Los ingresos de menores por covid en el Río Carrión no llegan a la docena en 13 meses
La planta de Pediatría del Río Carrión es mixta desde que arrancó la pandemia, con zona limpia y de coronavirus
Hace poco más de un año que el coronavirus lo cambió todo. Puede parecer una eternidad, si se tiene en cuenta todo lo que ha ... roto, lo que ha prohibido o pospuesto. Pero, para estudiar y conocer cómo funciona el SARS-CoV-2 aún ha pasado demasiado poco tiempo. Hasta el momento se cree que los menores se contagian menos, pero es que los niños suelen ser asintomáticos y entonces no se les hace una prueba -para conocer si son positivos- si no es por contactos o cercanía de una persona positiva. «En general, los niños son asintomáticos o con muy poca sintomatología y no se sabe por qué. Hay muchas teorías», añade el jefe de Pediatría del Hospital Río Carrión, Jesús Andrés.
La planta de Pediatría del Hospital Río Carrión funciona y ha funcionado desde que comenzó la pandemia como una planta mixta, esto es, que tiene parte limpia y parte con covid infantil. Además, también ingresan en este mismo espacio las embarazadas que hayan dado positivo. «En las plantas que son de covid se enfundan los profesionales y van de covid en covid, pero aquí el miedo era que uno que no fuera covid se lo llevara y por eso se extremaron todas las medidas. Todo el personal de enfermería y mis compañeros pediatras se merecen mi admiración porque lo han dado todo», argumenta el doctor Andrés, orgulloso del trabajo de los suyos.
La división comenzaba con una zona donde se ubicaban los casos con coronavirus y las habitaciones estaban marcadas como tal. Cuando los profesionales accedían a esos espacios en concreto, se ponían todo el equipo de protección con un rigor extremo. «Si se cierra Pediatría, se cierra partos y se cierra todo, y sería una catástrofe. Entonces es muy importante adaptarlo todo para que siempre funcionase», señala Andrés.
Cuando un menor da positivo y necesita ingresar en el hospital, se permite que tenga acompañante. «Aquí dejamos que ingrese un familiar porque siendo menor no puede estar solo. Con 18, sí, pero los escolares por ejemplo, no. Si el menor está contagiado y el acompañante no, se toman las medidas y se utilizan los equipos de protección. Se pide, en la medida de lo posible, que entre un covid con el covid, pero si no tienen que ir con toda la protección», argumenta el jefe de Pediatría.
Las medidas de seguridad han favorecido que no haya picos de ingresos entre los menores por bronquiolitis
Y es que no es lo mismo que un adulto dé positivo y necesite ingresar en el hospital a que lo haga un pequeño. «Un escolar grande no tiene problemas en una planta general, pero con preescolares y lactantes la cosa cambia. Hay que tener una destreza y un personal de enfermería especializado», analiza Andrés.
Esta planta, situada en el segundo piso, también se reconvirtió en zona de pacientes adultos -que no estuviesen contagiados- en la tercera ola. Cuando la pandemia atacó tan fuerte en Palencia, el hospital estuvo al borde del colapso y se reutilizaron zonas (como el gimnasio donde se habilitaron camas) para albergar enfermos. Fueron los momentos más críticos, sin duda alguna. «Utilizamos la planta para adultos cuando estuvimos tan saturados, digamos que estaba vacía de niños pero no de pacientes», rememora Jesús Andrés.
Desde que comenzó la pandemia hace más de un año, ha habido muy pocos ingresos infantiles por covid en Pediatría. Y es que este virus afecta mucho menos a los menores. «Ha habido muy pocos ingresos por covid en menores, muy pocos. También ha habido casos que han tenido covid, pero no han ingresado por eso. Ingresan por otra cosa aunque estuviesen contagiados», argumenta el doctor Andrés.
Los ingresos por covid en menores en el Hospital Río Carrión no han llegado a la docena, siendo graves solo cuatro o cinco casos. Eso sí, la edad ha variado desde neonatos hasta escolares. Tampoco se sabe con exactitud cómo se puede contagiar un bebé, puede ser el contacto intrauterino, durante el parto, en la lactancia... «Hasta donde sabemos, los recién nacidos no han estado afectados de forma grave y se sabe que la leche materna es mayor el beneficio que el riesgo por el covid», afirma.
