«Debemos mantener la prudencia, respetar a los rivales y la categoría»
Fran Sánchez, director deportivo ·
El nuevo responsable futbolístico del club blanquivioleta considera que el modelo de éxito del Granada no es exportable al PucelaFran Sánchez (Orihuela, Alicante, 1989) lleva días frenéticos. Desde su incorporación como director deportivo el pasado lunes, vive sometido a interminables jornadas de trabajo. Cerrada ... la incorporación de Pacheta como técnico, ahora le toca afrontar la 'operación salida' para aligerar una plantilla con 39 fichas profesionales.
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–En su presentación transmitió ilusión. ¿Le seduce más este proyecto en Segunda con el Real Valladolid que haberse quedado en el Granada?
–Me muevo mucho por el entusiasmo y la ilusión. Las tres últimas temporadas en el Granada han sido muy emocionantes, más allá de los resultados deportivos. Hemos pasado momentos increíbles y nos hemos identificado con el club, la ciudad y la afición. En los últimos meses hubo cambios: salió el director general y el míster no renovó. La llamada del Real Valladolid me hizo mucha ilusión, pero cuando conocí el proyecto y me dieron confianza para liderarlo no me lo pensé mucho. Como profesional me gusta estudiar otros modelos deportivos. Me habían hablado muy bien tanto del club como de la ciudad, pero no me lo esperaba tan bien en cuanto a infraestructuras. Ha sido una grata sorpresa.
«Tengo un criterio para los jugadores con contrato, que puede cambiar según lo que escuche»
–¿Qué ha sido lo que más le impresionó inicialmente?
–Llegamos el domingo a la una de la madrugada y ya tenía el 'planning' de Matt [Fenaert], todo muy organizado con la hoja de ruta del primer día. Lo primero que hice fue conocer a los empleados, me enseñaron los Anexos, el proyecto de Ciudad Deportiva y las infraestructuras del estadio, con la zona del comedor, activación, vestuarios, zona de prensa... Ya había estado aquí con el Elche y Granada y he notado cómo ha cambiado el club.
–¿Qué es lo primero que hizo?
–Ya había tenido alguna reunión antes de llegar de forma telemática. El primer día fue de presentación a la prensa y también con los medios oficiales del club, con iniciativas que me pidieron. También para conocer a los empleados y fuimos a comer con algunos de ellos. Tengo el malestar de no haber conocido a mucha gente el primer día, porque se merecen el respeto de que les llame. Tengo muchas llamadas perdidas que recuperar. Ahora toca establecer prioridades.
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–Muchas de esas llamadas perdidas serán de agentes para ver qué pasa con los futbolistas que representan...
–La pasada semana, con toda la rumorología que había, ya me llamaron los agentes de la práctica totalidad de jugadores para conocer la situación. Por respeto al Granada, les dije que aún trabajaba allí. Cuando finalicé, les pedí tiempo para aterrizar. La plantilla de jugadores con contrato es extensa. El compromiso abarca a las dos partes. Hay que escucharles a ver qué idea tienen. Yo también tengo un criterio claro, pero puede cambiar según lo que escuche de mi secretaría técnica y la gente que forma parte del club.
«Deposito mucha confianza en el Big Data, pero también creo que no se debe perder la esencia»
–¿No se siente desbordado con 39 fichas profesionales?
–Voy a contar una anécdota. A mí me pilló el cambio de propiedad en el Granada, cuando llegué a mitad de temporada. Gino Pozzo vendió el club y teníamos una serie de jugadores que eran de su propiedad. Tuvimos que sacar a muchos. Haciendo la media, dos o tres jugadores cada dos o tres días. Era un disparate de mercado. Ahora, más allá de que queramos una plantilla corta o larga, no podemos tener 40 licencias. Quiero conocer la opinión del club y trabajar las salidas. De eso dependerán las entradas.
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–¿Tendremos que esperar al último día de mercado para que la plantilla quede definida?
–Siempre me focalizo en hacérselo lo más sencillo posible al entrenador. Es clave para que él trabaje de la mejor forma, con los mejores tiempos posibles. Luego, está el transcurso del mercado, las oportunidades y las preferencias que tengamos. Todo debe unirse. Mi idea es disponer de los jugadores que creemos que deben estar lo antes posible. Sin embargo, no controlamos el mercado: hay una Eurocopa de por medio y no ha terminado aún el 'play-off' de ascenso a Primera. Trabajaremos para que los tiempos vayan lo más rápido posible.
–¿Qué espera del nuevo entrenador?
–Ilusión, ganas, orgullo de representar al Real Valladolid. Que construya un equipo con el que la gente se sienta identificada. Que transmita mucho, que practique un fútbol ofensivo, que sea ganador de duelos. Que cumpla la idea de Ronaldo.
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«Paulo André me ha dado toda la libertad para fichar al entrenador. He notado confianza»
–¿Cómo ha sido su papel en la dirección deportiva del Granada?
