Noche para espantar fantasmas

El Real Valladolid tendrá que demostrar este sábado ante el Numancia (José Zorrilla, 21:30 horas, Teledeporte) si la herida sevillana ha cicatrizado correctamente. El equipo blanquivioleta se agrietó de forma alarmante ante el Betis y quedó pulverizado (4-0) en medio de la impotencia. Sin embargo, los accidentes resultan frecuentes en este deporte, las rachas van y vienen y las sensaciones mudan de una semana a otra. El Pucela vive sometido al péndulo: tras perder ante el Tenerife en el Heliodoro Rodríguez López, recuperó el paso con una victoria ante el Sporting más contundente en el marcador (3-0) que sobre el pasto. Ahora, tras la debacle en Heliópolis, toca girar de nuevo la aguja hacia el lado de los triunfos. Los jugadores se han conjurado en el vestuario: hay rabia y ganas de que los sorianos paguen los platos rotos.

El Real Valladolid se aferra al efecto reconstituyente del estadio José Zorrilla, donde ha ganado cinco de los últimos seis partidos. Aquí, en casa, el equipo se siente arropado por el público y encuentra el viento a favor. Las peñas de aficionados quieren mantener el factor ambiental desplegado ante el Sporting y hoy tambien habrá banderones, cubregradas, globos y lluvia de confeti para celebrar la salida de los futbolistas al campo.

Joan Francesc Ferrer Rubi, entrenador del Real Valladolid, esperará hasta última hora del sábado para desvelar sus bazas, aunque tampoco dispone de mucho fondo de armario: no podrá contar con el sancionado Javi Chica en el lateral derecho ni con los lesionados Roger Martí, Alejandro Alfaro y Johan Mojica, lo que le deja 18 futbolistas profesionales disponibles. La baja de Chica puede llevar al técnico a convocar al canterano Xavi Carmona. La presencia de cualquier otro integrante del filial supondría una sorpresa mayúscula ya que los chicos del Promesas han desaparecido de las últimas citaciones tras la llegada de los refuerzos invernales. Chus Herrero aparece como el probable sustituto del sancionado Chica en la orilla derecha de la defensa.

Rubi medita cambios. El equipo no funcionó ante el Betis y la consolidación en la titularidad comienza a aburguesar a algunos futbolistas. El sistema también será sometido a una revisión: en Sevilla, Rubi desplazó a Pereira hacia el flanco izquierdo en el 4-3-3 (aunque con continuas permutas) y el equipo naufragó en ataque. Volver a la esencia del 4-2-3-1 parece factible este sábado, aunque el técnico insiste en que la clave radica en la intensidad defensiva que muestren los jugadores sobre el campo, especialmente los atacantes.

El Numancia comparece con una ausencia notable:la del sancionado Sergi Enrich, autor de 13 goles y principal referencia ofensiva de los rojillos. «Es una baja importante y nosotros tenemos que aprovecharlo», apunta Rubi. Los sorianos, sextos en la tabla, llegan al choque de hoy tras ganar al Mirandés en Los Pajaritos la semana pasada (1-0)y perder ante el Girona en Montilivi (2-1). «Ha sido capaz de puntuar con los equipos de arriba. Tenemos respeto, como siempre, pero confiamos en que seremos mejores que el Numancia», añade el entrenador del Real Valladolid.

En las filas visitantes, los galones y la responsabilidad ofensiva del equipo recaerán en mayor medida sobre las espaldas de Julio Álvarez, el líder rojillo, cuyo papel se agrandará ante la baja del pichichi Enrich. La gran duda del Numancia está en la delantera, en la que Natalio y Del Pino parten con más opciones de suplir al goleador. De hecho una de las posibilidades es que ambos alternen la punta del ataque con la banda derecha, en la que habitualmente juega Natalio. Juan Antonio Anquela, técnico del Numancia, reconoció este viernes tener claro quién formará de inicio, y aunque no quiso desvelarlo, aludiendo a las múltiples opciones para suplir la ausencia de Sergi Enrich, apuntó a la posibilidad de que Natalio fuera el nueve en Zorilla.

Previsiblemente, el Numancia se atrincherará en su campo y buscará aprovecharse de los envíos largos y las acciones a balón parado. El Real Valladolid confía en la calidad de sus atacantes para romper la telaraña y espantar los últimos fantasmas.