El momento defensivo

En el fútbol de hoy podríamos decir que con la pelota en posesión, al juego le damos la doble posibilidad de convertirle en ofensivo o en defensivo. Y es que no se conoce mejor forma de defender que poseerla para de esta forma ser tú quien mandes en el mismo optando por aquello que más te convenga.

El Real Valladolid ha conseguido perfeccionar ese momento de tal forma que hoy el equipo es santo y seña de organización, orden y eficacia en la tarea. Dos líneas de cuatro jugadores y dos atacantes con sus desarrollos para contraatacar al recuperar la pelota.

Que Sergio González es futbolísticamente hablando el alter ego de Diego Pablo Simeone ni se duda ni se esconde. Y es muy buena noticia que en estas maniobras defensivas haya tomado ejemplo de tan buen maestro. El partido del Metropolitano lo dejó meridiano.

El concepto del trabajo grupal muy por encima de la acción individual, al menos cuando nos estamos afanando en el cierre de espacios, el acercamiento de líneas y el marcaje zonal que pasa a individual cuando llega el balón al rival más próximo.

Eso, tan a fuego como la posición de las defensas de los 400 en la batalla de las Termópilas. Si tu escudo no ofrece apoyo al más próximo, el sistema se va al garete y mueres, mientras que si lo realiza correcta ¡y solidariamente! aquello se vuelve impenetrable y vences.

Entenderán ahora que Salisu y Javi Sánchez son la misma versión en diferente color de piel del central zurdo y que Olivas y Joaquín lo sean del otro lado. Con detalles técnicos individuales lógicos, la diferencia es inexistente. Y como ellos el resto de posiciones.

A este respecto abundaba Julio que cuando un entrenador tiene que dar demasiadas explicaciones a un jugador al realizar el cambio… ¡es porque no se sabe el sistema!

Las indicaciones muy cortitas y muy explícitas: ¡toque, pase, lleve, ofrezca, doble, tire, salte o dispute…! En el Pucela, y en los cambios, posiblemente se acorte aún más… ¡central zurdo! ¿Vale?