–He pasado diferentes por etapas tanto en Elche como en el Granada. He tenido la fortuna de trabajar con los mejores directores deportivos del mundo. Comencé en el Granada hace cuatro años y medio como gerente deportivo, una figura que estaba por debajo del director deportivo. A raíz del no ascenso a Primera, decidieron destituir a Manolo Salvador y la propiedad contrató a un grupo, liderado en la parte deportiva por Antonio Cordón. La propiedad tenía al Tondela en Portugal, el Chongqing Lifan en China, el Parma en Italia y el Granada. En cada club había un director deportivo. Yo tenía que trabajar con el director general, el entrenador y el coordinador de la estructura deportiva. Hubo algunos problemas: Antonio Cordón solo estuvo el primer año y parte del segundo. Yo he sido el director deportivo en los últimos tres años, más allá que tuviera que compartir con otros cargos. Me he sentido respaldado en mi criterio, al igual que se respaldó el del entrenador. Han sido tres años maravillosos, pero cuando me llamó el Real Valladolid sentí que era el momento de cambiar de proyecto.
–¿Está bien definido cómo será su papel aquí? ¿Sabe qué responsabilidades tendrá Paulo André?
–Es una cuestión que debe resolver el club. Mi 'feeling' con Paulo André y Matt [Fenaert] ha sido muy bueno. Ellos fueron los que me expusieron el proyecto. En seguida conectamos. Paulo me ha dado toda la libertad para el asunto del entrenador. Desde el primer momento he sentido mucha confianza en mi criterio y en mi rol como director deportivo. Soy una persona conciliadora y me gusta escuchar a todos los departamentos.
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–¿Cuáles han sido sus primeras impresiones en el trato con Paulo André?
–Es una persona a la que le gusta escuchar, con muchos valores y que me transmite confianza. Si finalmente el club define su rol, sería un placer trabajar con él.
«Me habían hablado muy bien del club, pero no me esperaba este nivel de infraestructuras»
–¿Se ha reunido con Ronaldo en los primeros días?
–Tuvo el detalle de hacer una videollamada. Me transmitió ilusión y confianza en mí. Le estoy agradecido por la oportunidad. Sé que tiene también mucha ilusión en el proyecto y que está encima para que todo funcione bien.
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–¿Y le ha metido ya presión para lograr ese objetivo que marcó del ascenso directo?
–No me lo ha transmitido directamente, pero por la talla de este club todos queremos estar en el mismo lugar. Es una meta colectiva. El Real Valladolid debe aspirar a eso, pero yo me voy a centrar más en el proceso. Hay que trabajar día a día para que la afición se identifique con el equipo. Nadie debe salirse de la línea a seguir. La palabra 'equipo' tiene que ser más importante que cualquier pensamiento individual.
–¿Qué respuesta ha encontrado de la afición hasta ahora?
–He sentido mucha ilusión. Estoy agradecido por tantas muestras de cariño, pero lo más importante es el equipo. La categoría es complicada y vemos a clubes históricos que llevan mucho tiempo en Segunda. Creo que viviremos momentos buenos, pero también llegarán los malos. Entonces, resultará clave que todo el club, la ciudad y la prensa estemos juntos para superar las adversidades.
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–¿Qué importancia le concede al departamento de Big Data?
–Yo siempre he trabajado con Big Data. En Granada también lo hacía. Tengo confianza en los datos. En el fútbol moderno debes tener información de todo. También creo que no se debe perder la esencia, con lo que ven los ojos y los pequeños detalles. Para ver cómo reacciona un jugador ante situaciones positivas y negativas hay que estar en el campo.
–¿Es exportable el éxito del Granada al Real Valladolid?
–Las comparaciones son odiosas. Cada club es diferente. En Granada sufrimos el varapalo de no ascender el primer año con el presupuesto más alto. En el segundo año, el objetivo era más prudente, de respeto a la categoría, y logramos subir. Los éxitos posteriores no eran objetivos fijados, sino situaciones que se fueron dando. No quiero comparar un club con otro. Yo quiero identificarme pronto con el Real Valladolid para ayudar a que siga creciendo.
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–Cuando los objetivos son altos, muchas veces llegan las frustraciones y cuando no se plantean aparecen los mayores éxitos. ¿Puede ser contraproducente esa presión de inicio?
–Es una buena pregunta. En Granada no ascendimos el primer año y destituimos al entrenador yendo quintos. Hay que tener prudencia. La ilusión es común a toda la ciudad, pero también creo que el Almería lleva dos años intentando subir con una inversión importantísima, más incluso que clubes de Primera. El Leganés vendió a Braithwaite y a En-Nesyri, y tuvo la ayuda al descenso. Eso suma alrededor de 55 millones de euros y no ha conseguido ascender. Está el Real Zaragoza, el Málaga... Y qué decir del Deportivo de La Coruña, que tenía a Pablo Marí, ahora en el Arsenal, y a Domingos Duarte y Carlos Fernández, que luego llegaron al Granada para lograr la clasificación europea. Ganaron 2-0 en Riazor y en la vuelta contra el Mallorca se quedaron sin el ascenso a Primera y mira cómo están ahora. Hay que respetar a los rivales y a la categoría.
