Los sindicatos temen el cierre de la Térmica de Velilla en 2020
El Congreso aprueba una propuesta para rebajar las emisiones, que pone en peligro a sus casi 90 empleados
marco alonso
Palencia
Viernes, 27 de octubre 2017, 07:42
«La Térmica va a durar, como mucho, hasta 2020». Así de rotundo se mostró ayer el secretario comarcal de UGT en Guardo, Carlos Mesa, que cree que la central de Velilla del Río Carrión ha rebajado su fecha de caducidad después de que el Congreso aprobase una moción para reducir la emisiones del CO2, en línea con lo marcado por la Unión Europea. La moción, presentada por Unidos Podemos, fue respaldada por PSOE, Ciudadanos, Esquerra Republicana, PDeCAT, Compromís, UPN, Bildu y Nueva Canarias, y, entre las medidas aprobadas, figura retirar los pagos por capacidad a las centrales que superen los niveles exigidos de emisiones de CO2, algo que todas las centrales térmicas de carbón superan con creces.
El sector ve con claridad meridiana que esta sería la estocada final a las térmicas españolas, en una línea que desde Europa impulsa el abandono del carbón. La Unión se marcó el año 2050 como fecha tope para cerrar todas las centrales térmicas que consumen carbón, pero, tras la aprobación de esta iniciativa en el Congreso, ese cierre podría llegar mucho antes,s en 2020.
El texto apoyado por estos nueve partidos en el Congreso incluye otras medidas, como la defensa del acceso a la red «en condiciones de prioridad» a las energías renovables, la eliminación de «las dificultades que pudieran existir al autoconsumo eléctrico», y el apoyo a las cooperativas para garantizar su acceso a la red de distribución como productores energéticos.
Las medidas pueden ser beneficiosas para el medio ambiente, pero suponen un problema de primera índole para las comarcas en las que hay instaladas centrales térmicas, como en Velilla del Río Carrión, donde los cerca de 90 trabajadores de la planta –según datos facilitados por la empresa– ven peligrar su forma de vida. Además, hay una cuarentena de trabajadores de empresas auxiliares que pueden acabar en el paro.
Derivaciones
El problema tiene un fondo político con derivaciones medioambientales y sociales, y las declaraciones de uno y otros no se han hecho esperar. El consejero de Empleo, Carlos Fernández Carriedo, considera injusta la moción y aprovechó un momento del debate presupuestario sobre el Plan de Dinamización de los Municipios Mineros para reclamar a los distintos grupos parlamentarios en Castilla y León que se pronuncien respecto a la moción tras recordar que sólo el Grupo Popular votó en contra de la iniciativa de Unidos Podemos. El consejero de Empleo insistió en reivindicar el pronunciamiento de los partidos con representación en las Cortes de Castilla y León ante el error que supondría, a su juicio, cerrar las centrales térmicas en España. Carriedo fue muy comedido en sus palabras, pero otros, dentro de su partido, utilizaron un discurso más directo, como la portavoz de la Junta de Castilla y León, Milagros Marcos, que definió la medida como un «insulto a la inteligencia».
Por su parte, el secretario de Minería del PSOE de Castilla y León, Mario Rivas, cargó contra el Partido Popular por generar «confusión» sobre la moción. «En vez de preocuparse por lo que está pasando con el carbón desde que tiene el mandato del Gobierno, se preocupa por generar mayor confusión e incertidumbre en trabajadores, empresas y comarcas mineras», señaló Rivas, que aseguró que la aprobación de la moción no es la puntilla a un sector tan maltratado como el minero. «No se votaba el cierre de las centrales, sino la reducción de emisiones del CO2 en línea con lo marcado por la Unión Europea», lo que se vincula «al porcentaje de la quema de carbón en España, que está en un 15% y en España no se llega al 6%», recalcó.
El posible cierre de la central de Velilla significaría un enorme varapalo para todo el norte de la provincia, y el delegado comarcal de CC OO, José Ramón Pelaz, asegura que la aprobación de la moción le hace perder la poca fe que tenía en la clase política. «Esto es otra gran mentira de los políticos. No hace mucho tiempo, estuvo por aquí el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, y dijo que iba defender la minería a capa y espada, pero parece que solo ha sacado la espada para darnos otra estocada», apuntó ayer Pelaz.
El desencanto en el norte de la provincia por esta decisión es evidente y, de consumarse el cierre, el problema se trasladará también a la factura de la luz, según el secretario comarcal de UGT en Guardo, Carlos Mesa. «Es un despropósito que deja bien claro que no tienen ni idea ni de abastecimiento ni de energía porque es mucho más barato el coste de la luz cuando la energía viene de este tipo de centrales. En el momento que no se tira de carbón, sube el precio de la luz y eso está más que demostrado. Este año hemos tenido una enorme sequía, no tenemos agua, las centrales hidroeléctricas no han podido ponerse en funcionamiento y hemos tenido luz gracias a este tipo de centrales que ahora quieren cerrar», apunta Mesa, que cree el fin de la central de Velilla está cerca. «Tiene los días contados», agrega.
El director de la central, Gerardo Sahelices, podía haber respondido a esa afirmación del sindicalista, pero el directivo de Iberdrola ayer rehusó pronunciarse. «No vamos a hacer ningún comentario sobre este tema», afirmó el director de la central, que no quiso añadir algo de luz al futuro de la central.