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Alcaraz y Embarba, dos jugadores clave en sus equipos. Mingueza
Alcaraz gana galones mientras Embarba se salva de la quema

Alcaraz gana galones mientras Embarba se salva de la quema

La lupa ·

El centrocampista del Real Valladolid recuperó ante el Espanyol la omnipresencia que le hicieron imprescindible la temporada pasada; mientras que el exRayo llevó el único peligro visitante... hasta el minuto 24

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Domingo, 23 de febrero 2020

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Era una de las asignaturas pendientes del vestuario poco antes de tomar las vacaciones de fin de año. Sergio, de hecho, lo tenía clavado con una chincheta en su corcho como requisito indispensable en su libro de ruta hacia la permanencia. Había que recuperar al soldado Alcaraz.

Y en esa misión todos han puesto algo de su parte pero el principal responsable ha sido el propio jugador, quien a base de constancia –y también de minutos, claro está– ha ido recuperando galones y ganando ascendencia sobre el resto de compañeros. Si en las últimas semanas ya se había atisbado una buena versión de Alcaraz en el campo, ante el Espanyol el centrocampista catalán dio un paso adelante para hacerse en propiedad con las riendas del centro del campo. Las tuvo con Míchel en el campo, cubriendo incluso sus lagunas, y también sin él, acaparando en este caso mucho más metros y protagonismo en el juego del Real Valladolid.

Especialmente en los primeros compases tuvo muy cerca a Darder –pegado a él en la salida de balón–, al que eclipsó, y su presencia fue ganando enteros a medida que cayeron los minutos, evitando que su equipo se rompiera en dos en la segunda parte. De ello pecaba en los últimos partidos y Alcaraz, al que por fin se le ve cómodo en el campo –y eso se traduce y traslada al resto del equipo–, recobró por momentos aquella omnipresencia que le hizo imprescindible la temporada pasada. Por encontrar una rendija a su partido, los disparos –dos de ellos de falta– que no cogieron portería por un puñado de metros.

Embarba, el único que se salvó

Muchos de los que acudieron a Zorrilla se preguntaban en los prolegómenos cómo era posible que un equipo con el plantel como el que luce el Espanyol, jugador por jugador, pudiera cerrar la clasificación. con solo cuatro victorias en 24 jornadas. Hora y media después ya no eran mayoría...

Habían encontrado en el campo la mejor explicación posible y sobrados motivos que despejan cualquier duda. Ausencia de Raúl de Tomás al margen, el Espanyol es colista porque se ha empeñado en hacer méritos. Y en Zorrilla se vivió la constatación más palmaria de que al equipo de Abelardo, antes de Pablo Machín y antes de David Gallego, le falta fútbol. El mercado le ha dado pegada y contundencia atrás pero no le ha devuelto el juego que le llevó a Europa hace un año. En ese paso atrás salen perdiendo jugadores como el exRayo Embarba, un pedazo de pelotero que al igual que todo el Espanyol fue ayer de más a menos... hasta el minuto 24.

De sus botas salió el único peligro que llevó el conjunto catalán a la portería de Masip. Intenso de salida en banda izquierda, mostrándose incisivo pero también solidario a la hora de echar una mano al lateral, la llamada de Embarba se fue apagando con el paso de los minutos hasta pender de un hilo en la segunda parte. Descolgado arriba a raíz de la expulsión de David López, apenas dispuso de balones para encarar y ganar en profundidad lo que acabó por llevarle a la desesperación –vio una amarilla en el minuto 79 por una entrada a destiempo–.

Ni el gol anotado de penalti ya en el descuento, ni ser el único en salvarse de la quema pudieron aliviar su pena.

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