Gabriel Solares: «Esperamos lo mejor, pero planeamos escenarios del malo al catastrófico»
El copresidente del Real Valladolid apuesta por «convertir el club en una institución» y «dejar claro por qué Valladolid es la capital tácita» de Castilla y León
Gabriel Solares tiene clara la hora de ruta que debe seguir el Real Valladolid: subir a Primera División y consolidar al equipo blanquivioleta en la ... élite para evitar los peligrosos vaivenes de los últimos tiempos. Para lograrlo, tanto él como Enrique Uruñuela, el otro copresidente de la entidad, manejan un sinfín de posibles contextos. «Tenemos planes B, C, D, AA, AB, AC y así hasta que acabemos el abecedario. La realidad es que tenemos que ser muy creativos a la hora de planear distintos escenarios, Siempre vamos a esperar lo mejor, pero vamos a planear para lo peor. Mis escenarios de planeación van del malo al catastrófico. Si llega lo bueno, todos estaremos celebrándolo en la Plaza Mayor y seremos felices a finales de mayo», apunta Solares en una entrevista publicada en el canal de YouTube del Real Valladolid, enmarcada en una colaboración con el concesionario Volvo Cars Palausa.
El copresidente del Real Valladolid no quiere aferrarse al comentario, muy extendido en el mundo del fútbol profesional, que señala que las cosas se pueden hacer bien en múltiples aspectos de la gestión, pero que al final quedan condicionadas por el hecho de que «la pelotita entre». «A mí me suena a excusa. En México decimos que es 'abrir el paraguas', justificarte antes de tiempo. Yo creo que sí existe un pequeño factor de suerte, pero si el primer año tienes un proyecto consistente, congruente, profesional e institucional, con las personas correctas ejecutándolo, puede la pelota no entre al final o falles un penal en el último partido. El segundo año, haciendo las cosas correctas de nuevo ya lo veo difícil. El tercer año, la pelotita entra porque las cosas se están haciendo bien», considera Solares.
Uno de los grandes objetivos del grupo Ignite Sports Spain, creado por Gabriel Solares y Enrique Uruñuela como socios mayoritarios, pero en el que también aparecen los mexicanos Alexandro Malo y Jorge Peraza, pasa por convertir el Real Valladolid de «club a institución». «Una institución engloba muchos factores. El fútbol es el catalizador del estado de ánimo de la gente, un potencializador de negocios y un mecanismo de vinculación social. Hay mucha acción social que se puede hacer a través de un club o institución de fútbol. Toca en 360 grados los puntos de las personas, de las instituciones y de las sociedades», expone Gabriel Solares.
La entrevista se desarrolló en el interior de un vehículo de la marca colaboradora en un trayecto por Valladolid. En la versión extendida de 25 minutos publicada en YouTube no aparece una frase que el club blanquivioleta sí ha colgado como 'reel' en su cuenta de Instagram. En esta red social, Solares abunda en la importancia que debe tener Valladolid en el plano deportivo, con un equipo consolidado y fuerte en la élite. «Tenemos que dejar claro, y este es un comentario controvertido, por qué Valladolid es la capital tácita, no declarada, pero sí tácita de la comunidad».
En este sentido, Solares abunda en otra parte de la charla extendida: «Somos el sentimiento más grande de la región, de toda la provincia de Valladolid. Somos el sentimiento más compartido. Cada aficionado tiene una relación y una vinculación distinta con el club y cada uno ve cosas distinta siente cosas distintas y espera cosas distintas».
Gabriel Solares aparece como un enamorado de Valladolid y sus habitantes, a los que califica de «gente sumamente respetuosa» que le dirige «palabras de ánimo, sonrisas y saludos» durante sus paseos por la ciudad. «A día de hoy estoy enamorado de la Plaza Mayor. Muchos sábados me siento en alguna de las bancas que hay, me tomo un café y me siento a ver la vida pasar. Me encanta el vino y he ido a alguna de las bodegas que están en la provincia. Lo he disfrutado mucho. He ido a ver otros deportes, he estado con la gente de los dos equipos de rubgy, que aquí es religión, y me encanta». Además, resalta la calidad de vida que encuentra en la ciudad: «El viernes salí a cenar y había dos parejas jóvenes en la terraza cenando, con sus hijos corriendo felices en la acera de al lado a las 11:30 de la noche. Ese es el paraíso donde quiero que vivan mis hijos».
El copresidente del Real Valladolid se define como un «esposo enamorado y un papá orgulloso», con tres hijos Sebastián (cinco años), Jerónimo (tres) y Javiera (uno). «Mi esposa, Ximena, es el motor de todo. Ella nació en México, pero tiene nacionalidad española por su abuelo paterno, que viene de Vitoria. Mi abuelo viene de Oviedo, pero en mi familia nunca hicimos los trámites para obtener la nacionalidad española», explica
Con 1,92 metros de estatura, Gabriel Solares admite que «nunca fue muy bueno para practicar deportes en general, y menos para el fútbol», pero desde pequeño le gustaba en involucrarse en «administrar equipos». «En quinto o sexto de primaria soñaba con tener un pequeño equipo y gestionarlo. No me imaginaba que acabaría en un histórico del fútbol español».
Solares considera que a los primeros que se debe rendir cuentas es a los aficionados porque, aunque el Real Valladolid tenga unos propietarios «en verdad pertenece a todos los pucelanos». «En términos corporativos o legales, tenemos dos consejos: la gestión y la gobernanza. La gestión es el día a día, la toma de decisiones en oficinas y estadio. Esas las adoptamos Enrique [Uruñuela] y yo en el día a día. Hay decisiones más trascendentales, de inversiones, de ventas de activos de ciertos montos… Cuando se trata de cientos de miles o de millones de euros, hay una gobernanza con Ben Oldman. En el consejo de administración hay tres personas que toman las decisiones, Enrique y yo junto con un representante de Ben Oldman. Es Ben Oldman el consejero como entidad y ellos determinan un responsable en cada una de las reuniones».
Sobre el papel que juegan los periodistas y analistas locales dentro el entorno del Real Valladolid, Gabriel Solares tiene palabras elogiosas. «En México no tenemos los mismos profesionales de la comunicación. La realidad es que en México estamos avanzando, pero España tiene muchos años en el profesionalismo en la industria del deporte. Aquí hay un gran análisis deportivo, de fondo, a conciencia».
El copresidente del Real Valladolid pasa revista a los equipos que le han marcado. El primero, el Atlante, club mexicano del que era un gran hincha y que presidió. «Cumplí un sueño, pero luego entendí que no era mi momento para seguir ahí porque tenía una ambición profesional que perseguir en la primera división. Decidí venderlo, con todo el dolor que tuvo. No fue un fracaso, porque lo dejé en mejores circunstancias, pero desapareció mi 'atlantismo', algo extrañísimo porque dicen que eso no pasa. Me volqué con Querétaro y hoy en día estoy volcado de la misma forma con el Real Valladolid. Todo en mi casa es blanquivioleta. Mis hijos dicen 'Aúpa Pucela' todo el tiempo, aunque no tienen aún idea de lo que significa ni que guarde relación con el fútbol».
El vallisoletanismo impregna la nueva vida de Gabriel Solares, que señala: «Siempre digo que tenemos 12 canteranos en el primer equipo, siete de los cuales nacieron en Valladolid, pero con ocho vallisoletanos porque el palentino Arnu para mí es un vallisoletano más por la cercanía con Palencia. Aquí hay un ADN, algo en el agua, algo en el aire, que hace que se formen buenos futbolistas. Y también tenemos una afición muy fiel y muy real, pero poco paciente en este momento, aunque entiendo que las derrotas duelan y asumo la responsabilidad».
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