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Lebron celebra la victoria de los Heat./ Ap
LeBron guía a los Heat a su segundo anillo consecutivo
BALONCESTO | NBA

LeBron guía a los Heat a su segundo anillo consecutivo

La estrella de Miami, que fue elegido 'MVP' de la final sumó 37 puntos y anotó las canastas decisivas

LUISMI CÁMARA

Viernes, 21 de junio 2013, 14:06

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Los Heat ganaron el campeonato en el sexto partido de la serie final de la NBA. Como si de una película de Hollywood se tratara, representaron el papel del protagonista que es capaz de levantarse cuando todo le predisponía a caer en la más absoluta de las desgracias. En ese encuentro, Miami logró forzar la prórroga con un triple fantástico al límite de Ray Allen, que culminaba una remontada de cinco puntos en apenas veinte segundos, y que permitió la posterior victoria de su equipo en el tiempo extra y dejaba muy tocados a los Spurs, que casi celebraban ya un nuevo anillo.

En el séptimo y definitivo choque ante San Antonio, los dos contrincantes no partían con el mismo estado de ánimo. Mientras los vigentes campeones estaban exultantes por la milagrosa oportunidad que les volvía a brindar la providencia, los tejanos afrontaban el duelo con la herida abierta y aún supurando por la cruenta cuchillada del destino cuando ya rozaban el éxito más absoluto. Durante cuatro cuartos lucharon por revertir la adversa situación, pero en los dos últimos minutos del partido el lanzamiento fatal de Allen volvió a sus cabezas para minar definitivamente la moral y las posibilidades de triunfo de los de Gregg Popovich.

El general de los Spurs, habrá dado muchas vueltas a la que definió como "una pregunta muy europea", cuando fue cuestionado por su decisión de no hacer falta antes del tiro del veterano escolta para evitar la canasta de tres puntos. "Eso se hace en Europa, pero aquí no", contestó en la rueda de prensa después de que los Heat igualaran la final a tres. Tras el desenlace dramático al que se ha visto abocado su equipo, quizás ahora tomaría un camino menos americano.

Porque San Antonio luchó lo indecible para dar la vuelta a una estadística que le condenaba a muerte, pero no evitó su sentencia pese a resistirse mientras pudo.

Esta era la decimoctava ocasión en que la final llegaba al séptimo partido en los 67 años de vida de la NBA, y la historia decía que en 14 de las 17 anteriores el equipo local se había colocado el anillo de campeón, la última de ellas, en 2010, cuando los Lakers de Pau Gasol superaron a los Celtics en Los Ángeles. Había que remontarse a 1978 para recordar la victoria de los Washington Bullets ante los Seattle Supersonics en el Key Arena. Desde entonces, ningún visitante se había alzado con el título en ese decisivo choque de la eliminatoria definitiva. La marca sigue vigente, porque Miami se impuso a los Spurs por 95-88 y renovó el campeonato obtenido la pasada campaña.

La tensión por la importancia del choque se palpó desde el salto inicial, con demasiadas imprecisiones y errores infantiles impropios de los jugadores que estaban sobre la pista del American Airlines Arena. Así, el primer cuarto se esfumó entre tiros fallados, pérdidas de balón de difícil explicación y un marcador más adecuado de un discreto encuentro entre dos mediocres rivales del Viejo Continente (18-16).

Pero el partido era realmente el más grande de la mejor liga del mundo y, por inercia, era evidente que el talento debía surgir en algún momento. Con el factor común de la igualdad respecto al periodo inicial, LeBron, Wade, Duncan y Ginóbili despertaron de su letargo ofensivo y se enzarzaron en una pelea de canastas que les llevó al descanso casi igualados (46-44). Mientras que los visitantes se aferraban a la efectiva labor de su excelso líder y al encomiable trabajo de Leonard (19 puntos y 16 rebotes al final del partido), la pareja local James-Wade se bastaba para mantener la fluidez ofensiva de los suyos, apoyada por el acierto desde la línea de tres de Battier (18 puntos y seis triples).

La evidente igualdad y la incertidumbre del resultado hacía que alguno diera por buenos los 59.000 dolares pagados en la reventa por su entrada.

Duelo de estrellas

Tim Duncan (24 puntos y 12 rebotes) hizo todo lo que estuvo en su mano para sumar su quinto anillo y mantener impoluta su trayectoria en la finales de la NBA, pese al lastre de las malas actuaciones del esta vez frustrado lanzador Green y del desafortunado Tony Parker. Impartió lecciones impagables de cómo sacar partido a la combinación de altura, físico, inteligencia y calidad en el poste bajo a un Bosh que, por sus limitadas prestaciones en el momento decisivo de la temporada, no merece figurar en el 'Big Three' de Miami. Pero, a sus 37 años, los intentos del pívot de las Islas Vírgenes por mantener a su equipo con posibilidades se acabaron cuando Leonard colocó con un triple el 90-88, cuando tan solo quedaban 120 segundos para alcanzar el objetivo soñado.

Esos dos minutos fueron de LeBron. 'King James' completó entonces su actuación estelar con cuatro puntos definitivos en el último minuto, mientras que el jugador franquicia de los tejanos y un desacertado Ginóbili en los instantes finales desaprovecharon las escasas oportunidades que les restaban a los representantes de la Conferencia Oeste.

El alero de Akron acabó el choque con 37 puntos y 12 rebotes, y un nuevo galardón de 'MVP' (jugador más valioso) de las finales que añadir a su segundo anillo consecutivo con los Heat, en lo que parece ya la confirmación de una nueva dinastía en la NBA.

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