Las Toledano hacen equipo

Que no, que no, que ni Marta, ni Charo, ni Laura ni Patricia son del Real Madrid ni del Barcelona ni van a estar este fin de semana más pendientes del clásico que del partido que enfrenta al Real Valladolid con el Albacete. «Somos del Pucela por encima de todas las cosas y somos futboleras, futboleras... Vamos que nos encanta el fútbol», dice orgullosa Charo, la segunda de las hermanas Toledano Hernández, tras Marta. Ellas dos llevan yendo a ver al equipo blanquivioleta al Estadio Zorrilla y como socias casi más de dos décadas. Luego se han ido incorporando las pequeñas Laura y Patricia. Las Toledano portan siempre la elástica del Real Valladolid. «Tenemos casi más camisetas del Real Valladolid que otras para salir por ahí», dice Marta.

Y es que el virus del Pucela y del fútbol les llegó a través de su padre a las cuatro hermanas de la familia. Fieles acuden al campo desde Velascálvaro, un pueblecito de menos de 200 habitantes cercano a Medina del Campo. Las cuatro, además, lo hacen solas, sin pareja ni marido y se ubican en su localidad de Preferencia A. «Es algo especial y ya una costumbre. Nos encanta venir las cuatro», dicen al unísono y haciendo piña: «El día que falta una no es lo mismo».

Las hermanas se acuerdan perfectamente de cuando su padre llegaba de ver los partidos y sentado en la mesa, quizás para la cena, les comentaba los parabienes del equipo y ellas escuchaban muy calladas. «Estábamos deseando que entrara por la puerta después del partido y nos contara», dicen. O también cuando de muy pequeñas les llevaba al fútbol, acompañadas por su madre al principio «pero se pone tan nerviosa que no la dejamos ir», relata Patricia, la más joven, que incluso entró en el estadio siendo un bebé o de muy, muy chica confiesa haberse dormido en algún partido. Así, siguiendo la tradición y la raza, la hija de Marta es socia también desde nada más nacer y cuando pierde el equipo repite desconsolada por las esquinas: «¡Pobre Pucelita, que ha perdido mi Pucelita!».

Pese a los vínculos de sangre, las cuatro son diferentes. Marta se enfada «sobre todo con el árbitro», mientras que a Charo no le gusta nada «que silben a los jugadores del Real Valladolid incluso antes de empezar el partido cuando se dan las alineaciones y sobre todo si son de la casa». Si para Laura y Patricia, los mejores momentos vividos son «el ascenso con Mendilibar», para Marta y Charo, las referencias se van más atrás «con el Europucela de Vicente Cantatore».

No se pierden ni ascensos ni celebraciones y a base de ver partidos y partidos ya opinan de alineaciones y hasta de esquemas de juego. Aquí Patricia es la más puesta. Las hermanas han compartido momentos de alegrías y sonrisas aunque también ha habido espacio para las lágrimas: «Después del accidente de Germán Hornos cuando se le homenajeó en el campo, lloramos como magdalenas», dice Charo. Y lo mismo para el sufrimiento: «En el último play off ante el Alcorcón, lo pasamos fatal. ¡Qué tensión!», apunta Patricia.

Llorente, Javi Baraja, García Calvo, Pato Yáñez o Álvaro Rubio figuran entre sus futbolistas preferidos, y, desde una postura optimista, ninguna renuncia a ver algún día al Real Valladolid conquistar un título. En su pueblo se han convertido en el canal de comunicación de las noticias del Pucela. «Cuando llegamos de los partidos, todo el mundo nos pregunta. ¿Cómo hemos quedado hoy? Somos como los corresponsales», dicen Laura y Patricia.

Esta campaña ven al equipo bien aunque «lo que nos es falta rematar el partido para no ponernos tan nerviosos el público y los jugadores. Da la sensación de que al final de los encuentros nos contagiamos los unos y los otros», remarca Charo.

Un 26% de socios del FC Barcelona (39.447 de 153.458) son féminas. El club blaugrana es la entidad con el dato más alto de todo el fútbol profesional nacional. En el Pucela, de 12.600 socios en total, 1.800 (un 14%) son mujeres. Pero cuatro de ellas son hermanas y las cuatro vienen juntas al José Zorrilla con su carné de socio y uniformadas con sus camisetas blanquivioletas desde Velascálvaro.