Los cinco musicales impresincibles de Freed

La huella de Arthur Freed ha quedado patente en más de medio centenar de obras. Aunque fue actor, compositor y letrista, su nombre está escrito con letras de oro en el cine musical. Buena parte de sus éxitos los llevó a cabo bajo el sello de la Metro Goldwyn Mayer.

1

'El pirata'. Dirigida por Vincente Minnelli en 1948. Judy Garland y Gene Kelly protagonizan esta historia de un cómico que se hace pasar por un terrible pirata para enamorar a una chica. El filme tuvo hasta siete guionistas de los que solo dos estuvieron acreditados y contó con una innovadora coreografía que crearon Gene Kelly y Robert Alton.

2

'Un día en Nueva York'. Dirigida por Gene Kelly y Stanley Donen en 1949, era la primera vez en que un musical americano dejaba el estudio y salía a la calle donde se desarrollaban increíbles números de baile. Gene Kelly y Frank Sinatra son un par de marineros que solo disponen de 24 horas de permiso para disfrutar de Nueva York. Todo un homenaje a Manhattan.

3

'Un americano en París'. Dirigida por Vincente Minnelli en 1951, y protagonizada por Gene Kelly y Leslie Caron. Freed busco hacer un ‘musical culto’ que se alejase de los tópicos del género de la época, homenajeando a pintores como August Renoir o Toulouse Lautrec tomando como referencia musical el ballet creado por George Gershwin en 1928.

4

'Cantando bajo la lluvia', dirigida en 1952 por Gene Kelly y Stanley Donen, La obra maestra absoluta del género, protagonizada por Gene Kelly, Donald O'Connor y Debbie Reynolds, que narra el paso del cine mudo al sonoro en un estudio de Hollywood. Se rodó en sólo 60 días, con un guion lleno de improvisaciones basado en historias y anécdotas reales de personajes del mundo del cine. A Freed lo que realmente le interesaba era hacer un musical que recogiese antiguas canciones utilizadas por él mismo y por el músico Nacio Herb Brown en otros filmes.

5

'Gigi', dirigida por Vincente Minnelli en 1958, basada en una novela corta de Colette. Protagonizada por Leslie Caron, Maurice Chevalier y Louis Jourdan, se rodó íntegramente en París reconstruyéndose la belle époque en que sucede la acción, en los lugares más emblemáticos de la ciudad. La historia de una adolescente educada para que se comporte como una cortesana para que encuentre a un marido rico.

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