Primera sumó 16.400 socios, frente a los poco más de 12.000 de la temporada actual.

Durante los primeros 16 partidos de la Liga de 2013/2014, la media de espectadores fue de 14.466, frente a los 10.306 que han acudido al estadio Zorrilla de media en los 16 partidos que se han jugado en casa.

Otro de los aspectos que pueden jugar en contra del fútbol en directo es la retransmisión de los partidos por televisión. Cada año que pasa es más fácil encontrar la fórmula para seguir los encuentros en cualquiera de las cadenas y plataformas televisivas e, incluso, recurriendo a operadores menos convencionales, en Internet. Sin olvidar los horarios y, en Valladolid, el clima que, durante los meses de invierno retrae a muchos aficionados, al margen de la categoría del rival que visite el estadio Zorrilla.

La Segunda, sin 'grandes

En Primera División, los límites de asistencia los ponen, por arriba, Real Madrid y Barcelona. Seguidos de cerca por el Atlético de Madrid. Durante la temporada pasada, el Barcelona marcó el récord, con 22.921 espectadores que, además, tuvieron la oportunidad de presenciar una memorable victoria local. Solo el encuentro frente al Real Madrid, dos meses después, tuvo una entrada similar: 22.013 espectadores, según las cifras del club. También entonces, el Real Valladolid que dirigía Juan Ignacio Martínez dio una satisfacción a su afición, con un empate ante los merengues. Atlético de Madrid, con 16.936 espectadores y el Athletic Club, con 15.068, fueron las otras dos grandes entradas de la temporada. Aunque no hubo cifra oficial, el último encuentro ante el Granada, en el que se tenía que dar una improbable carambola para que el Valladolid permaneciera en Primera, fue visto en directo por más de veinte mil espectadores.

Este año, el récord lo tiene el Betis, con 16.800, y el Racing, con 8.546, el que menos capacidad de convocatoria tuvo, aunque fue en fiestas. El Pucela tiene aún cinco citas en casa para enmendar las cifras de asistencia.