Borrar
durante el juicio en la audiencia nacional

Parot y 'Txiquierdi' se niegan a declarar por el asesinato del general Víctor Lago en 1982

Ambos etarras, procesados por el asesinato del general Víctor Lago en Madrid en 1982, afirman no reconocer "a este tribunal de excepción"

EFE | MADRID

Lunes, 24 de julio 2006, 02:00

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los etarras Juan Lorenzo Lasa Michelena, "Txiquierdi", y Henri Parot se negaron a prestar declaración en el juicio que se celebró hoy contra ellos por su presunta colaboración en el asesinato a tiros del general Víctor Lago en Madrid en 1982, y durante el que sus hijos les insultaron llamándoles "hijos de puta".

Al ser preguntados por el tribunal -en el que se encontraba por primera vez el magistrado Fernando Grande-Marlaska- si tenían intención de declarar, Parot dijo: "no tengo ninguna intención de contestar nada a este tribunal de excepción", mientras que "Txiquierdi", dirigente etarra hasta 1985, señaló que no tenía "ninguna intención de jugar en esta farsa". Acto seguido, Parot, ex integrante del "comando francés" o "itinerante" de ETA detenido en 1990 en Sevilla, comenzó a saludar a su mujer y a sus dos hijas, que se encontraban entre el público, y ello provocó que uno de los hijos del general asesinado se levantara y le llamara "hijo de puta". Los policías que custodiaban la sala advirtieron en ese momento al hijo de la víctima de que si alteraba el orden podía ser expulsado, y éste optó por irse fuera para volver poco después.

El juicio prosiguió sin incidentes hasta el momento en que quedó visto para sentencia y el público, entre el que también se encontraba el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), José Alcaraz, comenzó a desalojar la sala. En ese momento, los ocho hijos del general, a los que acompañaba su viuda de 92 años, se levantaron y comenzaron a llamar "hijos de puta" a los dos acusados -para quienes el fiscal pide 63 años de cárcel ó 50 años, dependiendo del Código Penal que se les aplique-, así como a increpar a los familiares de Parot. La Policía sacó entonces de la sala a la mujer y a las dos hijas de Parot y los hijos de la víctima, dirigiéndose a los agentes, les advirtieron: "¿No dejaréis que aprovechen este rato para verlo? Porque eso no se puede".

Sin posibilidades de redención de pena

Al elevar a definitivas sus conclusiones provisionales, el fiscal Ignacio Gordillo explicó por qué se juzgaba hoy a Parot por estos hechos, después de que Grande-Marlaska le hubiera procesado en febrero, cuando sustituía en el Juzgado a Baltasar Garzón, por integración en organización terrorista y estragos, evitando así su excarcelación prevista entonces para 2011. Según Gordillo, Parot, al que le acusa de haber recabado la información necesaria para el asesinato del general y haberla puesto a disposición de la dirección en Francia, no ha sido juzgado por este atentado hasta ahora porque se ha esperado a la concesión de la extradición de "Txiquierdi" por estos hechos, a pesar de que fue entregado definitivamente en 2004.

Poco después de que Grande-Marlaska le procesara, el Tribunal Supremo decidió acumular las condenas de Parot en una sola pena de 30 años, que deberá cumplir íntegramente -por lo que no saldrá de prisión hasta el 2020-, ya que el Alto Tribunal, revisando su propia doctrina, acordó que las redenciones penitenciarias se le aplicaran sobre condenas individuales y no sobre la pena acumulada. Por ello, de ser condenado por estos hechos, Parot sumará una nueva condena que le reducirá sus posibilidades de redimir pena.

Testimonio del chófer de Lagos, herido en el atentado

Durante el juicio, en el que la defensa pidió la absolución de los dos acusados, declaró como testigo el chófer del general, quien ese día, el 4 de noviembre de 1982, le acompañaba en el coche oficial. El conductor, que entonces tenía 22 años, relató que, aunque los disparos de los dos etarras que les atacaron desde una moto de gran cilindrada, no iban dirigidos contra él, uno de ellos le alcanzó la cabeza y desde ese día le falta parte del cráneo. Explicó que podría operarse y ponerse una prótesis, pero que no lo hace por miedo y señaló que aún siente "palpitaciones" en la zona de la cabeza que le falta y dificultad para conciliar el sueño.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios