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Beatriz García González, secretaria de Enseñanza de UGT Servicios Públicos Castilla y León. UGT Castilla y León
«El profesorado de Castilla y León no ha recuperado ningún derecho desde los recortes de 2012»

«El profesorado de Castilla y León no ha recuperado ningún derecho desde los recortes de 2012»

«Nos enfrentamos a la Junta de Castilla y León, que no cumple lo que firma ni hace lo que dice que va a hacer», asegura Beatriz García González, secretaria de Enseñanza de UGT Servicios Públicos Castilla y León

Lunes, 21 de noviembre 2022, 18:13

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La preocupación de los docentes de Castilla y León sigue creciendo por el «inmovilismo» de la Consejería de Educación, «teniendo en cuenta que, desde los recortes sufridos en 2012, el profesorado castellano y leonés no ha experimentado ninguna mejora. Tampoco nos tranquiliza ver lo que está sucediendo en otras comunidades autónomas del mismo signo político que el de la Junta», recuerda Beatriz García González, secretaria de Enseñanza de UGT Servicios Públicos Castilla y León.

–Su sindicato asegura que el profesorado de Castilla y León está a la cola de las comunidades españolas en cuanto a derechos perdidos desde 2012 y no recuperados.

–Sí, es cierto porque hemos realizado una comparativa con otras comunidades autónomas limítrofes a la nuestra, y del mismo signo político que en Castilla y León, y en todas se han revertido derechos que se perdieron en 2012. Así, por ejemplo, en Extremadura y Aragón han firmado la reducción horaria para los mayores de 55 años; en La Rioja y Cantabria han reducido el horario lectivo y las ratios para atender mejor al alumnado; en esta última comunidad autónoma, donde funciona muy bien el calendario pedagógico propuesto por UGT, también se ha incrementado la retribución por kilometraje a 0,21 euros.

–¿Y en la comparativa con Madrid?

–También sale perdiendo Castilla y León porque en los últimos diez años allí se ha aprobado el teletrabajo, el incremento de los sexenios, la reducción de ratios en Educación Infantil, los complementos de tutorías para todos los docentes, la retribución para los tutores de los funcionarios en prácticas, las mejoras en permisos y licencias, fundamentalmente en lo relacionado con maternidad, conciliación y equiparación de interinos –estos cobran en verano–, los incrementos salariales en complementos autonómicos y una larga lista de derechos. En nuestra Comunidad no se ha conseguido nada de esto, estamos estancados.

–Pero en Castilla y León existía el llamado Acuerdo Covid...

–Sí, y funcionó muy bien. Con él, la comunidad educativa estaba muy contenta porque se redujo el número de alumnos por aula, se aumentó la cantidad de profesores, se dotaron a los centros con recursos informáticos... Pero cuando la pandemia pasó a un segundo plano, la Junta decidió que no era necesario y que iba a firmar otro acuerdo que revertía todo lo que se había hecho y en el que no se producía ninguna mejora. De hecho, nuestros dirigentes se han olvidado de la atención individualizada a los alumnos que tienen necesidades especiales, e incluso hay profesionales que han quedado denostados como los equipos de Orientación, dedicados a las familias y al alumnado, el coordinador de Bienestar..., figuras que son obligatorias en Castilla y León pero que están esperando a la cola de no se sabe muy bien qué.

–¿Hay posibilidades de que esta situación cambie?

–A día de hoy, no. Nos enfrentamos a una Junta de Castilla y León que no cumple lo que firma ni hace lo que dice que va a hacer. Hace tres años firmamos el acuerdo de las 35 horas, con la idea de mejorar los servicios públicos y de dotar de más profesionales, pero llegó Mañueco y no quiso saber nada de lo firmado. La Consejería de Educación, junto con su sindicato 'independiente', bloquea las mejoras en Castilla y León y pide al Gobierno central medidas que competen a la comunidad autónoma.

–¿Están satisfechos con las decisiones tomadas por el Gobierno central?

–No podemos quejarnos porque UGT ha firmado como sindicato de clase mayoritario un acuerdo nacional que permite aumentar las retribuciones un 9,8% en tres años. ¿Y sabes quién nos va a dar las 35 horas ahora? El Gobierno central porque la Junta no ha hecho nada. Pero las diferencias están en los complementos autonómicos, la parte que paga nuestra comunidad autónoma a sus profesionales respecto a otras, con diferencias que superan los 300 euros en un salario de entrada, y teniendo en cuenta que con los años esa brecha salarial aumenta.

–Castilla y León también es la única que exige al profesorado elegir entre el complemento nacional o el autonómico.

–Sí, nos están obligando a renunciar a un complemento. Los sexenios son un complemento estatal que cobra todo el profesorado que depende del Estado, pero en nuestra comunidad aprobaron una Ley, que por cierto tenemos recurrida en los tribunales, en la que debemos elegir. Asturias tiene carrera profesional, La Rioja también, y los profesores no tienen que renunciar a ningún complemento, cobran ambos.

–Tampoco se atienden las características orográficas de Castilla y León.

–Para nada. En nuestra comunidad autónoma tenemos una orografía muy complicada, que obliga a que algunos profesores tengan que desplazarse cientos de kilómetros para ir a trabajar en zonas rurales donde, en muchas ocasiones, no hay ni casas para alquilar.

–Por todo ello, ¿se corre el riesgo de perder a buenos docentes porque deciden marcharse a otras comunidades?

–Sí, todos los hándicap que sufren los profesores de Castilla y León hacen que pese a tener los profesionales mejor formados estemos perdiendo talento hacia otros lugares limítrofes.

–Reclaman también más inversión en Educación en nuestra comunidad.

–Sí, porque la inversión que está realizando la Junta es menos que mínima. Exigimos que se invierta mucho más en centros escolares, especialmente en centros rurales que dan vergüenza –algunos no tienen ni calefacción–.

–Y piden menos burocracia para el profesorado.

–Es que el docente de Castilla y León no solo tiene que dar clase sino que debe rellenar gran cantidad de papeles para hacer cualquier cosa o escritos para Inspección que, sospechamos, no van a ningún lado; especialmente en centros rurales, el profesor tiene que instalar ordenadores, mover mobiliario, arreglar un enchufe, cambiar bombillas, clasificar libros, gestionar las redes sociales..., y en algunas ocasiones tenemos que hacer incluso de enfermeros, con el riesgo que ello conlleva. Pedimos que nos dejen centrarnos en dar clase.

–¿Qué puede hacer el profesorado para que esta situación cambie?

–El próximo 1 de diciembre, en las elecciones sindicales que tenemos en el sector, el profesorado tiene una oportunidad para decir 'hasta aquí'. Los docentes deben pensar que UGT, en otras comunidades autónomas y a nivel nacional, ha conseguido cambios, la reversión de los recortes..., cosas que en Castilla y León no hemos podido hacer porque no tenemos suficiente representación como para forzar a la Consejería de Educación a cambiar y a que de verdad apueste por su profesorado y que dejemos de ser los últimos en todo. Otro ejemplo: a nivel nacional se ha aprobado un decreto que permitirá a los profesores técnicos ser Cuerpo A1; en otras comunidades lo han puesto en marcha, aquí hemos sido convocados la semana pasada. Siempre los últimos. Y así con todo. La comunidad educativa está dividida, y ha llegado el momento de aunar esfuerzos para que todo funcione mejor, y si los profesionales de Educación están contentos, ello redundará en una mejor atención al alumnado y que la enseñanza sea más positiva.

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