Javi Sánchez se lamenta tras fallar una clara ocasión de gol. C. Espeso
El análisis

Castigo y cambios

«Hace ya tiempo que aprendí que «castigar al bueno» por un error futbolístico, lo que realmente era un castigo para el equipo»

Lunes, 3 de noviembre 2025, 23:53

Hace ya tiempo que aprendí que «castigar al bueno» por un error futbolístico, por grave que pudiese parecer, lo que realmente constituía era un castigo ... para el equipo por privación de concurso. Ante el Granada Tomeo, con su ausencia inicial y su presencia final, vino a corroborarlo.

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De igual manera el tiempo te enseña que lejos de empecinarte en dar oportunidad a quien está pidiendo a gritos una pausa, lo que hace es aumentarle el desasosiego por el error y al aficionado volverse, más aún, en su contra. Algo que ayer con Juanmi Latasa quedó evidenciado.

La tercera de las lecciones viene a hacer a referencia al intento por demostrar la bondad que supone colocar un extremo partiendo de lateral y a un falso extremo a pierna cambiada cubriéndole las espaldas. La trilogía se podría denominar 'El mundo al revés'.

Este lunes, el Real Valladolid realizó un primer tiempo lamentable donde los huecos en defensa y medio campo daban paso a un ataque inoperante hasta la saciedad. Un Pucela que hacia agua en ambas áreas y en el cual tan solo la disposición para el buen juego de Ponceau y el trabajo sordo, efectivo y táctico de su escudero Juric conseguían sujetar a muy duras penas al equipo.

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«La historia del fútbol dice que quien falla es el futbolista y quien se equivoca es el entrenador»

Un Pucela en el cual el pundonor y la entrega de Alejo, unido a su innegable calidad para jugar en ataque por su banda natural, dejaba patente que su mejor atacante era su lateral diestro y que el resto ni estaban ni se les esperaba.

Solo un Granada timorato y miedoso, cuando mejor estaba jugando, dejó escapar ese momento crucial. Los últimos minutos de la primera mitad ya presagiaron un cambio de rumbo inmediato.

Algo que Guillermo Almada entendió claro para dar marcha atrás a determinadas decisiones adoptadas de salida. La entrada de Tomeo y la posterior liberación de Latasa, Amath y Federico dejaron a Delgado, Arnu y Chuki un espacio para el trabajo. El aire fresco daba paso al esfuerzo por arreglar aquello… y terminó por conseguirse, error grosero de Manu Lama mediante.

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La historia del fútbol dice que quien falla es el futbolista y quien se equivoca es el entrenador. Yo añadiría que la única equivocación que no puede cometer el entrenador es escoger mal. Los buenos acaban arreglando desde dentro los errores que cometemos los de fuera.

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