Los restaurantes de Palencia se preparan para atender en su interior desde el lunes
Los hosteleros acondicionan estos días los locales y adquieren material desechable para cumplir con las medidas de seguridad
Preparados los manteles desechables, listos los geles hidroalcohólicos y ya. Se acabó ver al resto de compañeros hosteleros desde el banquillo. Les ha llegado su momento y ya lo tienen todo casi dispuesto para saltar al terreno de juego. Son los propietarios de restaurantes, que hasta la fecha disfrutaban de las terrazas, pero desde el otro lado del negocio. Después de ese 'impasse', obligado por la situación de la covid-19 y su desescalada, salen de su letargo para abrir las puertas de sus negocios y recibir los primeros comensales.
Hay ganas de degustar la gastronomía palentina o de no cocinar, a tenor de los visto los últimos días en las terrazas. El miedo va desapareciendo y el entusiasmo de recuperar trocitos de normalidad gana terrero de forma exponencial. Por eso lucharán también los restaurantes, que durante este fin de semana sacarán escuadra y cartabón para cuadrar distancias, eliminar mesas o colocar mamparas. Hasta el 40% se podrán ocupar los comedores de estos establecimientos hosteleros, lo que ha invitado a los propietarios a inutilizar mesas y aparcar sillas. Situación que ya habían vivido las terrazas. «En las cocinas pocos cambios se van a hacer porque no influye tanto, tal vez las raciones, que ahora salen de manera individual», explica Isidoro del Amo, socio de los restaurantes Don Jamón y la Parrilla de Don Jamón.
Es precisamente en el último establecimiento donde más preparativos está acoplando. La terraza ha podido arrancar, pero sus amplios comedores se amoldaban ayer a las exigencias sanitarias. Unas mesas más separadas y redistribuir al personal. «En condiciones normales podríamos albergar hasta 100 comensales en el interior del local, 60 en la parte de arriba y 40 en las bodegas. Con la nueva normativa nos quedaremos cerca de las 40 personas. Es un aspecto que no nos preocupa en exceso porque sin comuniones ni otros banquetes, no tendremos problemas de aforo», destaca el experimentado hostelero.
A ese aspecto se suma la facilidad que genera las terrazas para liberar espacios en el interior. «Con buen tiempo, la gente prefiere comer fuera», señala el gerente de los dos establecimientos situados en la Plaza Mayor, que empieza a recuperar a los trabajadores del ERTE. «En la fase 1, entre los dos primeros días, rescatamos a diez empleados. Ahora arrancarán otros cuatro, aunque aún nos faltan otros ocho. Habrá que esperar hasta que recuperemos la normalidad», continúa.
Han sido casi tres meses muy duros para la hostelería, aunque la luz se atisba muy al final del túnel. «Las cuentas pueden salir si el ambiente sigue animado. Para empezar a funcionar siempre hay que arrancar», añade Isidoro del Amo.
Alfombra desinfectante
Próximamente también abrirá sus puertas Restaurante Chapó. Los preparativos se adueñan estos días del extenso comedor, que contará con una alfombra desinfectante a la entrada para las suelas del calzado y fundas de los cubiertos para llevar las cucharas, tenedores y cuchillos del lavavajillas a ese recipiente de papel o plástico biodegradable. A todo eso se suma, la separación entre mesas con sus correspondientes manteles desechables. «Hemos puesto todo de nuestra parte para garantizar la seguridad. Hemos desinfectado las instalaciones y esperamos que la gente pierda el miedo», apunta el propietario, Carlos Gutiérrez.
Estampa similar refleja la terraza del hotel Rey Sancho. Puntos de desinfección en el centro del espacio veraniego centran las miradas entre la gran cantidad de mesas separadas.