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Castillo de Belmonte.

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Castillo de Belmonte. Antonio Quintero

El Ayuntamiento de Belmonte, en Palencia, abrirá su castillo a las visitas antes de fin de año

El pueblo, en el que viven una docena de personas en invierno, ve una salida en el turismo

Marco Alonso

Valladolid

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Miércoles, 1 de mayo 2019, 13:13

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El castillo de Belmonte pronto dejará de ser un palomar para recuperar parte del esplendor que tuvo en el medievo gracias a varias intervenciones que están proyectadas y que persiguen un único fin: preservar la fortaleza. El alcalde la localidad, en la que residen solo una docena de vecinos en invierno, aseguró que esta edificación, –considerada monumento histórico artístico desde el 3 de junio de 1931– podrá ser visitable antes de fin de año gracias a las labores previstas por la Junta de Castilla y León.

«Se va a hacer una inversión de unos 50.000 euros que va a servir para hacer un cerramiento de la cubierta y también para que las puertas y las ventanas dejen de ser un lugar de acceso para las palomas», explicó ayer el alcalde de Belmonte, Jesús Agúndez, que cada vez ve más cerca su sueño de convertir el castillo de su pueblo en un acicate turístico que sirva para fijar población en un municipio en el que cada vez vive menos gente.

«Poco después de que se acabe la obra, que esperamos que sea sobre el mes de septiembre, el castillo va a ser visitable. Los fines de semana vamos a hacer un grupo de voluntarios de la zona para ofrecer a los visitantes la posibilidad de entrar dentro del monumento y contemplar las vistas de Tierra de Campos», afirmó el regidor con una gran sonrisa propiciada por el hecho de que su lucha por salvaguardar el patrimonio de Belmonte no está siendo en vano.

Algunas estancias del castillo de Belmonte que se limpiarán antes de que se pueda visitar. A. Q.
Imagen principal - Algunas estancias del castillo de Belmonte que se limpiarán antes de que se pueda visitar.
Imagen secundaria 1 - Algunas estancias del castillo de Belmonte que se limpiarán antes de que se pueda visitar.
Imagen secundaria 2 - Algunas estancias del castillo de Belmonte que se limpiarán antes de que se pueda visitar.

El lunes se cumplieron seis años de un hecho trágico para Belmonte. Un fuerte viento echó abajo la mitad del muro hastial del castillo del siglo XII y ese derrumbe hizo que tanto el alcalde como algunos de los vecinos multiplicaran sus esfuerzos para evitar que un desastre de esas dimensiones se repitiera, algo que se tratará de conseguir gracias a esta actuación. «Es una inversión inicial mínima que va hacer la Junta para que el castillo pueda ser visitable en bruto, como está, aunque limpio y sin palomas», aseguró ayer el alcalde, que confía en que las inversiones no se queden solo ahí. «El Plan Director de Restauración que hizo la Junta suponía una inversión de 300.000 euros y está pendiente de llevarse a cabo. La obra de restauración importante, que se comprometió a llevar a cabo la Junta en su día, está por venir», explicó.

Pronto esta fortaleza recibirá la visita de amantes del turismo histórico y cultural, que podrán contemplar en su estado natural una de las torres del homenaje más significativas de Castilla y León. Y es que, esta torre de estilo renacentista –cuyos remates se llevaron a cabo en el siglo XVI por Juan de Badajoz el Mozo, maestro de obras de la catedral de León– podrá visitarse tal y como fue ideada por su arquitecto, sin las modificaciones del interior que han revestido en los últimos años otras torres del homenaje, como la de Peñafiel o la de Fuensaldaña, dos de los ejemplos de restauración en los que se fija el alcalde de Belmonte cuando sueña en el potencial turístico del Castillo de Belmonte.

La propiedad del castillo está compartida por varios herederos y el Ayuntamiento ha dado ya varios pasos para hacerse con ella en su totalidad, en un movimiento que realizará por fases. La primera de ellas se llevó a cabo el año pasado, cuando el Consistorio compró el 70% del edificio por 45.000 euros, un desembolso para el que necesitó vender una tierra de 3 hectáreas. Ahora falta por afrontar la segunda fase de la adquisición para que el 30% restante pase a manos municipales, algo que se conseguirá pronto, según el regidor de Belmonte. «Esperamos que el juzgado nos va a matricular la parte que nos falta porque no va a parecer ningún heredero escriturado», afirmó.

Los voluntarios que trabajen en las futuras visitas cobrarán una cantidad simbólica a las personas que decidan viajar a Belmonte a ver el castillo, un dinero que se destinará a la conservación de la fortaleza, tal y como apunta Jesús Agúndez, que dejó claro el futuro que tiene en mente para este monumento histórico. «Lo más razonable es que, una vez que el Ayuntamiento tenga la propiedad del castillo, se traspase a la Diputación o a la Junta para que le den el destino que estimen oportuno. Cuando llegue el momento, no tendremos ningún inconveniente en ceder el castillo a cualquier otra institución que pueda poner en marcha un proyecto atractivo», concluyó el alcalde.

Plácido Sahagún. Vecino de Belmonte: «Aprovechar nuestros recursos es clave para no caer en el olvido»

Plácido Sahagún es un licenciado en Historia nacido Belmonte que lleva años estudiando el castillo. Este jubilado ha sido uno de los grandes defensores del patrimonio de este pequeño pueblo de Tierra de Campos y asegura que la única fórmula de salvaguardar la integridad del edificio es una intervención de urgencia. «Esto se tiene que reparar porque cuando llueve, el agua percola por la cubierta y eso es problema muy grande porque una vez que se cae la cubierta de un edificio, se cae el edificio», sentenció Plácido.

Luchar contra un gigante como la despoblación es una tarea complicada y este vecino está convencido de que invertir en patrimonio es una apuesta segura para frenar la sangría poblacional del medio rural. «El castillo ha estado medio oscurecido porque nadie ha tenido interés en ello, pero hay mucha gente que viene a verlo. En el momento en el que se adecue el entorno va a fluir el turismo y eso será bueno para todos. Mi hija tiene al lado del pueblo dos casas rurales y se la llenan casi todos los fines de semana. Tenemos que aprovechar los recursos que tenemos para que esta zona no caiga en el olvido», recalcó.

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