

Real Valladolid
Estonia made in ValladolidSecciones
Servicios
Destacamos
Real Valladolid
Estonia made in ValladolidJaan Puidet es el 'cabecilla'. Por edad y por experiencia en la ciudad, el escolta del UEMC Real Valladolid es el que lleva la voz cantante. Tanto, que se ha convertido en el hermano mayor de Gert Suvi, recién llegado al Polideportivo Pisuerga desde Tallin. Es el último en aterrizar en Valladolid vía Estonia, en un trasvase de talento deportivo, único entre España y el pequeño país báltico. La capital vallisoletana se ha convertido en un pequeña colonia norteeuropea, que ha provocado que tanto la liga de fútbol española como la Primera FEB de baloncesto tenga un gran seguimiento entre los estonios.
El último en llegar ha sido Karl Hein. El guardameta del Real Valladolid, cedido por el Arsenal esta temporada, es el gran abanderado de ese flujo migratorio deportivo entre Tallin y Valladolid. Tres meses en Zorrilla y sus compatriotas ya sufren con el joven portero de 22 años, que se ha adaptado «como un guante» –nunca mejor dicho– a la ciudad. «Me gusta mucho, y a mi chica también», admite en relación al cambio de Londres por la meseta castellana. «Por la cercanía de todo» y las similitudes con su país. «Es una ciudad muy cómoda para nosotros», toma la palabra Puidet, que cumple su cuarta temporada en Pisuerga, y que no descarta hacer su vida aquí. «O en Canarias», bromea, donde se escapa siempre que puede, en una tendencia que sí es más propia del turismo de su país, que elige las Islas Canarias y la Costa del Sol como destino vacacional, e incluso como retiro tras la jubilación.
Noticia relacionada
Jaan lo sabe bien. «Voy a Tenerife, pero me gusta el norte de la isla, Anaga... También me escapo siempre que puedo a Santander», añade, con el asentimiento de Hein, al que también le gusta mucho ir de vacaciones a Canarias (uno de los destinos vacacionales también de los vallisoletanos). El exterior del UEMC llegó a la ciudad en diciembre de 2020, precisamente para sustituir a su compatriota Martin Paasoja, que había 'abierto huella' para los jugadores de sus país en Pisuerga.
Sin embargo, Jaan confiesa que conocía Valladolid por el paso de Arvydas Sabonis en el Fórum. «También sabía que había sido capital de España», bromea un deportista que está muy hecho a la vida aquí, con su reciente pareja vallisoletana y un gusto especial por la gastronomía «y los vinos» –añade– de la provincia. «Me gusta mucho, Ribera, Toro, Rueda...», indica y señala a Hein con el que bromea. «A veces quedamos para cenar y nos tomamos una». «Cuando no hay entrenamiento o partido al día siguiente», apostilla Karl, más comedido que su compatriota al que conoció vía Instagram cuando llegó a Valladolid. «No, nos conocíamos y hablamos por redes, y ya quedamos», explica el guardameta internacional estonio, que llegó al Real Valladolid el pasado mes de agosto y que desde entonces solo ha hecho que crecer y acumular minutos en la portería blanquivioleta.
De Hein sus compatriotas destacan su madurez, pese a sus 22 años. Está considerado el niño prodigio del balompié de su país, con un fichaje relámpago por el Arsenal y su condición internacional con la selección absoluta, en un país en el que manda la canasta, «aunque menos que en el resto de países vecinos», valora Puidet en relación a la influencia de Letonia y Lituania, repúblicas exsoviéticas en las que el baloncesto es el deporte mayoritario.
Precisamente, la herencia rusa aún es palpable en Estonia, aunque los tres, por edad, no tienen ni recuerdos del telón de acero de un país que ahora es procontinental y que forma parte de la Unión Europea desde 2004, al igual que de la OTAN con lo que eso conlleva ahora mismo en medio del conflicto con Rusia.
En esa fecha, Gert Suvi no había nacido. Sonríe cuando se le pregunta por la herencia soviética como si se le hablase de una película. «Quedan edificaciones», señala el jugador del filial del UEMC, pero que ya juega con el primer equipo, y que fue presentado en septiembre «como una gran apuesta de futuro» de la entidad.
Cuando a los tres se les pregunta por la coincidencia en Valladolid, valoran más que su presencia, las similitudes de la ciudad con Tallin. «A mí lo que más me gusta es la gente», señala Jaan. «Son como los estonios... Bueno, como los estonios en los tres meses que hace sol allí», se ríe. «En invierno, somos más cerrados».
Al que más le ha costado el cambio es a Suvi, al que Jaan trata como un hermano pequeño –como el resto del equipo de Pisuerga–. Puidet le da en el brazo y bromea con su edad con lo de tomar vino, y el esboza una pequeña sonrisa. «Los amigos y la familia», destaca a la hora de señalar que es lo que más echa de menos en Valladolid.
Se da la circunstancia que los tres tienen «algunos problemas físicos» en la actualidad. A Karl se le pregunta por ese tobillo por el que se echa a temblar la afición cada vez que se lo toca. «Un pequeño esguince... Gimnasio y fortalecimiento, y ya está», indica, mientras Suvi se señala también su tobillo lesionado. Puidet tiene molestias en el bíceps femoral de su pierna izquierda, aunque no pierde el buen humor del que disfruta en Valladolid. Aprovecha para ver a Karl y al Real Valladolid siempre que puede, aunque –curiosidad– su polo con el escudo y su altura no le sirvan para salvar el control de los Anexos para ver a su compatriota entrenar a puerta cerrada. «En esto también los vallisoletanos son como los estonios, muy rectos», termina.
Karl se ha convertido en una de las caras reconocidas del Real Valladolid. Es, junto con Moro, el jugador más valorado y un referente en su país. «No conocía Valladolid... En Estonia la Liga se sigue con el Barcelona, el Madrid... Ahora también por el Real Valladolid», explica Hein que está conociendo una ciudad «perfecta de tamaño» y que le encanta a su novia Hanna, en una provincia en la que se han comprometido hace unos días. ¡Palju õnne! (buena suerte, en estonio).
Jaan Puidet asegura que «he visto mi vida aquí». El escolta del UEMC Real Valladolid se ha adaptado a la perfección a la ciudad, a la provincia. Amante del buen vino y «agradecido» a los vallisoletanos por su cariño, es especial a su novia, vallisoletana y que le ha fortalecido «aún más» las raíces. El veterano de los estonios en Pucela –llegó en 2020– es un «enamorado» de España, y valora la luz y el sol del país, además de la gastronomía, con el lechazo como preferente.
A Suvi le cuesta soltarse. Del castellano solo conoce palabras y además tiene la timidez propia de la edad. Tener a Puidet en el vestuario del UEMC le da la vida en su primera experiencia fuera de casa, de ahí que eche de menos a su familia y amigos. Si a Karl y a Jaan les gusta el sol y la luz de España, Gert asegura que extraña el invierno estonio «y la nieve». «También el Leib», el pan negro típico de Estonia, del que Hein trae maletas llenas cuando va a casa.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
María Díaz y Álex Sánchez
Almudena Santos y Leticia Aróstegui
Arturo Posada | Valladolid
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.