–Vayamos a sus inicios. Usted es licenciado en Derecho. ¿Cómo llegó al Elche y empezó a trabajar en la parcela deportiva?
–Comencé en el Elche, con Víctor Orta como director deportivo. Es una persona a la que admiro y a la que estoy muy agradecido por la oportunidad. En esa dirección deportiva también estaban Emilio Vega, Luis Casas –que ha venido conmigo a Valladolid–, Jesús de Huerta... Gente muy preparada. En el Elche viví una situación de muchísima inestabilidad durante dos años. La primera campaña descendimos administrativamente y hubo muchos cambios. Conocí a Ramón Planes, que fue la persona que recomendó para el Granada. Planes es ahora el director deportivo del Barça, por debajo de Mateu Alemany. Yo llevaba la parte de gestión, pero algunos directores deportivos me dieron la oportunidad de encargarme del fútbol, que es lo que me apasiona. Soy licenciado en Derecho, pero no soy abogado porque no es mi vocación, no me gustaba. Al finalizar la carrera la orienté: hice un MBA en dirección de entidades deportivas y el curso de director deportivo. Tengo el nivel 2 de entrenador y el UEFA B de federativo. Me gustaría sacarme la última titulación, el último nivel, pero por una cuestión de tiempo es difícil. Lo orienté más a hacia la parte de gestión.
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–¿Mantiene contacto con Víctor Orta, ahora responsable deportivo del Leeds inglés?
–Hablé con él hace dos o tres semanas. Mantenemos más o menos el contacto, aunque él está en Inglaterra y yo aquí. Cada uno lleva su día a día. Tengo admiración por él y le estoy muy agradecido por la oportunidad que me dio de empezar en el fútbol profesional.
–¿Le costó salir del Elche y su adaptación al Granada?
–Fue un reto importante, pero me ilusionaba mucho. Yo tengo orígenes granadinos a través de mi familia. Es verdad que el club iba último en Primera División y con poca identificación con los jugadores. De hecho, fueron los peores resultados deportivos de la historia del Granada en Primera, con muchos jugadores de muchas nacionalidades. No había nada de conexión con la afición, con el escudo y los valores del club. En Elche había inestabilidad y cambios, y me metí en un club que despidió al director deportivo y al director general. Pusieron a Tony Adams como cabeza visible del proyecto y fue todo un poco rocambolesco. Esos cinco o seis meses me ayudaron a hacer un diagnóstico. Luego, con Antonio Fernández como director general y demás personal del club logramos ordenar todo aquello. Al final, salió muy bien.
«La única manera de desconectar es apagar el móvil... y no puedo»
–¿Qué referentes tiene en la dirección deportiva?
–Soy lo que soy gracias a todos los directores deportivos con los que he coincidido: Ramón Planes, Víctor Orta, Emilio Vega... Evidentemente, Monchi es un referente. No quiero ser injusto y olvidarme de nadie. Está también Antonio Cordón. He estado con algunos de los mejores y me llevo lo mejor de cada uno. Les estoy muy agradecidoa todos. Con la edad que tengo, me siento afortunado de haber compartido con ellos tantos momentos profesionales.
–¿Cuál es el mejor consejo que le han dado para hacer mejor su trabajo?
–Que sea yo mismo. Mi amigo Ramón Planes me dijo 'sé tú mismo y te va ir bien'.
–¿Le acompañará su familia en esta nueva etapa en Valladolid?
–Sí, vendrá mi mujer, que me acompaña siempre. Estuvo conmigo en Elche y Granada, aunque ella es de Úbeda, Jaén. Los primeros meses se quedarán allí por todo lo que se nos presenta por delante. Está también mi niño, que nació en Granada hace trece meses.
–¿Cuántas horas le puede dedicar al día al trabajo en este momento?
–Tengo un problema: que no desconecto. Trabajo desde primera hora de la mañana hasta el final del día. Esté presencialmente en las oficinas del club o no, el teléfono no para de sonar. Me dicen que aprenda a desconectar, pero no es sencillo. La única manera es apagar el teléfono y por la responsabilidad de mi cargo creo que no puedo hacerlo.
–¿Le queda tiempo para alguna afición?
–El otro día me preguntaron cuál era mi 'hobby' y dije que el fútbol... Fuera de eso me gusta viajar, estar con mis amigos, ir a Baza, el pueblo de mi padre, o a Orihuela, y comer en restaurantes de mantel de papel... Me gusta estar rodeado de mucha gente. Tengo la fortuna de contar con muchos amigos.
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