El Becerril se convierte en 'matagigantes'

El Becerril se ha acostumbrado a ganar a los grandes de la categoría. A hacer fácil lo difícil, en el caso de su batalla en Las Salinas, lo muy difícil. Después de cargarse en casa al Real Ávila en la apertura del curso, y de sorprender la pasada jornada al Palencia CF en el derbi, logró, también por la mínima, ser el primer conjunto en derrotar al Atlético Tordesillas en su feudo y, muy posiblemente, será uno de los pocos que lo consiga a lo largo de la temporada.

El gol, a la postre definitivo, llegó antes que todo lo demás. Al cumplirse la media hora el conjunto de Francis Olea consiguió su premio de la forma más sencilla y eficaz. Sacó fruto de una falta en campo contrario, la colgó al área, y Mikel pegó un trallazo de primeras, tras una muy buena dejada de Isma. Una ventaja inimaginable hasta entonces porque la lluvia incesante era un incordio para ambos conjuntos, pero era el Tordesillas el que, dentro de la incomodidad, se veía más a gusto.

Otra cosa es la incisión, que dejó mucho que desear. Los vallisoletanos eran un puñal, sobre todo por un costado izquierdo en el que Arranz sufría demasiado. Sin embargo, las acciones terminaban en centros inocuos, con un Sevi mostrando seguridad incluso en un escenario de tanta incertidumbre.

Atajó un disparo de Raúl Calvo y el Becerril salió ileso de una jugada de barullo, que terminó en la primera gresca, poco antes de la falta en la que llegó el primero. Y, desde el gol hasta el descanso, consiguió desdibujar al Tordesillas hasta el punto de que perdonó el segundo. Mikel se la lió a la defensa y con todo a su favor ante Maxi, que no salió del área, quiso picársela sin acordarse de que el campo no estaba para florituras.

Ahí terminaron las prestaciones ofensivas de un plantel visitante que ya empleó todos sus esfuerzos en aguantar una renta idílica. Si su rival ya había apretado en la primera mitad, en la segunda se volcó, asedió el área con sucesivos centros que terminaban o en la cabeza de los centrales o en Sevi.

Los locales empataron, con un gol de Torres en el que la pelota entró llorando, pero el linier había levantado el banderín. El encuentro había entrado en una fase de tensión extrema, donde Francis Olea intentaba jugada tras jugada que su equipo huyera del área propia, pero era misión imposible.

Sevi evitó la igualada de Chatún, mandando a córner un remate potente y todo lo demás lo hizo una defensa muy inspirada. Segundo triunfo con portería a cero para salir del atolladero y convirtiéndose oficialmente en el 'matagigantes' de la liga.

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