Villandrando cierra con quince despidos tras un año de ERTE
El centro infantil, que no reanudó el curso en septiembre por la covid, extingue el contrato a sus trabajadoras, que negociarán su salida
Las puertas de Villandrando, centro infantil ubicado en el emblemático edificio de Jerónimo Arroyo en la Calle Mayor, no se volverán a abrir . Ya no habrá niños correteando por los soportales con su inconfundible chándal rojo, ni decenas de padres o abuelos esperando a sus pequeños. Villandrando cierra para siempre en la capital palentina. Atrás quedan catorce años de historia y más de un millar de alumnos que han ido pasando, año tras año, por sus clases.
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Las quince empleadas indefinidas, en un ERTE desde el 13 de marzo de 2020 y hasta el 2 de febrero de este año, sufrirán un despido colectivo, serán indemnizadas y cobrarán la prestación por desempleo.
En un principio se anunció que Villandrando podría recuperar su actividad este enero de 2021, mediado ya el curso, después de no haberlo arrancado con normalidad en septiembre por la evolución de la pandemia. Pero, después de preguntar a las familias su disponibilidad para volver al centro (y de que algunas de ellas ya hubieran buscado otras opciones y otras se hubieran quedado sin trabajo y cuiden a sus hijos), solo trece niños confirmaron su asistencia. El año pasado, hasta que estalló el virus en marzo, sus clases contaban con más de cien alumnos diarios.
Finalmente, el Patronato de la Fundación Villandrando ha decidido rescindir el contrato de sus trabajadoras y poner fin a una labor académica de muchos años y de mucha reputación. «Es una pena. El mejor uso para ese edificio es lo que era, que es un centro infantil. Pero nos ha ahogado todo el tema de la covid y cuanto antes cortes ya, mejor», señaló ayer Luis Jolín, médico y secretario del Patronato. «Además, estamos creciendo muchísimo en la tercera ola y ahora mismo es imprudente. Los pequeños no pueden seguir ningún régimen de seguridad», agrega.
Tres trabajadoras de Villandrando representarán a toda la plantilla en la negociación de sus condiciones de cese laboral, que se llevará a cabo las próximas semanas con los responsables de Villandrando. «No podemos seguir manteniendo la seguridad social de las quince trabajadoras. Eso nos cuesta más de 5.000 euros al mes y hemos aguantado hasta ahora, pero sin ingresos no podemos aguantar más. Es un gasto alto sin una perspectiva clara de llegar a septiembre», añade Jolín.
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Edificio sin uso
El cierre definitivo de la escuela infantil Villandrando, abierta desde 2007 y que se había convertido en una segunda casa para centenares de alumnos, deja sin actividad uno de los edificios más emblemáticos de Palencia, propiedad de la Fundación Villandrando. «Ya veremos lo que hacemos. En el escrito que hemos hecho señalamos que lo ponemos a disposición de las administraciones públicas para ver qué es lo más conveniente para la ciudad y la sociedad», afirma.
Las Hijas de la Caridad dejaron en 2006 la institución de Villandrando después de haber funcionado durante casi un siglo como escuela, residencia de estudiantes, colegio de educación infantil o parvulario. Desde ese momento y hasta hoy, funcionó como centro de educación infantil, siendo un referente en la ciudad. «Agradecemos a las familias su confianza, a las trabajadoras su profesionalidad y solicitamos comprensión y disculpas», concluyen desde la Fundación.
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