Las medidas de seguridad, tan interiorizadas ya por todos, como la mascarilla, la distancia de seguridad o el no juntarse con grupos no convivientes han conseguido algo inimaginable en el mundo de la Pediatría. «El impacto que ha tenido el covid en nuestro medio es muy llamativo. Hay una serie de enfermedades que se transmiten por vía aérea y que tienen un impacto directo en los ingresos y hospitalizaciones en la infancia, como la bronquiolitis, que es un proceso respiratorio que motiva picos de ingresos en todas las unidades de Pediatría de todo el mundo. Todos los inviernos hay picos de ingresos, pero no ha habido picos, no ha habido nada de nada», señala el doctor Andrés, mientras muestra un estudio con las curvas de la evolución de ingresos pediátricos por bronquiolitis -la enfermedad por la que más ingresan los menores en invierno- los últimos años mientras que este pasado está completamente plano.
También han descendido los ingresos por traumatismos, alguno ha habido, pero muchos menos que en años anteriores. La ausencia de extraescolares, los parques cerrados durante meses y el permanecer más tiempo en casa son las claves de esta disminución. «Todos los ingresos y todas las urgencias han disminuido, no ha aumentado nada. Eso es muy llamativo, la verdad», reconoce. Acto seguido, aclara: «Los partos prematuros que han tocado, han tocado y no había vuelta de hoja. Pero, todo lo demás que es infectocontagioso o que tiene que ver con actividades pues ha disminuido, no tiene que ver nada este diciembre con el otro diciembre».
Pero, estas medidas no han frenado o reducido el contagio de todos los virus. El doctor Andrés pone un ejemplo concreto, el del adenovirus. «Son virus que no causan ingresos o muy pocos y que han seguido teniendo su distribución normal. Hay algunos virus a los que este tipo de medidas no les ha afectado. Hay cosas que todavía no se saben muy bien».
El equipo de Pediatría de Palencia, esto es los médicos del Hospital Río Carrión y de Atención Primaria, asciende a 28 profesionales (nueve de ellos trabajan en el Complejo Hospitalario). «Nuestra relación es buena, es muy cordial. Ellos (Atención Primaria) hacen el cribado y si ven algo que les preocupa o les inquieta, automáticamente nos llaman para que veamos a ese paciente. Esta comunicación siempre la hemos tenido, nunca ha habido ningún paciente pediátrico que tuviera que ser visto en Pediatría y que su pediatra no lo haya hecho. Y eso es muy importante y se percibe», afirma.
Al hospital llegan los recién nacidos a través del paritorio, también el acceso puede ser por Urgencias (ya sea del propio hospital o de los centros de salud) y de consultas. Siempre hay un pediatra, las 24 horas del día. Además de la consulta general, también existen las de especialidades como son cardiología, nefrología, neumoalergia (que asume pacientes de neumología y de alergia infantil), digestivo, neurología y endocrinología. «Cuando hay pacientes de otras áreas que no podemos atender como la UCI se derivan a Burgos o Valladolid, también se derivan a otros sitios si son cardiopatías complejas», explica.
Subraya el gran trabajo de sus compañeros de Atención Primaria, cuyas consultas telefónicas se han multiplicado por siete en el año de la pandemia. «La información que tiene mucha gente es que nadie te atiende y tengo muchos compañeros saliendo de trabajar más tarde y sin parar ni un momento. Y ahora mismo hemos abierto las consultas, pero con los cuidados que hay que tener», advierte.
Por ejemplo, la planta de Pediatría necesita unas medidas y unos controles mucho más estrictos que en otras áreas. «Ahora mismo entra un lactante aquí y chilla, llora y hace todo lo que le da la gana. Y hay que coger y limpiar todo muy bien cuando se vaya y en la sala de espera no puede haber tres pacientes más», argumenta. La sala de espera está silenciosa, comparada con antes de la pandemia. Con cinta de obra inhabilitando algunas sillas, los juguetes para entretener a los pequeños tampoco son seguros ahora mismo. Un bebé llora al fondo, mientras le examinan sobre una camilla. Sin duda, las medidas de seguridad son absolutamente necesarias.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión