El fichaje de Plata, una operación de ingeniería financiera
El pase del ecuatoriano al Real Valladolid se puede quedar en tres millones si este año se desciende o llegar a los siete si el Pucela sigue en Primera en 2024 y se cumplen una serie de condiciones
El fútbol moderno tiende a firmar contratos complejos, trufados de cláusulas y con más letra pequeña que legible para el ciudadano de a pie, pero ... de un tiempo a esta parte, los acuerdos que alcanzan los clubes son más propios de ingeniería financiera que de una relación estrictamente laboral.
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La llegada de la pandemia, y los efectos que ésta ha tenido en la economía de los clubes, ha obligado a agudizar el ingenio y a retorcer diferentes fórmulas para abaratar operaciones de mercado que antes se pagaban alegremente al contado. Puede llegar a sonar obsceno en un mundo repleto de millonarios que maneja recursos y presupuestos al alcance de muy pocas empresas, pero las negociaciones que se llevan a cabo para incorporar jugadores contemplan hasta la última peseta. Un gol arriba o abajo, e incluso un minuto más de la cuenta en el terreno de juego, se traduce en ganancias para unos y pérdidas para otros.
En este alambre se ha movido el fichaje de Gonzalo Plata por el Real Valladolid desde que se iniciaran las conversaciones allá por principios del mes de junio, con el agravante de que en el caso del ecuatoriano los derechos se trocean en porcentajes según con quien hables. El club en todo momento ha tratado con el Sporting de Portugal, dueño del 70 por ciento, y las fórmulas que se han ido barajando han terminado derivando en un contrato lo más parecido a una hipoteca al uso de las que sufrimos cualquiera de los mortales.
Y como toda hipoteca, tiene sus cláusulas y también diferentes formas de interpretarla. El contrato que ha firmado el Real Valladolid para hacerse con el traspaso de Gonzalo Plata se entiende también como una hipoteca.
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Tres pagos
Tres millones de euros por el 50% de los derechos
3 millones abona este año el club al Sporting de Portugal en un primer plazo por hacerse con el 50% del jugador. Si se logra la permanencia, pagará otros dos millones y tendrá ya el 60%, y dos más hasta completar el 70% de sus derechos si el equipo sigue en Primera en la 2023-24.
Imagine por un momento –sé que es mucho imaginar– que usted adquiere un avión privado por un valor de 7 millones de euros, pero pacta abonar la cantidad total en tres plazos con cláusulas y condiciones de fuga que liberan al comprador al final de cada curso. La conclusión es que tú firmas por 7 pero solo pagas 3 en caso de que el avión no recorra un número determinado de kilómetros al cabo del primer año.
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Extrapolado al vínculo establecido con Plata, el Real Valladolid abonará los 7 millones de euros que cuesta el 70% de sus derechos si en junio de 2024 continúa en Primera División y el jugador ha cumplido una serie de condiciones –especialmente superar un determinado número de partidos por temporada–. Si se da este escenario significará, por un lado que el club continúa generando los ingresos propios derivados de la máxima categoría del fútbol español –este año rondará los 60 millones de euros–, y por otro que el jugador se revalorizará lo suficiente como para aumentar su valor de mercado y reportar más beneficios en una hipotética venta.
Por el camino, el extremo ecuatoriano se mostrará en un escaparate planetario como es el Mundial de Catar que a buen seguro dispare su cotización –su cláusula supera ahora los 20 millones–.
Volviendo al ejemplo del avión, hablamos de un jugador de 21 años en franca progresión que apenas está cogiendo vuelo en el concierto internacional y con un amplio margen, por su perfil diferencial, para despuntar en la Primera División española.
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La operación, ya sea a corto o a largo plazo, es muy beneficiosa para el club, no importa desde el ángulo desde el que se analice. Mucho más, desde luego, que la firmada en su día en Ecuador con Stiven Plaza.
Interpretaciones e intereses
Dejando claro que el acuerdo no puede ser más productivo para los intereses del club blanquivioleta, su complejidad abre un abanico de interpretaciones según los intereses del afectado. Así, en Portugal interesa teletransportar al aficionado a junio de 2024 para vender la operación en un montante total de 7 millones de euros, mientras que en Valladolid se opta por ceñirse a un primer pago de 3 millones sin mirar más allá.
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El escenario traducido al aficionado de a pie se cifra en que el club abonará este año una primera cantidad de 3 millones al Sporting de Portugal por hacerse con el 50% del jugador (los lusos mantienen el otro 50%), hará un segundo pago de 2 millones en caso de permanencia –y de que Plata juegue un mínimo de 20 partidos– con el que llegaría al 60% de sus derechos; y completará la operación con 2 millones más en junio de 2024 si se dan las condiciones pactadas para completar el 70% de su propiedad.
De momento, el 50% de Plata no supone una carga excesiva ni hipoteca al club para afrontar otras operaciones de mercado.
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