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El coronel Jorge Clavero.
Jorge Clavero: «Frente a la piratería en Somalia no sirve solo una solución militar»

Jorge Clavero: «Frente a la piratería en Somalia no sirve solo una solución militar»

El coronel palentino del Ejército del Aire resalta la tradición aeronáutica de un municipio como Antigüedad

julio g. calzada

Martes, 9 de mayo 2017, 19:11

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Cerrateño con orgullo de serlo, el coronel del Ejército del Aire Jorge Clavero Mañueco vive con emoción este inicio del mes de mayo en el que protagoniza el inicio de unas jornadas destinadas a integrar la cultura de Defensa entre la sociedad palentina. Nacido en Antigüedad, una localidad cuna de pilotos casi desde los inicios de la aviación, ha logrado que su pueblo sea la sede de un monumento que, más allá de ser un homenaje a los aviadores españoles, se convierta en un recuerdo para todos los soldados y marineros. Todos. Porque los primeros pilotos antigüedeños, los hermanos César y Augusto Martín Campos, pioneros de esta forma de conquistar el aire, lucharon en la Guerra Civil, cada uno en un bando.

Clavero Mañueco es el cuarto aviador surgido en Antigüedad, hay otro más en las aeronaves militares, pero también algún otro en las civiles, lo que convierte a esta localidad del Cerrato palentino, dada su población, en cuna de pilotos en una proporción similar a la de navegantes de lugares marineros como Bermeo, Lequeitio o Santoña.

Ha sido coordinador seis meses del Destacamento Orion que opera desde Yibuti para controlar los movimientos de los piratas en Somalia. ¿Cómo es esta misión?

Esta es una operación contra la piratería de la Unión Europa que se llama Atalanta en la que todos juntamos los medios para asegurar el tráfico marítimo y el trabajo de los pesqueros que operan en esa zona del Índico. Se trata de controlar los movimientos de los piratas. Es una costa extensa, de cerca de 4.000 kilómetros, con cientos de pequeños pueblos de pescadores.

¿Ha cambiado el nivel de riesgo para el tráfico marítimo?

Se ha controlado bastante la zona y desde 2012 apenas había este tipo de barcos. Pero ha habido un pequeño repunte, con secuestros fallidos. El peligro potencial sigue y solución de estos conflictos exige un enfoque multivisión. No solo hay que acudir con una solución militar, también hay que ir con otra misión, como la de formar a los policías de Somalia para que controlen a sus ciudadanos, y otra fórmula es ofrecer a estas personas una posibilidad que les permita vivir con su pesca, que es a lo que se habían dedicado.

¿Es una guerra?

Es el típico conflicto del mundo actual que exige muchos vectores para actuar. Lo que se denomina conflictos multimodales, donde no hay un enemigo claro y se juntan varias circunstancias, como es la pobreza extrema, la falta de un gobierno y la oportunidad. Ante pescadores que no tienen nada, pasan barcos que transportan el 70% de las mercancías que llegan a Europa a través del Canal de Suez. Es un punto vulnerable de la economía mundial.

Y además, barcos pesqueros españoles que operan en esta zona...

Por eso España se implicó desde el primer momento. Hay una treintena de atuneros.

¿Cómo se lleva a cabo el trabajo?

Hay que controlar las playas, porque los pescadores utilizan pequeños barcos varados en la playa. Para saber si salen a pescar o a otras cosas, hay que observar si llevan, por ejemplo escalas, o si instalan un segundo motor o acumulan combustible. En estos casos, se hace un seguimiento y se avisa a los barcos, que han alejado las rutas comerciales de las costas somalíes.

¿Han resultado eficientes estas medidas?

Se ha frenado la piratería en gran parte, pero hablamos de una diferencia económica enorme entre personas que no tienen nada y que ven pasar un gigantesco botín.

¿Cómo es la vida diaria?

Muy intensa. Hace mucho calor. Tres horas antes de la salida se reúnen los pilotos para preparar el vuelo y se repasa el recorrido. Se va al avión media hora antes del despegue, y comienza el vuelo con una tripulación de trece personas. Lo normal es que el trayecto hasta la zona de patrullaje dure en torno a las dos horas, después comienzan seis horas de vigilancia y otras dos de vuelta. Al regreso, los mecánicos revisan el avión, los pilotos dan su informe a Inteligencia y se vuelcan los datos en las bases para centralizar la información en la base que está en Gran Bretaña, donde se estudian día a día para incidir en el punto que se considere más caliente. Es un trabajo de 24 horas, porque los vuelos se programan con dos días de antelación en coordinación con el resto de los aviones.

¿Orgulloso de la tradición aérea de Antigüedad?

Hay tradición por los hermanos Martín Campos, que empezaron a volar en los años veinte, antes de la Guerra Civil, eran los hijos del veterinario del pueblo que se hicieron militares y pilotos. Se creó en Antigüedad esa aureola del vuelo. Llegaron a tomar tierra en el pueblo en 1934 con un Breguet 19 y aquello quedó como un hecho histórico. En estos momentos soy... el cuarto piloto, y hay un quinto ¡militar! Que también los hay civiles. Hay una gran afición en Antigüedad relacionada con el aire. ¡Espero que se mantenga!

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