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Arturo Querejeta, a la derecha en el papel de Tello, junto a Daniel Albadalejo, en una escena de 'El caballero de Olmedo'. Gerardo Sanz
Arturo Querejeta: «Esta obra tiene una parte de comedia musical, incluso se oye música rock»

Arturo Querejeta: «Esta obra tiene una parte de comedia musical, incluso se oye música rock»

El actor presentará hoy la obra 'Entre bobos anda el juego', segunda función del Festival de Teatro Ciudad de Palencia

jesús garcía-prieto

Palencia

Jueves, 19 de septiembre 2019, 07:53

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Arturo Querejeta es uno de los secundarios más reonocidos del cine y la televisión española. Forma parte de la Compañía Nacional de Teatro Clásico con más de 20 espectáculos presentados también en el extranjero. Hoy se volverá a subir a las tablas del Teatro Principal para interpretar junto al resto del reparto, 'Entre bobos anda el juego'.

–Estrenaron la obra en el Teatro de la Comedia de Madrid, ¿Cómo ha sido la acogida por parte del público durante estos meses?

–La acogida ha sido extraordinaria. Sobre todo hemos podido comprobar que la gente se partía de risa desde el minuto uno.

–Una obra cercana al vodevil, en la que interpreta a un sirviente. ¿Cómo es su personaje?

–Cabellera es un disparate. Parafraseando a los clásicos italianos es como el arlequín servidor de los amos porque realmente es el siervo de Don Lucas, pero este le tiene realmente sumido en la miseria y a quien quiere ayudar realmente es a Don Pedro, que es el galán de la obra que ha quedado prendado por Doña Isabel. Hago todo lo posible para que ese amor triunfe de alguna manera.

–¿Hace las veces de Celestino?

–Exacto. Por un lado no tengo más remedio de servir a mi amo, un precioso ridículo, un representante del figurón, pero fundamentalmente lo que hago es allanarle el camino a Don Pedro.

–La han definido como una 'road movie' manchega...

–Sí. Realmente es como una película de hotel donde hay entradas y salidas. En un momento dado alguien entra en un aposento esperando encontrarse con una determinada persona pero se encuentra con otra que no conoce. Es un malentendido constante desde el primer momento, sobre el que se va desarrollando la trama en una noche enloquecida y disparatada en la que el amor triunfa y vemos como el personaje de Don Lucas acaba enfrentado a su propia imagen que representa a las personas que se sienten superiores a otras, pero que en realidad es todo pura apariencia. No tienen más horizonte que mirarse el ombligo. Hay una contraposición entre el amor verdadero de Don Pedro y Doña Isabel y las absurdas y ridículas pretensiones de ese figurón que es Don Lucas.

–Por lo tanto la obra tiene de todo, comedia, amor, drama... ¿Son los elementos necesarios para que el público disfrute?

–Es fundamental para que el público se lo pase bien. Hay un momento prácticamente al principio de la función en el que mi personaje y describe como es Don Lucas. Solo con la descripción el público se troncha. Es una comedia perfectamente escrita y absolutamente delineada en la que la trama se desarrolla a través de un malentendido.

–La obra empieza con la frase 'No hay marido bueno'. ¿Realmente no hay marido bueno?

–Eso tienen que decidirlo las respectivas parejas.Es una ironía que Eduardo Vasco ha empleado en el montaje alrededor de la función en el sentido en el que parece que todos estamos haciendo lo que sea menester por llegar al matrimonio, pero hay una reivindicación sobre las pretensiones de estos hombres trasnochados.

–El público podrá disfrutar de momentos delirantes como una pelea de floretes e incluso música en directo...

–Esta obra tiene una parte de comedia musical, incluso en un momento dado suena una música de rock y uno de nuestros personajes aparece disfrazado de 'rockabilly'. Son licencias de atemporalidad que se ha permitido Eduardo Vasco que ayudan a realzar el sentido de la trama.

–El vestuario de la obra es de Lorenzo Caprile, todo un lujo...

–Está en nuestra cabecera. Es un loco maravilloso y el támdem que conforman Eduardo Vasco y Lorenzo Caprile es maravilloso. A partir de las directrices de Eduardo, Lorenzo enloquece y se inventa algo con un sabor a clásico pero no es exactamente el jugón, la taleguilla o determinadas cosas convencionales. A partir de ese aroma, él crea y realmente consigue cosas bellísimas.

Etapa satisfactoria

–En lo personal le hemos podido ver recientemente en la aclamada serie holandesa 'Fenix', ¿cómo fue esa experiencia?

–Tremenda porque en ese momento estaba en la serie 'Amar es para siempre', una serie de época y además estaba con 'El caballero de Olmedo' y de repente me llaman para esta serie sobre mafiosos narcotraficantes holandeses que tienen una red en la Costa del Sol. Fue una experiencia muy satisfactoria. Conocí a unos actores maravillosos.

–Supongo que no aprendió holandés para la ocasión, ¿cómo logró entenderse con ellos?

–No me tocó aprender holandés (risas). Todas las órdenes de trabajo estaban en inglés. En las secuencias yo grababa en castellano y ellos en holandés. Los textos los teníamos traducidos cada uno a su historia. Era todo muy gracioso porque los holandeses se preguntaban entre ellos y los ayudantes de dirección se volvían locos con nosotros. Fue todo muy agradable.

–¿Tiene otros proyectos paralelos?

–He estado grabando varios episodios de Capítulo 0 con Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla para Movistar+. También estaré en 'Antidisturbios' de Rodrigo Sorogoyen. Estos últimos días estamos preparando las partes musicales de un nuevo estreno que se llamará Carsi. Se estrenará el 27 de septiembre y habla sobre la vida de los actores.

–¿Había estado en Palencia con anterioridad?

–Estuve hace tiempo con teatro clásico pero no recuerdo exactamente la función. Después de tantos años la cabeza se te va un poquito.

–Lo principal es que ya conoce al público palentino y al revés...

–Sin duda. Además suelo ir de viaje por la zona de Palencia y León. Es una zona que conozco muy bien y me encanta.

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