Villamuriel estrena la jota compuesta por César Vázquez, de El Cabás

Las fiestas de la Ascensión en Villamuriel de Cerrato renovaron el Milagro de la Cera atribuido a la patrona en 1601. Era un año de gran sequía en el que el ganado se moría por escasez de pastos y todo el pueblo padecía, cada vez con más intensidad, sus terribles efectos. Con el objeto de implorar a la Virgen del Otero en Palencia por la sequía, el obispo organizó una procesión que partiría de Villamuriel y llevaría la Virgen hasta el monte del Otero en la capital. Por este motivo, se mandaron pedir a la cerería cuatro hachones de cera para que ardieran en la procesión a ambos lados de la imagen de la Virgen.

Como el dinero escaseaba, se convino con el cerero que los pesara al salir y desquitara, después de la procesión, el peso de la cera gastada con el fin de devolverle lo sobrante y así pagar solo la cera que se utilizase. He aquí el milagro, pues los dos enviados del obispo al pesar las velas después de usadas no tuvieron que pagar nada, pues en lugar de disminuir habían aumentado de peso.

Además, los vecinos de Villamuriel pudieron disfrutar de una nueva jota que bailó el grupo de danzas Aires Palentinos ante la Virgen del Milagro. El estreno de la jota, compuesta por el dulzainero César Vázquez, de la Asociación Cultural El Cabás, contó con los aplausos de los numerosos vecinos congregados, que de este modo quisieron agradecer al compositor su creación.

«Ha sido muy emotivo ver la acogida de todo el pueblo a esta jota, que ya forma parte de nuestro patrimonio cultural y tradicional», destacó emocionado César Vázquez. El alcalde, Roberto Martín, agradeció la creación de la composición, que le entregó el propio autor y que se depositará en el Archivo Municipal.

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