Derrota sonrojante del Promesas ante un monumental Celta B

Los Anexos del José Zorrilla acogieron lo que a priori debía ser un bonito e igualado encuentro. El partido, al que comparecían segundo y tercero de la clasificación, enfrentó al Celta B, mejor visitante de la categoría, con el Promesas, capaz de sorprender a los de Onésimo en la ida cosechando un 1-3 en Vigo. Pero pese al resultado conseguido en la anterior vuelta, el conjunto celeste, de azul oscuro por su condición de visitante, descargó un vendaval de fútbol que destrozó al Promesas en poco más una hora. El 0-5 que quedó vigente tras el pitido inicial evidenció la verdadera distancia entre los de Baraja y los de Onésimo.

El partido comenzó, bajo la atenta mirada de Ronaldo Nazário y varios jugadores de la primera plantilla que se ejercitaba en el campo de al lado, con ambos equipos midiéndose y asegurando la posesión del balón. Con el aliento de unos pocos aficionados que animaban al filial vallisoletano con bengalas desde fuera de las instalaciones durante los primeros minutos de juego, el Promesas disfrutó de una de las mejores oportunidades que iba a tener en el encuentro tras un fallo del portero vigués. Pero esto tan solo fue un espejismo de lo que vendría después.

Sobre el primer cuarto de hora, los de Onésimo, que regresaba a su casa, cogieron las riendas del encuentro. Un infalible Diego Barri y un participativo Jordan Holsgrove, dominaron la medular ante un Oriol Rey desbordado y un Fran Álvarez incapaz de detectar a los dos atacantes vigueses entre líneas. El centro del campo, que es donde se deciden los partidos, se tornó muy pronto celtiña y con ello el sino del encuentro.

Un palo por parte de Manu Justo tras una buena elaboración del Celta B fue la antesala de lo que llegaría apenas dos jugadas después. Un balón rechazado dentro del área de Gaizka, en el minuto 16 de partido, lo aprovecho Manu Justo para sacar un potente remate que, tras ser atajado por el meta vasco del Promesas, empujó dentro de la red el '10' celeste Alberto Solís. Pero la cosa no se detuvo ahí. Los de Baraja intentaron reponerse de un gol que minó mucho la moral de los vallisoletanos.

Pero tanto Holsgrove como Manu Justo, que se dejaban caer constantemente entre la línea defensiva y la medular del conjunto blanquivioleta, deshacían la ineficaz presión del equipo local y facilitaban la salida de balón. En cada acción en la que los vigueses encontraban pase hacia arriba, el Promesas se partía en dos y no era capaz de volver a colocarse. Además de la falta de colocación, la pasividad en las labores defensivas hacía que los jugadores celestes se girasen sin problema, lo que produjo que las ocasiones visitantes se sucediesen, frenadas tan solo por la buena actuación del portero local y la falta de acierto de los arietes visitantes.

Ante tal despliegue táctico del Celta, la salida de balón del Valladolid tampoco funcionó gracias a la intensa presión que los de Onésimo efectuaron, achicando espacio hasta el guardameta. La única solución que encontró el cuadro de Javi Baraja fue el desplazamiento en largo como forma de comenzar la jugada, movimiento que casi siempre era contrarrestado por una zaga celtiña que, bien situada, recuperaba el balón.

Con el comienzo de la segunda mitad, la historia parecía cambiar. El Promesas salió con mordiente, incisivo y con ritmo, pero no fue suficiente generar preocupación en un Celta que cerraba bien los espacios y aprovechaba sus posesiones para descansar con el balón. Tras calmar el encuentro, Soni, el extremo vigués, ponía la duda en cada acercamiento visitante con su velocidad y potencia. Barri y Holsgrove volvieron a tomar la manija del centro del campo y con ello empezó el principio del fin para el conjunto pucelano.

En diez minutos, del 68 al 78, el Celta B liquidó el partido con cuatro goles consecutivos precedidos de groseras pérdidas del filial del Real Valladolid en salida de balón que aprovecharon Soni y Holsgrove, por partida doble cada uno, para completar un sonrojante 0-5. Desde el quinto del Celta hasa el pitido final del colegiado, el encuentro fue una sucesión de faltas provocadas por la frustración y lo abultado del resultado en un encuentro que, como ocurre en los finales de baloncesto en los que hay una amplia ventaja, los últimos minutos no se jugaron.

El filial celeste supera con esta victoria al Promesas en la clasificación y se coloca segundo con un punto más que los de Javi Baraja que, con 36 puntos, buscarán volver a la senda de la victoria el próximo domingo en el Ruta de la Plata ante el Zamora.