Ampudia. La localidad ha logrado sobrevivir al paso del tiempo y enseña al visitante el recuerdo de las casas típicas castellanas. Construidas con adobe, de dos pisos y con frescos soportales por los que pasear o protegerse del sol en verano. Pero sin duda, lo que más llama la atención a cuantos se acercan es su impresionante castillo, una joya de la arquitectura civil de la zona en muy buen estado de conservación. Su colegiata, la de San Miguel, conocida como la Giralda de Campos, contribuye a la belleza del municipio.
Antonio Quintero
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