El héroe de un ascenso bien merece convertirse en pregonero de San Antolín
Chumi Ortega cumplirá la palabra prometida y buscará su 'triple' más inverosímil en el pregón
Cuando Andrés Iniesta pronunció la célebre frase de «Si lo sé, no marco» después de liar la mundial con su gol en el ídem de Sudáfrica, mucha gente rió, como si detrás de esa afirmación no hubiera un jugador humilde e incluso tímido. Cuando José 'Chumi' Ortega culminó su exhibición ante el San Pablo Burgos, que puso en bandeja el ascenso al Zunder Palencia, y en la celebración, en el vestuario, la alcaldesa, Miriam Andrés, llegó y le dijo que ahora le tocaba dar el pregón de las fiestas de San Antolín, tal vez por su cabeza pasó algo parecido: 'Si lo sé, no anoto'. La respuesta es, ¿cuál de las canastas que le permitieron llegar a los 32 puntos, en la que él mismo definió como la mejor actuación de su vida?
Si aquello se le pasó por la cabeza, fue apenas durante una décima de segundo. O no durante mucho más; desde el primer momento asumió lo que para él es un reto, porque «no es lo mismo lanzar a canasta que hablar delante de toda la ciudad y en unas fiestas tan importantes» como lo son para él. Lo son porque Palencia, en solo dos años, se ha convertido ya en su «segunda casa». «Estoy más nervioso que si fuera a jugar cualquier partido. Lo de hablar delante de tanta gente, a priori, no es lo mío, aunque para mí es un honor tremendo poder dar el pregón. Intentaré dar la talla y no fallar 'el triple'», bromea, al tiempo que insiste en la sensación de responsabilidad que le abordó desde el primer instante. «Nada más ganar me dijo la alcaldesa que estaba invitado a darlo y sentí una responsabilidad muy grande, pero es un reto que me gusta y que se me presenta por lo que hemos hecho, que ha tenido un impacto muy grande». Y es que no todos los días uno consigue el ascenso a la ACB como lo hizo el Zunder Palencia, con brillantez, con solvencia y en casa del 'enemigo', que, para el caso, fue un San Pablo Burgos que, de alguna forma, había ganado el primer partido al organizar ellos la 'final four' por el ascenso.
Fruto de aquella invitación de la alcaldesa, quizás planificada o quizás espontánea, A Chumi en el vestuario le hacen bromas y le siguen preguntando si todavía se va a atrever, o, en el mejor de los casos, de qué va a hablar. Sin querer hacer 'spoilers', desvela que hablará del sentimiento que ha encontrado en la ciudad hacia el equipo, de cómo han disfrutado en ese camino hacia la élite –que él apenas había podido acariciar tras debutar en 2015– y de que deben seguir haciéndolo juntos, equipo, afición y ciudad. En esta, dice, se ha encontrado a gente cariñosa. «Cuando voy por la calle o a las tiendas a comprar la gente me reconoce, habla conmigo, y para mí es una pasada cómo me tratan no solo en los partidos, sino a diario. Soy un privilegiado por poder vivir algo así lejos de mi casa», confiesa.
El escolta yeclano, capitán del Zunder, es joven todavía; tiene 26 años cumplidos el pasado día 13, pero, sin embargo, habla como un veterano. Será por lo que le ha costado llegar hasta aquí, o quizás simplemente porque es realista, pero sabe que este año va a tocar sufrir en una de las mejores ligas europeas. «Sabemos que vamos a sufrir mucho, pero vamos a dar mucha guerra, sobre todo aquí en casa», donde cree que el respaldo de la afición favorecerá al equipo. Este está empezando a serlo con todas las letras, gracias a la comunión que se ha empezado a hacer de puertas para dentro con el entrenador, Marco Justo, y con los fichajes. «El club se ha fijado no solo en cómo juegan los que han llegado, sino que también han fichado personas, y eso es muy importante. En los momentos bajos de la temporada, que siempre los hay, tenemos que estar todos juntos y sacar igualmente los partidos adelante», reflexiona. Palabra de capitán.
Con la perspectiva de quien pretende «aprender a sufrir y disfrutar también mientras se sufre», Chumi lamenta que la pretemporada no va a permitir demasiados jolgorios en estos Sanantolines, aunque sí piensa en sacar momentos para que los nuevos conozcan la ciudad en fiestas. Todo ello después, seguro, de acertar en ese particular 'triple' del pregón, que tiene ya escrito.