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Martes, 9 de octubre 2018, 12:29
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Los viticultores de la provincia de Palencia afrontan en estos días el momento más crucial del año. Las bodegas ubicadas en los 14 municipios adscritos a las dos Denominaciones de Origen presentes en Palencia trabajan ya para recoger el fruto de la que será la añada 2018, que se espera cuente con una producción elevada y de gran calidad.
La DO Cigales ha sido, como es habitual, la primera de las dos denominaciones de origen palentinas en comenzar la vendimia. A estas alturas ya se han recolectado 4 millones de kilos, en torno al 50% de la producción total que se espera para una añada esperanzadora, tal y como apunta Raúl Escudero, gerente de la denominación de origen. «Esperamos una vendimia de unos 8 millones de kilos. En Cigales solemos vendimiar en dos tandas. La primera de ellas es la destinada al rosado y la segunda, al tinto. Tenemos ya casi todo el rosado metido en bodega y lo que falta por recoger es mayoritariamente el tempranillo destinado al tinto, que lo solemos dejar madurar un poquito más», afirma un gerente de la denominación de origen entusiasmado con la calidad del fruto.
En Cigales ya tienen la mitad del trabajo hecho, pero en la otra denominación de origen de la provincia, la del Arlanza, ni siquiera han sacado de la caja de herramientas las tijeras de vendimiar, tal y como indica el presidente del consejo regulador, Miguel Ángel Rojo. «Aún no se ha empezado a vendimiar en el Arlanza creemos que mañana –por hoy– empezará una bodega por la zona de Covarrubias. Supongo que el fin de semana, si el tiempo acompaña, comenzarán varias más. Aunque la semana 'fuerte' será la que viene. Somos la última DO de España en empezar la vendimia y este año viene incluso más atrasado», explica Rojo.
La calidad de una añada es directamente proporcional a la de la uva y en esta ocasión, la materia prima con la que se cuenta tanto en la DO Cigales como en la del Arlanza es de primera calidad, pese a las particularidades especiales que ha tenido este año, en el que una lluviosa primavera ha dado paso a un verano muy seco. «Ha habido viticultores que han hecho hasta cuatro tratamientos contra las enfermedades fúngicas, con lo que viene una uva perfecta, con peso. Es un año maravilloso, no como el pasado, en el que tuvimos la mitad de cosecha», apuntan desde la gerencia de la DO Cigales. Y es que, la pasada vendimia finalizó en Cigales con una producción total de 5.749.295 kilos de uva, lo que supuso una disminución de un 33% con respecto a la cosecha de 2016, que ascendió a 8.489.773 kilos.
Buena parte del rosado de Cigales ya está realizando la fermentación alcohólica y ahora falta por recoger la uva tempranillo de la zona, con la que se elaboran esos tintos que intentan ganarse al público en un mercado en el que el Rioja y el Ribera lo acaparan todo. Hacerse un hueco en los paladares de los amantes del vino es una labor más que complicada y el director técnico de la DO Arlanza, José Ignacio Marqués, cree que la labor de promoción es una de las más necesarias para una denominación con un gran potencial que pretende crecer. «Lo primero que tenemos que hacer es marca. Nuestra mayor obsesión es demostrar con cada botella que en Arlanza hacemos vinos de calidad, y eso es lo que trataremos de hacer también con esta añada», explica Marqués.
La uva tempranillo es la base sobre la que se fundamentan los vinos de la DO Arlanza, que es la que se encuentra más al norte y a una mayor altitud de toda la comunidad autónoma, unas características que otorgan al fruto unas cualidades especiales que suelen hacer que la denominación de origen lleve a cabo las vendimias más tardías del país, lo que convierte a los vinos de esta DO en únicos, tal y como explica el director técnico. «Tenemos como base la misma variedad que se usa en Ribera o en Rioja, que es el tempranillo. Pero tanto la altitud como la latitud nos hacen diferentes. Nuestros vinos son muy frescos, muy aromáticos y eso gusta al consumidor. Lo único que hay que hacer para enamorarse de nuestros vinos es probarlos», incide Marqués.
Los vinos de Cigales y los del Arlanza poco tienen que ver entre ellos, pero si algo tienen en común es una vieja demanda de los productores de ambas denominaciones: la petición a los palentinos para que apuesten por lo suyo. «Cada vez que vengo a Palencia me voy bastante decepcionado porque veo que es muy complicado probar los vinos de las cuatro bodegas que tenemos en el Arlanza: Señorío de Valdesneros,Esteban-Araujo, Basilio Varas y Pagos de Negredo. Creo que es importante hacer patria de los excelentes productos que tenemos en Palencia y uno de ellos es el vino. Sería muy interesante que los hosteleros nos ayudaran a cambiar la dinámica para que se vieran más vinos palentinos», afirma el presidente del consejo regulador de la DO Arlanza.
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