760 kilómetros de pedaladas en 40 horas
De Barcelona a Velilla ·
David Torre lleva a cabo la hazaña sin bajarse de la bicicleta desde la Ciudad Condal hasta el pueblo de sus padres por una causa solidariaCuarenta horas consecutivas sobre la bicicleta y un recorrido de 760 kilómetros. Comenzó a pedalear en Barcelona y dejó de hacerlo en Velilla del Río Carrión, donde le esperaban sus padres junto a más familiares y amigos con una pancarta de bienvenida. Lloró al entrar en la localidad norteña y no ver la chimenea y la torre de refrigeración de la Térmica, y también se emocionó al ver a los suyos siempre apoyándole. «De Saldaña a Velilla fue el trayecto que hice más rápido. Y también en el que mejor me encontré», reconoce David Torre.
Comenzó a preparar este recorrido, esta gran aventura, antes de la pandemia, pero todo tuvo que frenarse. Cuando retomó el plan, decidió hacerlo con un fin solidario: recaudar fondos para Apsocecat (asociación catalana para las personas con sordoceguera) y Obrir-se al Món (asociación de autismo de Cataluña), además de enseñar al mundo la belleza de Velilla, el pueblo de sus padres y el lugar que visita él todos los años sin excepción.
Además de visualizar el trabajo de estas asociaciones, con su hazaña (y la de su amigo Toni Benítez, que le ha acompañado) ha recaudado dinero para ambas entidades y todavía se puede participar en ride4autism.net. «Aún no sabemos la cifra, pero creo que vamos a pasar de los 700 euros. Es increíble la humanidad y generosidad de la gente», señala.
El recorrido de 760 kilómetros estaba dividido en catorce etapas. En cada una de ellas, comía y bebía porque una nutricionista le planificó las distancias y los alimentos. «Bebí 15 litros de agua en menos de dos días y solo perdí 500 gramos», afirma. Se pesó al salir el 1 de junio a la 1:30 horas de la madrugada y también al día siguiente, el jueves 2, cuando frenó, ya en su destino, a las 18:00 horas. La preparación física para llevar a cabo este viaje no ha sido de un día para otro. David Torre lleva un año preparándose con ejercicios y con una nutricionista. «Sin duda, es la prueba física más dura que he hecho en mi vida», reconoce. Y eso que ha llevado a cabo muchas, como dos Iroman, un Ultraman (420 kilómetros en 15 horas) o un circuito por la zona de Velilla donde corrió 156 kilómetros en 24 horas.
Regalo de cumpleaños
«Fue maravilloso llegar a Velilla porque es mi Velilla, la llevo en el corazón y es una pena ver cómo se está despoblando. Menos mal que hay iniciativas, como la Ruta del Ratoncito Pérez, para atraer turismo», afirma. Esta aventura sobre las dos ruedas ha sido su regalo para sus cincuenta primaveras. «Algunos se regalan un reloj, yo, este viaje», concluye, con la vista puesta en el reto del próximo año: una aventura en bicicleta desde Barcelona hasta Finisterre, 1.300 kilómetros de esfuerzo para visibilizar el autismo.