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El fin del estado de alarma ha devuelto la normalidad a La Roca. La instalación gestionada por la Fundación Eusebio Sacristán abrió ayer finalmente las puertas tras más de tres meses de cierre obligado por la crisis sanitaria.
Los primeros en regresar a este espacio han sido 70 niños que –divididos en grupos de catorce integrantes con el monitor incluido– han devuelto las risas y la alegría a este lugar.
La seguridad ha sido la gran obsesión en la reapertura. Se han repartido varios dispensadores de gel hidroalcohólico por toda la instalación, además cada monitor de cada grupo va equipado con gel para fomentar el lavado de manos, se mide la temperatura a todos los que acceden y la organización ha puesto medidas para que los niños solo interactúen con los compañeros de su grupo.
Esta primera semana han sido 70 los niños que han podido disfrutar de las actividades organizadas, pero se espera que desde la semana que viene el número se incremente hasta duplicar esa cifra inicial.
Los niños que participan en este campamento urbano con horario de mañana tienen edades comprendidas entre los 5 y los 14 años y desde ayer están compartiendo actividades lúdicas con personas de su edad. Las inscripciones aún están abiertas, ya que los campamentos funcionan por semanas y este año, al haber sido tan atípico, han sido muchas las familias que han decidido esperar hasta el último momento para formalizar su inscripción.
Por otro lado, ayer también se abrió la instalación para el público en general. Los primeros escaladores ya se han acercado a este espacio, que poco a poco regresa a la normalidad tras más tres meses de parón que por fin han terminado.
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