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La familia Creso Díaz, delante de la escuela de San Salvador. Nuria Estalayo
La familia salvadora en La Pernía

La familia salvadora en La Pernía

La llegada a La Pernía de los Crespo Díaz hace un año ha permitido mantener viva la escuela de San Salvador

nuria estalayo

San Salvador de Cantamda

Domingo, 10 de septiembre 2017, 20:23

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Hace un año, una familia de cuatro miembros (Adara, Manuel, Sergio y Julio) llegó hasta el municipio de La Pernía seleccionada por el Ayuntamiento entre las más de 600 familias que presentaron la solicitud. El Consistorio prometía casa y trabajo con el objetivo de traer niños a la zona para evitar el cierre de la escuela rural de San Salvador, y gracias a esa fructífera idea se consiguió que permaneciera abierta. No solo lograron atraer a una familia, sino a dos, una amparada por el municipio, y otra por su cuenta y riesgo, que también se desplazó hasta el norte palentino cautivada por la idea de vivir en el mundo rural. Un total de cuatro niños incrementaron las estadísticas de población infantil entre las dos familias recién llegadas.

La familia que fue elegida por el Ayuntamiento pondera que están plenamente satisfechos con su nueva vida en la Montaña Palentina. «Ha sido genial desde el minuto 0», apunta Adara. «Aunque hemos echado de menos que no haya nevado más en invierno, sobre todo por los niños que les encanta la nieve», puntualiza Manuel, añadiendo que esperaban más frío, pero las temperaturas han sido bastantes suaves durante todo el año. «Me hubiera gustado probar un invierno de esos bestias», apostilla.

La primera en aterrizar en la localidad perniana fue Adara Díaz con sus dos vástagos. «El 9 de septiembre de 2016 llegué con los niños y luego mi marido vino un mes después», aclara. Adara es de Madrid, pero hasta tierras palentinas se desplazaron desde Gerona, donde residían y trabajaban entonces, y donde nació el pequeño de los niños, Julio Crespo, de 5 años. Antes habían estado viviendo en Ciudad Real, de donde es el marido de Adara, Manuel Crespo, cocinero de profesión. El mayor de los niños, Sergio Santos, de 9 años, nació en Toledo.

El ayuntamiento les cedió una vivienda y a Adara le facilitó un empleo como agente de turismo de La Pernía. Y así trabaja, promocionando la comarca a través de las redes sociales, además de organizar y promover diferentes eventos y actividades en el municipio. Manuel ha estado a cargo de la casa y más pendiente de los niños durante el curso, pero en los meses de verano ha trabajado en la cocina del centro de desintoxicación de Vañes.

Descubrieron la oferta del Ayuntamiento de La Pernía de casualidad, un día navegando por Internet. «Estuvimos viendo cómo era el pueblo y los alrededores y nos encantó», comenta Adara, añadiendo que «vimos una oportunidad que no se presenta dos veces y no dudamos en echar la solicitud». Igualmente, resalta que le encanta «vivir en un lugar tranquilo, en la naturaleza misma, sobre todo teniendo en cuenta que además de educadora infantil, soy monitora de medio ambiente».

Alegan que lo que les llevó hasta San Salvador no fue la propuesta de tener casa y trabajo, ya que Manuel tuvo que dejar el que ya tenía en Gerona, sino que se sintieron conquistados por el lugar. Y recalcan que el pueblo les recibió muy bien, con amabilidad y generosidad. «Te abren la puerta de su casa y nos ofrecen los productos de su huerta», comenta Adara.

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