Preparados para el uso obligatorio de la mascarilla en Palencia

Será más complicado en bares y restaurantes, pero no imposible. No se ha impuesto una quimera y eso los palentinos lo saben, o por lo menos eso decían un día antes de que entrase en vigor la obligatoriedad de portar la mascarilla en todos los rincones. Eso sí, siempre bien colocada. Ya no vale utilizarla de muñequera cuando uno se sienta en una terraza o dejar la nariz al descubierto porque se empañan las gafas. En la cara, y cubriendo nariz y boca.

Ayer en Palencia aún se veía cómo muchos clientes que entraban en establecimientos hosteleros tiraban de un ligero movimiento de dedos para liberar las orejas de las gomas. Ya es un acto reflejo, como el que entra con un paraguas en un día de lluvia y lo aparca en el paragüero para luego olvidarse de él. De todo eso, la ciudadanía se tiene que olvidar y si uno va a tomar algo o picar, lo deberá hacer con la correspondiente protección.

Se tendrán que acostumbrar a alternar sorbos con la recolocación de la mascarillas, y eso aún no se comprende por muchos clientes, a pesar de que cumplirán con las nueva medidas. Así lo refleja Eugenio Gero, que considera que si se respetasen las medidas de seguridad, la mascarilla no sería necesaria en establecimientos cerrados o en terrazas. «Entiendo que la tengan que llevar los profesionales que atienden de una forma cercana a los clientes, pero no veo que sea útil cuando estemos distanciados. Deberían insistir en mantener el metro y medio y en el lavado de manos. Aún así, a mí no me gusta estar en espacios cerrados. Siempre prefiero coger mi consumición y sacarla a la calle», apunta Gero en la Plaza Mayor de la capital mientras apura una consumición.

Precisamente en una terraza de la céntrica plaza se encuentran Manuel Albanes, Damián García y Alberto García. Ellos llevan ejerciendo la obligatoriedad de la mascarilla desde hace semanas. Se han acostumbrado a utilizarla mientras se toman el vermú y hoy no será un sobreesfuerzo aclimatarse a taparse la nariz y boca cuando den un sorbito a su consumición. «Nos parece una decisión más que acertada, nosotros no tendremos ningún problema», afirma Alberto en representación de los tres.

Ligeramente más crítico se mostró Javier Sánchez, quien considera que la medida llega tarde. «Si retrasamos y desviamos el coronavirus, será bienvenida la medida, aunque llegue un poco tarde», incide Sánchez.

En el caso de Miguel Ángel Maté, de Torquemada, esta medida le imposibilitará que vuelva a los establecimientos hosteleros. «Me costará volver a los bares, pero visitaré más asiduamente el merendero. Eso es lo que hice durante el confinamiento y lo repetiré a partir de este sábado. Aunque a mí me trastoque los planes, todo lo que sea para frenar la covid-19, me parece de maravilla», señala el vecino de Torquemada.

Y es que el uso obligatorio de la mascarilla será más complicado en restaurantes, pues en las calles de la capital palentina, la tónica habitual es una correcta utilización, a pesar de que el jueves la Policía Local denunciara a 12 personas por no llevarla.