Las escuelas infantiles públicas de Palencia rozan el 100% de ocupación en un curso incierto
Los centros ultiman los detalles, desinfectan las aulas y muestran su preocupación a falta de cinco días para la vuelta a las clases
Volver a estrenar zapatos, libros y protocolos. Así se plantea la vuelta al colegio para el próximo miércoles. Y nada de correr por los pasillos, por eso de no acercarse a ver a los compañeros del mismo curso. Aulas burbujas, desinfecciones, entradas y salidas escalonadas y muchas preguntas para el inicio del curso escolar. Sobre todo, en los centros infantiles, donde residen los más pequeños. Los que no saben qué es una pandemia y los que necesitan de cuidados con contacto estrecho de terceras personas.
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«La organización está siendo una locura», apunta Marta de Prado, directora de la escuela infantil Apeninos de Guardo, dependiente de la Junta de Castilla y León. Han recibido el protocolo y ultiman todos los detalles para que el 9 de septiembre nada falle. «Tenemos protocolos que hace un año no existían. Antes todos los niños tenían acceso a todos los juguetes del aula y ahora se va a restringir el uso de los juguetes porque hay que desinfectar. En algunos casos se podrán juguetes individuales para cada uno, como es el caso de los bebés y evitar que un juguete chupado por un niño sea utilizado por otro. Y otros los tendrán limitados porque dos veces al día se desinfectarán. No van a estar en las mismas condiciones, no van a estar juntos en el comedor, no van a jugar todos a la vez...», destaca De Prado.
Esa cotidianidad se trastocará, como la de las educadoras y la de los padres, que, con miedo, han apostado por matricular a sus hijos en los centros. «El centro de Guardo no está lleno del todo, pero se completa a lo largo del año. Empezaremos con 50 niños. Todos los años hay un incremento de otros 20. Como no tenemos el centro lleno, cosa que no sucede en las escuelas infantiles de la capital, la matrícula permanece abierta. Está siendo una matrícula normal. Ahora hay que confirmar la matrícula de forma presencial. Hay algún caso de alguna familia que tiene miedo. Otros quieren probar. Verán cómo van los primeros meses y luego decidirán», detalla la directora, que manifiesta la preocupación entre el personal docente. «Estamos asustados y muy nerviosos. Empezamos con muchas dudas y preguntas de los padres y que no sabemos responder. ¿Qué es fiebre del coronavirus en estos niños? ¿Cómo distinguir los síntomas en estos niños tan pequeños? ¿Hay que llamarles cada vez que tosen o que tengan 37,5 de fiebre y que pueda ser de los dientes? Los padres nos preguntan si va a ser la tónica general, porque de ser así, además de pagar la escuela infantil, tienen que estar en casa. Tenemos que ser responsables y en el momento que un niño tenga los grados que indiquen que puede ser la covid, les tenemos que mandar a casa», continúa.
Para evitar los contactos, los padres no podrán entrar a los centros educativos. En el caso de Guardo, está medida es fácil de cumplir al tener las propias aulas acceso desde el exterior. «No vamos a tener esa cercanía de otros años porque no van a poder acceder. Si alguien quiere una entrevista, evidentemente se concertará», resalta De Prado, que lamenta la pérdida de contacto entre los niños. «Entre ellos se tienen que relacionar. Es clave. Esa es su educación. Es más importante en esta edad que aprendan a ser personas desde pequeños que los números. Para ellos es básico. Se observan, se tocan... utilizan todos los sentidos», prosigue.
Y a falta de cinco días para que arranque el curso, el personal docente se encuentra a la espera de reuniones y pruebas PCR para iniciar las clases sin la covid-19. «Mantendremos reuniones con pediatras antes de empezar. Asimismo, la Junta va a dar un curso de covid, que se impartirá antes del 9 de septiembre. También esperamos que nos hagan un test, aunque no tenemos noticias. Es necesario porque el contacto es extremo. Damos de comer en los brazos, cambiamos pañales y tenemos que abrazar. Eso puede sonar mal en estos meses, pero parte de nuestro trabajo es consolar», señala la directora de la escuela Apeninos, que lamenta que las ratios no se redujeran para este curso.
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La situación en las escuelas infantiles de la capital es similar. La bajada en las ratios deja la ocupación prácticamente al 100%, por lo que desde el Ayuntamiento piden responsabilidad desde los tutores legales. «Ante cualquier síntoma o contacto directo, que no lleven al niño. Es mejor prevenir que curar», agrega el concejal de Educación, Víctor Torres, que avisa de la complejidad de la situación. «Tenemos que vivir con ese miedo. No podemos decir lo contrario. Tenemos que ser conscientes de la realidad. Se ha hecho un esfuerzo por abrir y se han intentado dar todas las garantías posibles», prosigue.
«Pedimos responsabilidad, porque sabemos que las profesoras y las educadoras van a responder de forma ejemplar. Son muy buenas trabajadoras y son el éxito de estas escuelas. Tenemos niños que no van a poder decir que se encuentran mal. Les avisamos de que está en juego la seguridad de su hijo, pero también la de sus compañeros y de las trabajadoras. Exigimos que ante cualquier mínimo síntoma que puedan notar, que llamen y no lleven al niño», concluye el edil de Educación.
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